Según el departamento de Estudios de Principal Financial Group México, en el siguiente sexenio, considerando el panorama de envejecimiento y bajos niveles de ahorro obligatorio para el retiro actuales, la perspectiva de las pensiones en México generará una presión adicional en las finanzas públicas por tres vías:
1. Por una parte, las pensiones de Leyes anteriores (IMSS e ISSSTE), así como las derivadas de esquemas de reparto otorgadas por universidades, paraestatales, estados y municipios tienen un alto costo fiscal, que según diversos autores, se estima en 105% del PIB. En el presupuesto de egresos de la federación que actualmente se discute en la Cámara de Diputados, se programó un gasto para el pago de pensiones equivalente a 3.5% del PIB en 2017 -que representa el 12.5% del presupuesto total- y se espera que alcance 4.4% en 2022.
Bajo el escenario de envejecimiento próximo y la tendencia de un presupuesto federal cada vez más austero, en un entorno global en desaceleración y tasas de interés a la alza, no habrá recursos públicos que alcancen para pagar estos beneficios pensionarios.
2. Por otro lado, se estima que los trabajadores de la generación AFORE -que se rigen bajo las Leyes del IMSS e ISSSTE vigentes- reciban una pensión promedio máxima de 30% de su último sueldo, cotizando durante toda su vida activa en el mercado laboral formal. Situación directamente relacionada con el bajo nivel de ahorro obligatorio que actualmente es 6.5% de su salario base mensual.
En el Sistema de Ahorro para el Retiro se administran 56.3 millones de cuentas individuales, de las cuales solo 24.5 millones (43.5%) registraron por lo menos una aportación en los últimos tres años, particularmente debido a la alta intermitencia en el mercado laboral. En el mejor de los casos, un grupo de trabajadores podrá recibir la pensión mínima equivalente a un salario mínimo.
3. Finalmente, ligado al punto anterior, seis de cada diez personas ocupadas en México laboran en el mercado informal, sin derecho a prestaciones sociales como seguro social o pensiones. Este grupo de mexicanos serán los más desprotegidos al llegar a su etapa de retiro. El gobierno tiene un programa federal dirigido a adultos mayores de 65 años sin cobertura pensionaria, que actualmente cubre a 5.6 millones de beneficiarios (48% de esta población).