Miedo, salida de capitales y fuertes correcciones: ¿ha llegado el momento de Asia?

Los valores asiáticos intentan recobrar el pulso tras la huida del riesgo desatada por el debate en torno al fin del QE. ¿Qué implicaciones tiene la posible retirada del programa de relajación cuantitativa de la Fed para los mercados asiáticos? Catherine Yeung, directora de inversiones de Fidelity en Hong Kong, reconoce que en este punto del ciclo se están fijando en la relación entre expectativas y realidad. “Los mercados caminan por la cuerda floja. La retirada gradual de la relajación cuantitativa en EE. UU. es algo positivo en última instancia, ya que significa que la economía estadounidense ha experimentado cierta recuperación. Sin embargo, los inversores en emergentes se han tomado la noticia de forma muy negativa y estamos viendo un gran movimiento de huida del riesgo”.

En última instancia, la experta considera que los inversores tienen que preguntarse cuánta deuda puede inyectarse en una economía, sabiendo que fue la deuda lo que creó muchos de los problemas que vivimos hoy. “Aunque la economía estadounidense está cobrando impulso (y tal vez crezca por encima del 2%) sigue habiendo problemas para el crecimiento en otras partes del mundo, como la crisis de deuda pública y el saneamiento bancario en Europa, al que muchas personas están haciendo caso omiso actualmente. Los datos económicos son, en general, débiles, pero los inversores deberían centrarse en la calidad, no en la cantidad”, afirma la experta.

Una vez superados los periodos electorales, Yeung cree que se deberían anunciar reformas estructurales en Japón y China en el segundo semestre. En su opinión, las energías renovables, la salud y el comercio electrónico son áreas atractivas en China. “La corrección de Tailandia era de esperar, aunque su tendencia de crecimiento estructural a largo plazo sigue intacta merced a las infraestructuras y el comercio. Los exportadores coreanos, que destacan por su calidad, pueden sobrellevar la debilidad del yen debido a la innovación y las mejoras de la calidad”, explica en un informe la directora de inversiones de Fidelity Worldwide Investment en Hong Kong.

¿Oportunidad de compra?

Para Robin Parbrook, responsable de renta variable asiática (sin Japón) de Schroders, “la reciente venta masiva de activos en los mercados asiáticos después de las declaraciones del presidente de la Reserva Federal sobre una posible reducción de los estímulos de relajación monetaria han hecho que las valoraciones de las acciones asiáticas hayan bajado a niveles atractivos. El impacto real de la relajación monetaria en la renta variable asiática es, en sí mismo, debatible ya que esta clase de activo se ha comportado peor que los bonos y que la renta variable de los países desarrollados desde que Bernanke se embarcase en la primera parte de su trilogía de compra de bonos”.

A su entender, “los mercados asiáticos se están volviendo verdaderamente baratos y se están sobrevendidos. Cualquier otra caída en la región, sumada a las preocupaciones en torno a China, podría suponer una oportunidad de compra única para los inversores a largo plazo”, asegura el responsable de Schroders. De hecho, en un informe publicado por la gestora, Parbrook se muestra convencido de que la posición en la que se encuentran actualmente los mercados asiáticos para afrontar una salida de dinero es mucho menos vulnerable que en la que estaban en 1997 o 1998.

Mark Mobius, presidente de Templeton Emerging Markets, reconoce que invertir cuando el mercado está a la baja es más fácil en la teoría que en la práctica. “Debo admitir que hacerlo es psicológicamente muy difícil, pero el inversor debe mirar más allá de las malas noticias inmediatas y considerar una recuperación potencial futura. Si todos sus amigos y vecinos dejan de invertir en el mercado de acciones, es muy fácil convencerse de hacer lo mismo. En el ámbito de la economía conductual esto se denomina comportamiento de rebaño”, explica el reputado gurú de Franklin Templeton Investments en un artículo publicado en su blog.

Sin una visión a largo plazo, Mobius cree que el inversor no tiene muchas probabilidades de mantener la disciplina de entrar en un mercado bajista y esperar a que se recupere. “Si los periódicos están informando que la situación de los mercados es mala y que va a empeorar, puede caer en comprar y vender en momentos equivocados. Esto fue lo que ocurrió cuando muchos vendieron en pánico en el momento más bajo del mercado durante la crisis hipotecaria a finales de 2008 y principios de 2009. Luego, cuando el mercado subió más del 50%, muchos decidieron que estaban perdiendo el tren y que tenían que subirse; y compraron al precio de mercado más alto. Si usted se ve atrapado en este tipo de conducta, muy probablemente pierda dinero”.

¿El problema ha sido sólo la Fed?

El giro dado por la autoridad monetaria estadounidense no parece ser la única causa que explica el mal comportamiento de la renta variable asiática. La ralentización del crecimiento chino también explicaría en parte esta negativa evolución. Según John Greenwood, economista jefe de Invesco, el PIB de China se ha ralentizado por dos motivos: primero, porque los mercados a los que exporta China se han visto muy afectados por la crisis financiera global. Y, segundo, porque el impulso reformista ha perdido algo de fuelle. “En el sector financiero en particular, hemos visto muy pocas reformas y no se ha avanzado con la relajación de los controles de capital”.

El fuerte avance de los precios de las materias primas puede explicarse por las expectativas de inflación que generaron las medidas de expansión cuantitativa. “Sin embargo, la inflación de Estados Unidos, la eurozona y el Reino Unido siguen en niveles bajos y tenemos la experiencia de Japón que, tras cinco años de expansión cuantitativa, acabó con deflación. Por eso, el argumento de la inflación ha perdido fuerza y, en el actual entorno de lento crecimiento mundial, no parece muy sensato confiar en que la demanda repuntará bruscamente y empujará al alza los precios de las materias primas”, afirma el experto.

Posible guerra comercial en Asia

Con respecto a esta cuestión, Greenwood cree que es importante entender cómo han cambiado las relaciones comerciales en Asia en la última década. “Antes de la crisis del 1997-98, los países asiáticos eran competidores directos y la devaluación del yen supuso una mejora de la posición competitiva de Japón frente a China, Corea y Singapur. Lo que ha sucedido en la última década es que la cadena de suministro ha experimentado una mayor integración y ahora Japón, Corea, Taiwán, Malasia, Tailandia y el resto de países se dedican a fabricar componentes para Apple, por ejemplo, que luego se ensamblan en China y se exportan a todo el mundo. Así que ahora, estas empresas se están beneficiando del menor coste de los componentes japoneses”.