Los pequeños pasos del BCE hacia la normalización

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European Parliament, Flickr, Creative Commons

La última reunión del BCE ha obligado a los participantes del mercado a sacar la lupa de los matices y las apreciaciones. Si nos fijamos sólo en los números, la foto no ha cambiado: se mantiene el nivel de tipos de interés en el 0% y la tasa de depósito en el -0,4% y el QE sigue en marcha, con adquisiciones de 30.000 millones de euros en deuda al mes “hasta septiembre, o más allá”. El cambio importante se ha producido en el discurso de la institución, articulado a través de Mario Draghi.

El presidente del BCE optó por eliminar la advertencia de que la institución podría modificar el tamaño y/o la duración del programa de adquisición de deuda si lo considera necesario, por un cambio en las circunstancias macroeconómicas. Los mercados ya llevaban tiempo poniendo en precio un tímido, pero gradual, cambio en la política de comunicación de la entidad.

Para James Athey, gestor de Aberdeen Standard Investments, “la clave es que el BCE ha dejado de hablar sobre hacer más si empeoran las condiciones económicas y financieras”. Athey afirma que el mensaje de esta última reunión “es un reconocimiento tácito de que la previsión económica en Europa es más prometedora de lo que era”. Aunque la reacción inicial del mercado de deuda ha sido con ventas, el experto no se muestra preocupado, porque “este cambio nos acerca a la retirada de apoyos del BCE”, y porque estima que “la reacción no debería ser desmesurada”.

Según Stefan Isaacs, gestor y director adjunto del área de renta fija minorista de M&G, destaca que la autoridad monetaria ha incrementado sus previsiones de crecimiento para 2018 hasta el 2,4%, además de retirar la referencia a la aplicación potencial de más estímulos. El gestor vaticina que, a partir de ahora, “el BCE probablemente empiece a encaminarse progresivamente hacia el endurecimiento de su política monetaria”. Isaacs pronostica que los próximos pasos consistirán en “el anuncio de su programa de compra de activos antes de ponerle fin definitivamente más adentrado el año, a lo que podría seguirle una subida de tipos en 2019”.

Respecto a los impactos de estas decisiones, el experto aclara que el cambio de política monetaria concuerda con una mejora ostensible de la situación económica en la zona euro, gracias a un crecimiento superior a la tendencia, la continua reducción de la brecha de producción y el aumento gradual de las presiones inflacionistas hacia el objetivo del 2% del banco central. “Esta situación podría traducirse en una mayor presión sobre los rendimientos de la deuda pública, especialmente en el tramo corto, lo que probablemente beneficiará a los sectores cíclicos y debería seguir siendo favorable para los activos de riesgo”, sentencia el gestor.

Por último, Andrew Belshaw, director de inversiones de Western Asset, filial de Legg Mason, considera que Draghi ha eliminado el sesgo acomodaticio, tal y como esperaban los mercados, aunque, en su opinión, no era necesario en vista del contexto actual. "Habida cuenta de que el presidente del BCE quitó importancia a este hecho y del tono acomodaticio de la rueda de prensa, el efecto en el mercado ha sido insignificante", subraya.