Mercados privados: así tratan de reducir riesgo los inversores institucionales

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Tom Raftery, flickr, creative commons

En un contexto de crecientes temores sobre el fin del ciclo económico, los inversores institucionales buscan atenuar los riesgos incrementando sus asignaciones a los mercados privados. Así lo revela la encuesta anual de BlackRock realizada a instituciones globales, que muestra que, a escala global, más de la mitad (56%) de los clientes declara que la posibilidad de que el ciclo se esté revirtiendo constituye uno de los riesgos macroeconómicos más importantes que afectan a sus planes de reajuste y asignación de activos.

El sondeo indica que los mercados privados resultarán especialmente interesantes a ojos de los inversores en 2019. En un marco caracterizado por la continuación de una tendencia estructural plurianual basada en modificar la asignación al riesgo en busca de rentabilidades descorrelacionadas, las inversiones alternativas poco líquidas captarán más flujos de entrada: un 54% de los encuestados declara querer aumentar su exposición a los activos reales, un 47% al capital riesgo y un 40% a los activos inmobiliarios.

Según la encuesta realizada a 230 clientes institucionales, que representan más de siete billones de dólares en activos para la inversión a escala mundial, más de la mitad (51%) de ellos tiene intención de disminuir su asignación a los títulos cotizados en mercados públicos en 2019. Esta transición se está acelerando, dado que en 2018 un 35% de los clientes pretendía reducir sus asignaciones y en 2017, un 29%. Esta tendencia resulta especialmente marcada en EE.UU. y Canadá, donde más de dos tercios de los inversores (68%) tiene intención de reducir sus asignaciones a la renta variable, frente a tan solo un 27% en Europa continental.

“Ante la reversión del ciclo económico, creemos que los mercados privados pueden ayudar a los clientes a capear este entorno de mayor complejidad”, declaró Edwin Conway, responsable global del negocio de clientes institucionales de BlackRock. “Llevamos ya un tiempo destacando el potencial que albergan las inversiones alternativas para impulsar las rentabilidades y aportar ventajas en términos de diversificación, por lo que no nos sorprende que los clientes estén incrementando sus asignaciones a activos poco líquidos, como las inversiones en mercados privados de deuda corporativa”.

La renta fija atraerá flujos de entrada, si bien los activos líquidos mantienen su relevancia

Las previsiones de asignación a la renta fija han experimentado un repunte: el año pasado, un 29% de inversores planeaba aumentar sus asignaciones, frente al 38% de este año. El movimiento hacia los mercados privados de deuda corporativa persiste en el segmento de la renta fija: más de la mitad (56%) de los participantes de todo el mundo planea incrementar sus asignaciones. Los encuestados también prevén aumentar sus asignaciones a otros segmentos de la renta fija, como las posiciones de corto plazo (30%), las titulizaciones de activos (27%) y los mercados emergentes (29%), lo que probablemente refleja las oportunidades en términos de valor relativo que albergan estas clases de activos.

No obstante, la encuesta también revela que la mayoría de las instituciones quiere mantener o incluso amentar sus niveles de activos líquidos en 2019, sobre todo en la región Asia-Pacífico, donde un tercio de los participantes (33%) planea incrementar sus posiciones en activos líquidos para proteger sus carteras.

“La transición hacia la renta fija resulta especialmente marcada en el caso de los fondos de pensiones privados, dado que muchos planes de prestación definida se centran en disminuir el riesgo, bloqueando las ganancias obtenidas en pro del valor de los activos, y se están preparando para la fase final del ciclo”, afirma Conway.

Cambios en las prioridades en las asignaciones a la renta variable

Si bien la tendencia global consiste en reducir la exposición a la renta variable a corto plazo, las instituciones están modificando sus prioridades y centros de interés en el seno de sus carteras de renta variable. Los tres aspectos que mayor importancia revisten son la reducción del riesgo derivado de los mercados públicos en sus carteras, según dos quintos (41%) de los encuestados, mientras que un tercio (32%) buscará aumentar sus asignaciones a estrategias de generación de alfa y un cuarto (28%) se centrará más en estrategias basadas en criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) y en la inversión de impacto.