Más allá del fintech: ¿qué puede aportar la inteligencia artificial a la gestión de activos?

robots

En un momento en el que los inversores se muestran cada vez más interesados por la revolución tecnológica que supone el fintech, el concepto de inteligencia artificial vuelva a saltar a la palestra… y parece que esta vez lo hace para quedarse.

Aunque la idea de que los ordenadores sean capaces de gestionar inversiones de forma totalmente autónoma –y, lo más importante, aprendiendo de sus errores– tiene más de mito que de realidad, lo cierto es que la irrupción de otros conceptos como el big data han permitido dar un salto cualitativo en el desarrollo de los sistemas de inteligencia artificial.

Como señala un informe reciente elaborado por Euromoney Institutional Investor Thought Leadership por encargo de la firma legal Baker & McKenzie, “la popularización de las redes sociales, los teléfonos móviles y los ponibles (wearables) ha supuesto una explosión en cuanto al volumen y la disponibilidad de datos que alimentan y permiten optimizar los algoritmos de inteligencia artificial”.

Este potencial no ha pasado desapercibido para gestoras como BlackRock, Two-Sigma y Renaissance Technologies que, según los autores del informe, están contratando a los mejores expertos en análisis de macrodatos de todo el mundo y que además colaboran con diversas empresas con experiencia en el desarrollo de aplicaciones de inteligencia artificial, entre las que se incluyen gigantes como Google, Facebook o Microsoft. “Solo en 2015, estas empresas gastaron más de 8500 millones de dólares en investigación, adquisiciones y contrataciones”, aseguran.

El objetivo es que estas aplicaciones puedan aprender a partir de los datos que manejan y actualizar automáticamente sus modelos, sin necesidad de intervención humana, y que “permitan encontrar relaciones no tan obvias que, potencialmente, hayan pasado por alto otros participantes del mercado”.

Análisis más inteligentes

Ese es precisamente el factor que diferencia a la inteligencia artificial de otras formas de inversión basadas en algoritmos, como la negociación de alta frecuencia (HFT). “Si la HFT pone el énfasis en la velocidad, la inteligencia artificial pone el énfasis en la amplitud y la profundidad del análisis”, explica el informe. Dicho de otra forma, “el mercado está pasando de moverse más rápidamente a moverse de forma más inteligente”, afirma Peter Hafez, analista jefe de macrodatos en RavenPack y uno de los expertos consultados durante la elaboración del informe.

Los autores destacan que, “mientras que ahora la mayoría de las decisiones de inversión se basan en parámetros tradicionales como la cotización bursátil, los tipos de interés o los beneficios, la inteligencia artificial puede incorporar eventos y el sentimiento en el proceso de predicción del precio de los activos” a partir del análisis de datos no estructurados. Así, los expertos anticipan que los modelos inteligentes serán capaces de capturar información a partir de, por ejemplo, noticias sobre lanzamiento y retiradas de productos, aprobaciones regulatorias, adquisiciones y otros acontecimientos de mercado. Algunos, como Hafez, creen que incluso serán capaces de extraer datos a partir de fotos y vídeo. En este sentido, parece claro que la proliferación de aplicaciones de inteligencia artificial transformará los parámetros que guían ahora mismo las decisiones de inversión.

No obstante, la mayoría de los ejecutivos sénior de instituciones financieras y empresas de fintech consultados para la elaboración del informe coinciden en que esta tecnología está en fase experimental y que entraña riesgos considerables que pueden afectar a la seguridad, la privacidad y la calidad de los datos, una situación que se ve agravada por la ausencia de una regulación adecuada.

“Incluso en segmentos como la negociación, donde la automatización está bastante generalizada, la intervención humana sigue resultando crucial en áreas como monitorización y validación de algoritmos, o en compliance. De momento, pocos creen que los modelos de inteligencia artificial puedan o deban realizar operaciones de mercado sin estar sometidas a cierta forma de control humano”.