Mirabaud afronta los retos de futuro y se reinventa

Los grandes retos que está afrontando el negocio de banca privada en Suiza son la fortaleza del franco suizo y la relación administrativa con otros países a la luz de la nueva regulación, como es el caso de FATCA en EEUU o los acuerdos entre Suiza y Alemania sobre temas fiscales. “Todo el mundo está reinventándose”, comenta Yves Mirabaud, socio y miembro del Comité Ejecutivo de la entidad.

Y Mirabaud también. La reinvención se está haciendo sobre todo a través de dos vías: en primer lugar, desarrollando una gestión más agresiva –“Aunque es difícil ganar terreno, tenemos hueco y lo haremos”- y en segundo término, reforzando su negocio de finanzas corporativas e intermediación. De hecho, acaba de lanzar una oficina en Perth (Australia, que complementa las actividades de brokerage ya establecidas en Londres, Madrid, Ginebra, Dubai y Hong Kong.

La entidad está reforzando sus actividades para estar más cerca de los clientes, así como accediendo a otro tipo de mercados, como Dubai, que les permite cubrir una gran región, desde Paquistán a India y el norte y este de África…aunque aún no es el momento de entrar en China. “Todavía no es el momento: para entrar en el mercado, hay que llegar de la mano con un socio de inversión y para eso hay que buscar bien, además de encontrar una buena gama de productos”. Yves Mirabaud considera que es caro encontrarlo pero reconoce que, tarde o temprano, han de estar allí.

Para el experto, el mayor reto es la incertidumbre con los clientes, una situación que acabará en la desaparición de numerosas gestoras independientes, que se tendrán que fusionar con otras o reestructurarse. Para conquistar a los inversores, los factores específicos con los que cuenta con el expertise, la calidad de la gestión y el nivel del centro financiero que supone Suiza. “Para atraer a los clientes privados hay que diferenciarse, tener una gran calidad y experiencia, estar presentes en el mercado internacional, y contar con flexibilidad y buenos productos”, dice Mirabaud.

Y es que otro de sus objetivos es centrarse en el inversor más institucional, también en España, algo para lo cual necesitan una adecuada gama de productos. “La competencia es enorme y necesitamos tener el rango correcto, no demasiado grande pero tampoco pequeño, con entre 30 y 50 productos”, dice. Además, los productos deben tener un largo track record, ser eficientes y atractivos. Por eso, en este espectro se centrarán en productos alternativos como hedge funds –contando con Suiza como centro de operaciones-, productos de alta calidad, productos suizos de medianas empresas, o productos de renta variable española. Y además tienen planes para lanzar algunas novedades, como es el caso de un fondo temático de energía.

La entidad cuenta con tres negocios principales: el de clientes y banca privada, el de gestión de activos (productos más institucional) y el de intermediación, con finanzas corporativas. En el mundo de la gestión, su apuesta se define por una gestión coordinada y no centralizada, con lo que mantendrá operativas las distintas gestoras con las que trabaja o que ha integrado en distintos mercados, como el caso de Venture Finanzas en España. Y es que hace meses concentró en Luxemburgo su actividad de gestión de fondos: “Como centro y domicilio de fondos tiene sentido Luxemburgo, donde la idea es que fluya el dinero. Los fondos se registrarán después en los distintos mercados”, explica Yves Mirabaud, sin descartar que se produzcan algunas fusiones de fondos entre Mirabaud y Venture.

Cubrir las necesidades del cliente

Con respecto a las necesidades de los clientes, considera que la mayor demanda es la preservación de capital en un entorno en el que el apetito por el riesgo no es grande y en el que los inversores asiáticos son más agresivos que los europeos o americanos. Como ejemplo asegura que en Rusia son menos conservadores que hace 5 años, más abiertos a otros tipos de inversiones fuera de los depósitos, pues es una generación más joven. Yves Mirabaud tilda a los inversores españoles de “moderadamente conservadores”.

Para Lionel Aeschlimann, socio y miembro del Comité Ejecutivo de Mirabaud & Cie, otra de las claves es la importancia de tener una asignación o activa, en su apuesta por la unión de la banca privada tradicional y la inversión activa para los institucionales. “La banca privada exige conocer al cliente y su horizonte de inversión. Hay quienes basan su modelo en vender productos pero nosotros queremos dar soluciones a los clientes y el producto viene en segundo lugar”, afirma. En España, donde se cruzan el inversor institucional y privado, apuestan por un modelo de arquitectura abierta para “poner en las manos del cliente el mejor producto”. “Hay hueco para trabajar con el inversor institucional en España, sin olvidar que todo pasa por la gestión de calidad al servicio del cliente”, comenta, hablando de fondos de pensiones, family office y otros bancos. Aquí, donde sigue se ha integrado Venture en Mirabaud, también quieren poner un pie en las finanzas corporativas, en la medida en el que el mercado supone una puerta de entrada a Latinoamérica.

Con respecto a su apuesta por los hedge funds, creen que los inversores españoles sufrieron mucho con Madoff y los problemas de liquidez y tuvieron muchos desencuentros con estos productos, pero hay oportunidades de cambio y los clientes que salieron en 2008 están volviendo. El banco lanzará un fondo de hedge fund con liquidez semanal y asignación activa próximamente.