M. Ángel García: “El retorno absoluto tiene sentido para suplir la baja rentabilidad de la tesorería”

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El mal comportamiento de la renta variable de las últimas semanas no ha llevado a que Banca March cambie de opinión respecto al activo ya que, según indica Miguel Ángel García, director general de March Asset Management, “las bolsas son el activo con mayor potencial y están sostenidas por aumentos de beneficios y mejoras de valoración”.

García no cree que esté justificado lo que ha ocurrido recientemente. Desde su punto de vista, el escenario de crecimiento sólido, aunque no inflacionista, y los bajos tipos de interés favorecen a la renta variable. Es positivo en la Eurozona, donde las empresas mantienen su potencial de beneficios ya que “han mejorado sus ventas, mantienen un apalancamiento operativo que apoya márgenes y se benefician de menores costes energéticos y de la política expansiva del Banco Central Europeo (BCE)”. Ya también lo es en EE.UU., donde los fundamentales son sólidos, a pesar de que “las expectativas de crecimiento de beneficios se han atenuado por la caída de precio de las materias primas y el debilitamiento de las divisas emergentes, junto al previsto aumento de tipos por parte de la Reserva Federal”, señala el director general de March A.M.

En renta variable emergente son positivos en general, aunque apunta como se nubla la visibilidad de los beneficios empresariales por su dependencia del crecimiento chino. En términos de valoración, el PER de las europeas y americanas es más tractivo ya que ha vuelto al promedio histórico, mientras que en emergentes se sitúa por debajo dela media, apuntan.

Otros puntos que apoyan el activo son que sigue siendo interesante la rentabilidad por dividendo, que las operaciones corporativas darán soporte y que el sentimiento de los inversores es extremadamente negativo, “lo que actúa como punto de inflexión, en sentido contrario”, matiza.

Sin embargo, le cuesta ver valor en la renta fija. “Carece de potencial”, destaca, sobre todo la soberana. No obstante, todavía hay algún tipo de deuda donde “rascar”, como los periféricos, que están sustentados por las compras del BCE. En cuanto a los corporativos, según García, únicamente se justifica invertir en high yield, menos expuesta a la subida de tipos. Tanto el anterior como los convertibles pueden representar una vía de rentabilidad, aunque aumenta el riesgo de las carteras.

Para preservar capital, “los fondos de retorno absoluto de baja volatilidad siguen siendo una alternativa a los monetarios”. “Tiene sentido para suplir la baja rentabilidad de la tesorería”, añade. Además, especifica que estos productos son ahora más líquidos y transparentes.

De todas maneras, comenta como la baja inflación lleva a que el interés real de las emisiones de deuda a más corto plazo sea positivo. En Europa no considera que vaya a cambiar esta situación ya que no piensa que la subida de tipos por parte del BCE se produzca hasta, como pronto, septiembre de 2016.

Riesgos

En cuestión de riesgos, Alejandro Vidal, director del Departamento de Estrategia de Mercados, da probabilidad alta de que se cumpla a la ralentización de los países emergentes y las dudas sobre la consecución de los objetivos y estabilidad financiera de China; y probabilidad media-alta a la reacción negativa de la economía real y mercados financieros al comienzo de la normalización de la política monetaria de la Reserva Federal. La entidad establece que esta acción se acometerá antes de final de año, de forma muy gradual. “Previsiblemente lo aplazarán hasta que remitan las tensiones financieras”, determina.

Por otro lado, respecto a los riesgos políticos, aunque puedan suponer incertidumbre en el mercado, se muestran menos preocupados. En este sentido, contextualiza que juegan más con la racionalidad que con las expectativas políticas.

En cuanto a China, recalca que “en conjunto, los datos publicados señalan una desaceleración, pero no un aterrizaje brusco de la economía”. Esta ralentización y la bajada de los precios de las materias primas, indica Vidal, “castigará a algunos países emergentes”. Aunque, concreta, “India se podría ver más beneficiada por la caída de los precios de las materias primas".

En definitiva, “el crecimiento mundial será menor de lo previsto a comienzo del año, debido a la mayor desaceleración de las economías emergentes y al repunte de las tensiones financieras durante el verano”. Sin embargo, concluye, “no se vislumbra una recesión mundial  ya que el descenso de los costes energéticos y una política monetaria expansiva darán soporte a la actividad”. EE.UU continuará liderando el crecimiento de las economías desarrolladas y la Eurozona seguirá con su recuperación gradual apoyada por las medidas de estímulo del BCE, destacando Vidal entre todas ellas a España.