Menos hablar y más demostrar: las gestoras se ponen serias con la inversión sostenible

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Faye Cornish, Unsplash

Los retornos siempre serán importantes, pero ahora mucho más la manera en la que se consiguen. Así lo defiende Charles Prideaux, director global de productos y soluciones de Schroders. En su opinión, ha llegado el momento de que las gestoras prediquen con el ejemplo.

Ha llegado el tiempo de que hablemos menos y demostremos más”, sentencia. Las gestoras y las compañías están notando la creciente presión de los accionistas por poner el cambio climático en la agenda. En los últimos cuatro años el número de resoluciones relacionadas con el medioambiente han crecido de 30 al año en 2015 a 35 en 2018. Pero lo que es verdaderamente importante: el porcentaje de las que se aprueban se ha disparado: del 0 al 21%.

El cambio climático importa tanto a las gestoras porque tiene un impacto directo. Según datos que aporta Schroders, el cambio climático pone en riesgo un 15% del valor de las inversiones globales. El lado bueno es que basta con una inversión de 2 billones de dólares en soluciones climáticas para alcanzar los compromisos del Acuerdo de París.

Los pasos

Schroders ha anunciado que integrarán criterios de medioambiente, social y buen gobierno en todas sus inversiones en 2020. El papel que jugará la ISR en sus estrategias se moverá en un rango de cuatro escalones: desde fondos con screening (con criterios de exclusión), integrado, sostenible, a fondos de impacto, cuyo objetivo final es un efecto ESG medible.

También habrá cambios a nivel interno. La gestora británica se ha comprometido a que sus operaciones globales tengan una huella de carbono neutral a partir del 1 de enero de 2020. Por otro lado, las inversiones sostenibles  (el Sustainable Multi-Factor Equity  Fund) será la opción por defecto en el plan de pensiones  de sus empleados.