Los planes del Fondo soberano noruego respecto a los mandatos de terceros

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Hace una semana Jon Nicolaisen, el gobernador de Norges Bank, quien se encarga de gestionar el Fondo Soberano de Noruega, el segundo mayor del mundo con 1,13 billones de euros en activos bajo gestión, pronunció un discurso que puede consultarse aquí en el que además de repasar el comportamiento del fondo en los últimos meses de pandemia, anunció cambios en cuanto a la gestión del fondo.

Uno de los más llamativos es el que afecta a los mandatos externos que Norges bank asigna a gestoras delegando así la gestión de una parte de su gigantesco patrimonio. "La Junta Ejecutiva tiene la intención de elevar el límite de los mandatos de gestión externa al 5% del fondo el próximo año”, afirmó Nicolaisen. Según calcula Bloomberg esto supondría alcanzar los 60.000 millones de dólares en mandatos externos, en comparación con los 43.000 millones de dólares de finales de 2019, el 3,9%.

La principal causa que esgrimió el gobernador en su discurso fue el buen comportamiento que estos mandatos externos han tenido en el fondo desde que se incluyó esta fórmula en la gestión del mismo hace algo más de 20 años. “Los resultados han superado las expectativas. Al mismo tiempo, estas inversiones distribuyen el riesgo del fondo a través de más mercados. Los gestores de activos externos también ayudan al fondo a mantenerse alejado de modelos de negocio problemáticos y de empresas y sectores con estructuras de propiedad débiles. Habría sido difícil de lograr sin el conocimiento local”, afirmó en su discurso.

Y para poner cifras a ese exceso de rentabilidad basta con consultar un extenso documento publicado en junio de este mismo año en el que analiza la historia de los mandatos externos en el fondo y, entre otras cosas cifra en un 1,8% la rentabilidad extra anual después de comisiones que han aportado de media a la cartera del fondo los más de 300 mandatos con los que cuenta el fondo noruego. En concreto, desde que se optó por la fórmula del mandato externo en el año 1998 han invertido en 319 mandatos diferentes y la mayoría de ellos los han firmado con gestoras pequeñas.

Detrás de esa decisión de extender la parte de la cartera en manos de terceros no solo está la buena rentabilidad añadida conseguida, también su compromiso por seguir apostando por la inversión socialmente responsable ya que como dice “La inversión responsable requiere una propiedad activa. La gestión activa y la propiedad activa están estrechamente relacionadas”. De hecho, este mismo año, el fondo, que gestiona precisamente los excesos de las reservas de petróleo de Noruega,  anunció la exclusión de su cartera de grandes petroleras y la puesta en revisión de otras tantas  y desde 2012 ha llevado a cabo 282 desinversiones en compañías que por uno u otro motivos presentaban prácticas contrarias a la lucha contra el cambio climático.