Los tres grandes riesgos asociados al cambio climático que se deben incluir en el análisis de las inversiones

Helena Viñes-Fiestas (BNP Paribas IP)
Foto cedida

Helena Viñes-Fiestas es la responsable del equipo de análisis extra-financiero de BNP Paribas IP, una de las gestoras internacionales más comprometidas con la inversión socialmente responsable. En esta entrevista con Funds People, nos pone al día del estado de uno de los aspectos más relevantes (por su urgencia) de la inversión sostenible: la lucha contra el cambio climático.

Tras el acuerdo de la COP 21 en París en diciembre de 2015, alcanzado por 195 países y cuyo principal objetivo es limitar el ascenso de la temperatura del planeta a menos de dos grados centígrados respecto a la era preindustrial, la inversión SRI afronta nuevos retos.

Teniendo en cuenta la dimensión de ese desafío, Viñes-Fiestas destaca la importancia de incluir en el análisis de las inversiones los tres principales riesgos asociados con el cambio climático, en línea con lo señalado por Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra, en su discurso ante la aseguradora Lloyd’s en Londres en septiembre de 2015. “Los primeros y más evidentes son los riesgos físicos, el impacto material derivado de los eventos de clima extremo, como tormentas, episodios de sequía prolongada y sus efectos en la propiedad, la agricultura, el comercio, el transporte… Un informe del Banco Mundial estima que si continuamos como hasta ahora, habrá unos 1.300 millones de personas que podrían verse afectadas directamente por el cambio climático”, apunta Viñes.

El segundo tipo de riesgos serían los de transición, relacionados con el proceso de ajuste a una economía más descarbonizada, por su potencial impacto en la valoración de ciertos activos. “Hay que prestar atención a los cambios de regulación y a sus efectos. Por ejemplo, en el Reino Unido se va a prohibir la extracción de carbón. Las normativas sobre los vehículos de combustión también están cambiando, y además hay que pensar en los efectos de las tecnologías disruptivas”, añade.

Por último, estarían los riesgos derivados de la responsabilidad civil, que incluirían las reclamaciones legales de los afectados por el cambio climático y que también implicarían potenciales repercusiones en la reputación de las compañías.

Helena Viñes-Fiestas, basada en París, se encuentra en Madrid como parte de un grupo de especialistas del sector financiero que ha sido consultado a propósito de la redacción de la ley de cambio climático en España, cuyo primer borrador podría aparecer en junio. En su opinión, “el sector financiero puede ser un gran aliado, sobre todo aquellas instituciones que integran el análisis de aspectos ASG en su proceso de inversión. Por una parte, las entidades inversoras pueden ejercer su influencia como propietarias a través del diálogo que mantienen con las empresas y las políticas de voto, y por otra, el sector financiero puede jugar un papel clave  en la financiación de las cuantiosas inversiones necesarias para la transición a una economía con menos emisiones”. El principal obstáculo para adoptar ese rol sería, para Viñes-Fiestas, el cortoplacismo con el que muchas veces se adoptan las decisiones de inversión y la falta hoy de un marco regulatorio que realmente incentive dichas inversiones. Además, señala que al inversor final le falta educación e información sobre los aspectos no financieros y sus riesgos, algo que debe cambiar.

Y mientras España da pasos para adoptar una normativa en la que muchos países europeos llevan ya una gran ventaja, es inevitable preguntar por la situación en EE.UU. tras la llegada de Trump. Para la responsable de análisis de riesgos extra financieros de BNP Paribas, “la COP 21 fue en gran parte el resultado de la voluntad de la administración Obama y de China. El gigante asiático puso mucho interés porque tiene graves problemas de polución y de salud pública, hasta el punto de que su crecimiento puede verse comprometido”. En cuanto a la llegada de Trump, aunque ha venido acompañada de medidas polémicas como el nombramiento de un responsable de la EPA que niega el cambio climático o el recorte del presupuesto de esta agencia, Viñes- Fiestas apunta a un país a dos velocidades. “Por un lado estará el esfuerzo federal que será mínimo, pero también hay muchos estados y ciudades que se han marcado objetivos muy ambiciosos”.

Sobre si la administración Trump intentará abandonar la COP 21, Viñes-Fiestas confía en que el calendario impuesto frene esta decisión, ya que tendrían que esperar hasta noviembre de 2018 para anunciar una decisión que no entraría en vigor hasta noviembre de 2021 y mientras, cumplir con los compromisos. Pero aún así, “se está retrasando un cambio inevitable y además eso puede tener un impacto en la capacidad para la innovación de sectores de la industria americana. En Europa, hace unos años, la legislación REACH sobre residuos químicos fue muy mal recibida en un principio por el sector, pero finalmente se ha convertido en el motor de la innovación de estas industrias en Europa”, reflexiona. Por último, Viñes-Fiestas apunta que los aspectos que más urge reformar son el uso del carbón y el precio del carbono, “porque los mercados no han funcionado y la crisis ha tenido un gran impacto”.

Dos de los fondos sostenibles de BNP Paribas IP, BNP Paribas Sustainable Active Allocation y Parvest Sustainable Bond Euro cuentan con la calificación Consistente del sello Funds People.