Michael Clements: “La parte más difícil de mi trabajo no es encontrar buenas compañías, sino comprarlas baratas”

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Foto cedida

¿Por qué ha subido tanto la renta variable europea en lo que va de año? La respuesta de Michael Clements está dividida en dos partes. El gestor para SYZ AM de los fondos Oyster European Opportunities (una de las insignias de esta casa) y el Oyster European Selection indica que, por un lado, las condiciones macro están mejorando gracias a la combinación del QE del BCE y la caída del precio del crudo. La noticia verdaderamente buena para el gestor es que la mejora de la parte macro se está reflejando a nivel micro, al empezar a detectarse mejoras en las previsiones de beneficios en las compañías europeas salvo en el caso de las energéticas… que es uno de los sectores donde Clements está buscando actualmente ideas de inversión. 

¿Cómo se presenta el mercado europeo este año?

Clements realiza un rápido repaso a las circunstancias actuales del mercado europeo. Empieza por las valoraciones: “Ya no están baratas, sino en línea con la media histórica. Todavía queda valor, pero es más difícil encontrarlo”. La última compañía que ha comprado, en enero, ha sido el fabricante de relojes Swatch. 

El gestor se muestra más benévolo con la rentabilidad por dividendo, que se sitúa en torno al 3,5% de media: “Es un rendimiento atractivo en el contexto global”. De hecho, destaca que la rentabilidad por dividendo de las empresas europeas es uno de los principales motivos por los que los inversores asiáticos están deseosos de invertir en Europa. 

El último punto del repaso es el sentimiento de mercado, medido por los flujos de fondos. Después de unos meses complicados para Europa por la combinación de malos datos macro y tensiones geopolíticas, Clements vuelve a detectar que el dinero está de vuelta en las bolsas europeas. 

Una cuestión de principios

Clements define de una forma muy clara su modus operandi: “Soy un inversor sencillo, un stock picker”. También dice de sí mismo que es un inversor paciente, largoplacista. Además, se declara abiertamente contrarian. ¿Cómo articula el experto estos principios en las carteras de ambos fondos? “El periodo medio para mantener acciones en cartera hoy se sitúa en ocho meses. Ahora hay mucha gente con visión de muy corto plazo. En cambio, mi horizonte de inversión está entre los 3 y los 5 años”, indica. Esta perspectiva de largo plazo se traduce en un bajo porcentaje de rotación de activos en las carteras (entre el 25% y el 50% al año). El gestor y su equipo desarrollan un detallado proceso de investigación y análisis previo a la compra de cada valor que incluye hasta test de estrés, pues quieren asegurarse de que éste va a tener un comportamiento tan fiable que no necesiten venderlo hasta dentro de varios años. 

Entre las características que demandan figuran las siguientes: fuerte imagen de marca, flujos de caja robustos, posición de mercado dominante, poder de fijación de precios y negocios de alta calidad, así como balances particularmente fuertes. El último punto es especialmente importante, dado que Clements lo considera como un seguro contra las incertidumbres del mercado. “Estoy muy centrado en evitar los riesgos de caídas”, afirma. El gestor defiende como resultado de este proceso una ventaja competitiva: la diferenciación. “Si comparas mi cartera con las de otros competidores, se observa una diferencia en la selección de valores”, declara. 

Pese a lo detallado, la valoración de los fundamentales de la compañía no es la parte más dura del proceso de selección de valores. “La parte más difícil de mi trabajo no es encontrar buenas compañías, sino comprarlas baratas”, afirma Clements. Como buen contrarian, aprovecha los momentos de volatilidad y pánico en los mercados para comprar aquellos negocios que le gustan que son vendidos de forma irracional, o que simplemente han perdido el favor de los inversores. De ahí que ahora se esté centrando en el sector energético: “Los inversores de corto plazo se han rendido con la energía porque lo consideran demasiado arriesgado, pero para un inversor de largo plazo hay oportunidades. Mi trabajo es aprovecharme del pensamiento cortoplacista”. 

Consumo cíclico, finanzas, utilities e industriales son de mayor a menor los sectores más sobreponderados en la cartera del Oyster European Opportunities. En cambio, en el Oyster European Selection (que presenta una cartera más concentrada, con ideas de alta convicción) los cuatro sectores predominantes son, de mayor a menor, el financiero, consumo cíclico, tecnologías de la información e industriales. “Tengo un sesgo estructural hacia ciertas partes del mercado”, admite Clements. Se refiere a la presencia de valores del consumo cíclico e industriales, pero lo justifica afirmando que las cualidades que busca en un valor suelen repetirse con más frecuencia en estos dos sectores. 

Pese al gran peso del sector financiero, el gestor declara estar infraponderado en bancos. Afirma que esta clase de compañías no le gustan mucho porque suelen ser casos de inversión difíciles, en los que los márgenes están condicionados por el grado de riesgos (en forma de endeudamiento) que estén dispuestos a aceptar los bancos. Sin embargo, Clements es consciente de los riesgos que implican su decisión de infraponderar: “No tener bancos en cartera es un riesgo si los bancos hacen rally este año”. Lo que han hecho él y su equipo han sido estudiar la correlación de la banca con otros activos para poder elegir negocios de mayor calidad más adecuados con sus criterios de selección pero al mismo tiempo correlacionados con la banca, como las aseguradoras y gestoras de fondos.