Michael Barakos (JPM Europe Equity Plus): “En Europa la clave está en separar la percepción de la realidad”

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Foto cedida

Michael Barakos es uno de gestores de renta variable europea del momento. De trato amable e ideas claras, este profesional de J.P.Morgan AM está a punto de cumplir cinco años al frente del JPM Europe Equity Plus, una de las estrategias de bolsa europea que ha mostrado una mayor consistencia en el último lustro. El historial al frente del fondo es intachable: desde que asumiera la gestión del producto a mediados de 2010, el JPM Europe Equity Plus se ha posicionado año tras año de manera ininterrumpida en el primer decil por rentabilidad. Su consistencia ha sido especialmente reseñable en los últimos tres años, periodo en el que el retorno anualizado cosechado por el fondo ha sido del 23,3%, ocho puntos más que el MSCI Europe. A cinco años, la rentabilidad global ha sido del 181%, frente al 86% del índice. Todo ello con un tracking error que suele situarse por debajo del 4% y un active share que durante los últimos cinco años ha rondado el 80%.

Pero… ¿sobre qué pilares se ha cimentado el éxito de la estrategia? “En Europa, la clave está en separar la percepción de la realidad. Siempre he defendido esta idea. Es algo en lo que les he insistido mucho a nuestros clientes. Como inversor de renta variable es muy importante distinguir entre la macroeconomía y la evolución de los mercados. En primer lugar, porque existe una correlación negativa entre crecimiento económico y rentabilidad. Y, en segundo, porque los mercados se mueven por expectativas. Una compañía que no esté creciendo puede ser una mejor inversión que una empresa que lo esté haciendo a un ritmo muy elevado. El secreto del éxito está en analizar cuál ha sido su historia y hacia dónde se dirige. No importa la clase de activo a la que hagamos referencia. Es una estrategia que funciona en todos los mercados”, asegura el experto.

En su opinión, las expectativas juegan un papel muy relevante en el comportamiento de una acción. “El ejemplo más claro lo vimos hace tres años. Por aquel entonces, el inversor acudía en masa a los mercados emergentes atraídos por unas tasas de crecimiento muy fuertes y huía de una Europa que atravesaba una crisis económica muy intensa. Las tasas de crecimiento del PIB en el mundo emergente decepcionaron, mientras que las de Europa sorprendieron al alza. El resultado fue un mejor comportamiento de las bolsas europeas. El trabajo del gestor debe ser identificar hacia dónde va la compañía y en si saber si batirá o no las expectativas. Es una labor que no resulta sencilla porque entran en juego muchos factores”, explica.

Entre esos factores está la valoración y la calidad del negocio. “Valor, momentum y calidad. Si los pones a trabajar juntos, la estrategia funciona. Te permite generar buenas ideas y rentabilidad para tu cliente. Esta estrategia nos ha permitido hacer dinero en todos los países y en todos los sectores durante los últimos cinco años. Siempre hay oportunidades, pero hay que saber controlar las emociones”. A menudo, los movimientos del mercado son exagerados, algo que –a su juicio- va muy aparejado a la propia conducta humana. “Esto destapa oportunidades de inversión. La crisis ucraniana, por ejemplo, afecta a los mercados desde un punto de vista emocional. El impacto real es muy limitado, teniendo en cuenta que menos del 1% de los beneficios de las empresas europeas provienen de Ucrania, un porcentaje que alcanza el 10% si hablamos de Rusia. No niego que, si tuviese que elegir entre dos empresas iguales y una tuviera exposición a Rusia o otra no, me quedaría con la segunda para eliminar ese riesgo. Las crisis geopolíticas son impredecibles e imposibles de gestionar”. 

Otro aspecto muy difícil de calibrar son los tiempos del mercado. De hecho, Barakos considera que un gestor debe evitar la tentación de hacer market timing. “Salir airoso es muy difícil. ¿Quién vende el mercado cuando está subiendo? Nosotros mantenemos la beta en torno a uno. Somos buenos eligiendo valores”. Esa habilidad en el stock picking la aprovechan para construir posiciones largas en valores donde aprecian potencial alcista y también cortas, en aquellas compañías que estiman decepcionarán al mercado. Si para comprar se fijan en la calidad, el precio y el momentum, para vender una acción o abrir una posición corta buscan todo lo contrario: empresas de baja calidad, caras y que estén atravesando un momento difícil.

“Cometemos errores como todo el mundo, pero tenemos el riesgo muy diversificado. Para nosotros, lo más importante es controlar el peso que una posición adquiere en la cartera”. Habitualmente, la cartera está integrada por entre 300 y 400 valores. También aquí el JPM Europe Equity Plus, que el pasado mes de octubre entraba en soft close, puede considerarse un fondo excepcional, al ser un producto que ha conseguido ofrecer una extraordinaria rentabilidad a partir de una cartera constituida por una cesta muy amplia de valores. La teoría dice que carteras muy diversificadas no generan tanto alfa consistente en el tiempo como aquellas que tienen una mayor convicción en los valores. Una regla que Barakos se ha encargado de romper.