MiFID II: ¿qué cambios reales se han producido en la industria tras su implantación en España?

Teclado
Juan Gómez, Unsplash

MiFID II es ya una realidad en España y las consecuencias de la implantación del nuevo marco normativo que impone la directiva se empiezan a dejar sentir en la industria española de gestión de activos. Afecta tanto a gestoras como a sus clientes. Aunque algunos de sus efectos ya se aprecian claramente, otros aún no han empezado a percibirse... pero lo harán a lo largo de este año. Así lo creen los responsables de distintas entidades internacionales, que han explicado a Funds People cómo les ha afectado la entrada en vigor de MiFID II, qué cosas consideran que han cambiado tras su implantación y cuáles podrían ser las consecuencias para el negocio de las gestoras extranjeras.

Para las firmas internacionales, los efectos de MiFID II no han supuesto ninguna novedad. “Todos los cambios que ha provocado los veníamos experimentando desde la implementación de la RDR en Reino Unido en 2013”, afirma Álvaro Antón, director general de Aberdeen Standard Investments para España y Portugal. Para las gestoras, el trabajo más arduo se produjo meses antes de su entrada en vigor cuando –tal y como recuerda Nabil El-Asmar, director general de Vontobel AM en Iberia- la actividad se vio bastante afectada por la necesidad de adaptar la definición de las distintas clases en los folletos, y por los cambios masivos que los distribuidores llevaron a cabo para que sus posiciones quedaran dentro de la clase óptima.

El gran cambio: el triunfo de las clases sin retrocesiones

Sasha Evers (BNY Mellon)Todo ello se produjo concretamente durante los seis meses anteriores a la implantación de la norma. “Fue un periodo de mucho trabajo para las firmas extranjeras, que tuvimos que adaptar nuestros folletos para dejar claramente descritas la estructura de comisiones de cada una de las clases y comunicárselo a los clientes. Esto provocó entre finales de 2017 y principios de 2018 cambios en las carteras discrecionales, sobre todo en carteras modelo de banca personal y privada, que pasaron sus activos de la clase retail a la clase limpia”, señala Sasha Evers, director general de BNY Mellon IM para Iberia y Latinoamérica. MiFID II fue decisiva para que las clases limpias ganasen importancia frente a las que retroceden comisiones. Ese ha sido uno de los grandes cambios que generó la nueva norma.

Actualmente, más de la mitad del negocio internacional en España ya está en clases sin retrocesión. “Con MiFID II el cobro explícito está adquiriendo una mayor relevancia en los modelos de negocio de los clientes y ha habido un trasvase muy importante de clases que pagaban retrocesiones a clases dirigidas a unos modelos de negocio muy determinados, como son la gestión discrecional de carteras, el asesoramiento independiente y el asesoramiento dependiente con pago explícito”, explica Aitor Jauregui, responsable de BlackRock para España, Portugal y Andorra. Cuando entró en vigor la norma, las gestoras apreciaron una gran demanda de información por parte de los clientes sobre todo lo relacionado con las clases que no cobran retrocesión, en detrimento de las clases retail.

Almudena Mendaza (Natixis IM)“Con MiFID II hemos detectado un menor interés por las clases retail y un incremento de la demanda por las clases limpias, aunque no masiva”, revela Almudena Mendaza, responsable de ventas de Natixis IM para España y Portugal. El trasvase de activos de una clase a otra no fue homogéneo. En entidades con un modelo de negocio centrado en fondos de fondos y gestión discrecional de carteras los porcentajes del patrimonio total en clases que no cobran retrocesión alcanzaron rápidamente el 80%. En otras, con un modelo de negocio más enfocados en el retail, los porcentajes aún están por debajo del 50%. La buena noticia para el inversor es que con MiFID II se produjo una homogenización de las clases de acciones, lo que hace más fácil la comparativa.

Reclasificación de producto y categorización de clientes

Javier Mallo (Legg Mason)Sin embargo, las clases sin retrocesiones no han sido el único cambio que experimentó la industria tras la llegada de MiFID II. Javier Mallo ha estado trabajando en el Comité Europeo de Implementación de MiFID II de Legg Mason y conoce muy bien las implicaciones de la nueva norma para las gestoras de fondos. “MiFID II ha obligado a las gestoras a hacer una clasificación de los fondos (no solo si son complejos o no, sino también a quién van dirigidos). Este trabajo se ha centrado en el fichero EMT, en el que se recoge toda la información sobre el objetivo del producto y su coste, y que los distribuidores utilizan para confirmar que la definición del mercado objetivo de cada uno de los fondos coincide con el perfil de sus clientes y asegurarse de que el producto se acomoda a la tolerancia al riesgo del partícipe. Pero también ha obligado a las entidades a llevar a cabo tanto una categorización de clientes (haciendo una reclasificación a nivel local) como una due diligence sobre ellos que se realiza anualmente”, explica el responsable de ventas de Legg Mason para España y Portugal.

