En un año donde llegan tres normativas europeas para la banca, entre ellas MiFID II, entidades como Bankinter se muestran preparadas para afrontar la carga regulatoria que supone para su negocio. En cuanto a MiFID II, señalan que su punto de partida es favorable ya que cuentan con un alto peso en fondos de terceros. “La arquitectura abierta de Bankinter va más allá de los mínimos que se pide”, destaca María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter.
La firma cierra el 2017 superando la barrera de los 20.000 millones de euros, tras haber crecido un 22% interanualmente. Un 57% de este patrimonio corresponde a fondos externos al grupo y el 43% restante a su gestora. En este sentido, los primeros incrementaron su volumen un 30% en 2017 y los segundos un 12%.
La gestión de activos (fondos y carteras) es, a cierre del ejercicio pasado, la actividad que mayores comisiones genera al grupo. De los 423 millones de comisiones netas que consiguió Bankinter el año anterior, 159 millones corresponden a este negocio, casi un 23% más que en todo 2016.
Esta actividad se desarrolla fundamentalmente en banca privada y banca personal, donde se está impulsando hacia un modelo de patrimonio gestionado frente a uno autogestionado. La firma termina 2017 con un patrimonio en banca privada de 35.000 millones de euros, siendo un 57% autogestionado y un 43% gestionado. En 2012, cuando el patrimonio era de 14.300 millones, la relación era del 71% frente al 29%, respectivamente.
En banca personal, donde concluyeron el ejercicio con 21.200 millones de patrimonio, un 14% más que un año atrás, la ejecución sigue pesando casi un 70%, frente a los 5,2 millones que suman los fondos y los 1,3 millones que suma la gestión delegada y asesorada.
Hay que resaltar que, desde 2012, la banca ha duplicado su patrimonio y promedia una tasa de crecimiento anual del 20%. Por su parte, la banca personal está cerca de hacerlo. Como referencia, a finales de 2012, el patrimonio de banca personal era de 11.800 millones.