Gonzalo Rengifo (Pictet AM)"De momento, la reclasificación de clientes está hecha, pero existen todavía dudas respecto a la interpretación práctica de lo establecido en el nuevo reglamento de IIC, por ejemplo respecto a cómo cuantificar la inclusión de fondos de terceros en la oferta", aprecia Gonzalo Rengifo, director general de Pictet AM en Iberia y Latinoamérica. En cualquier caso, la nueva normativa, además de aportar total transparencia en costes, permite a todos los clientes conocer de forma clara el tipo de asesoramiento al que acceder y los distintos servicios en cada uno. Las gestoras han constatado que, con la llegada de MiFID II, el asesoramiento no independiente es el modelo elegido por la gran mayoría de los distribuidores, con los servicios de carteras gestionadas ganando cada vez más protagonismo.

Los efectos reales de MiFID II se sentirán este año

Iñigo Escudero (Invesco)No obstante, Rengifo cree que los efectos reales de la nueva legislación se irán viendo a lo largo del 2019. Coincide en esto con Iñigo Escudero, quien considera que será cuando los clientes empiecen a recibir los informes sobre los costes anuales soportados cuando las consecuencias de MiFID II se dejarán sentir. “En toda Europa, muchos clientes finales podrían no saber los costes que estaban asumiendo por asesoramiento e inversión, especialmente en aquellos donde la bancarización es muy importante, como Italia, Alemania, Suiza y España. En el caso de los canales de distribución más sofisticados, con clientes más grandes, el impacto es y será mucho más pequeño, ya que sus modelos están basados más en asesoramiento que en retrocesiones”, asevera el director de Ventas y de Servicio al Cliente de Invesco para Iberia y Latinoamérica.

Cambios de MiFID II que están afectando al negocio de las gestoras y la oferta de producto

Según explica, MiFID II está cambiando la cadena de valor de la distribución, poniendo más poder en manos de los clientes finales. También está creando una mayor presión sobre los precios, que obliga a todas las gestoras a hacer más por menos. Y este es uno de los efectos que empezarán a apreciarse con total claridad en 2019. “La norma aumentará el uso de la gestión pasiva para abaratar los costes totales de la carteras y reducirá las listas de fondos recomendados para rebajar los costes de selección de fondos. Las gestoras tendrán que ofrecer más servicios y reducir costes para ganar terreno”, augura. Es otra de esas otras consecuencias de MiFID II que todavía no se han dejado sentir de manera abrupta pero que, poco a poco, irán condicionando el negocio de la industria. Pero no la única.

La ISR es otro de los grandes cambios que trae el nuevo marco normativo. La regulación está de su lado. MiFID II preguntará al partícipe si quiere invertir de manera responsable y muchos responderán afirmativamente. La consecuencia: conversaciones con clientes que se multiplican, oferta de producto que se amplía y volúmenes en este tipo de estrategias que tienden a crecer. “Tras muchos años de hablar de este tema, estamos comenzando a ver un interés real por parte de los clientes españoles en invertir en fondos que sigan criterios socialmente responsables”, coinciden en señalar Beatriz Barros de Lis, directora general de AXA IM para España y Portugal, y Sol Hurtado de Mendoza, directora general de BNP Paribas AM para Iberia.

Mariano Arenillas (DWS)La influencia que ejerce MiFID II en este tema es innegable. Algunas entidades, como Amundi, han anunciado planes a tres años vista para que toda su oferta de producto cumpla estos criterios. Otras están lanzando gamas enteras de fondos ISR, como es el caso de DWS. "Hay mucha demanda por estos productos, que en algunos casos ha sido inducida. Aunque en el mundo institucional esa demanda siempre ha existido, no hay duda de que parte del crecimiento exponencial que está experimentando la ISR viene motivado por la regulación. La única manera de hacer llegar este sentimiento de invertir protegiendo el planeta es a través de una serie de normas. Esto hará mucho más sostenible la industria", asegura Mariano Arenillas, responsable de la gestora para Iberia.

Sebastián Velasco (Fidelity)Y también mejorará la percepción que el ciudadano tiene del sector financiero, otro de los aspectos más relevantes que trae la norma. “En términos generales MiFID II ha dado una nueva imagen al sector financiero: la transparencia es mayor y ha mejorado la relación de los clientes con las entidades financieras”, asegura Sébastien Senegas, director general de de Edmond de Rothschild AM para España e Italia. Muy ligado a esto está el tema de la formación, cuya importancia –apunta Ignacio Rodríguez Añino, responsable de M&G Investments para España, Portugal y América Latina- se aprecia en dos niveles: interna –del equipo de las gestoras para adaptarse a las especificaciones establecidas por la nueva regulación- y externa. Respecto a esta última, Sebastián Velasco ve una fuerte inversión en la formación de los asesores y redes bancarias en general, lo que –según el director general de Fidelity para España y Portugal- se está traduciendo en un mejor servicio al inversor final.