¡Los microcréditos salvan vidas!

El domingo 6 de febrero el suplemento Crónica de El Mundo publicaba una noticia relacionada con los microcréditos que ha tenido lugar en un estado del sur de India, Andhra Pradesh. Aquéllos que hayan leído esa noticia, sin más datos sobre la situación, necesariamente habrán llegado a la conclusión que enuncia el título de la noticia: “El microcrédito los mata” con un subtítulo que dice: “Se pensó que la pobreza en la India podría erradicarse con pequeños préstamos. La idea recibió un Nobel. Ahora, los endeudados se suicidan”.

Así que según Crónica, los microcréditos matan a los indios. ¿Es esto cierto? ¡NO, rotundamente no! Vamos a ver por qué:

1. Porque en India este sector concede a alrededor de 20 millones de clientes más de 34 millones de $. Personas que no tienen acceso a los canales financieros normales y que sino se verían avocados a tomar prestado de usureros locales. Los microcréditos lejos de ser un mal, son un bien que ha traído financiación a muchos lugares a los que antes no llegaba.

2. La noticia describe que ha habido un gran número de suicidios y valora que éstos son causa de las prácticas de comercialización y recuperación de créditos de las IMFs. En cuanto al número de suicidios, desgraciadamente es una realidad en India: el índice de suicidios es muy alto, ya que en el año 2009 rondaron los 10,9 por cada 100.000 habitantes[1] (en 2006, los suicidios en India fueron el doble que en España[2]) y, de éstos, el 2,5% se debieron a bancarrotas o repentinos cambios en la situación económica. Ello cuando los suicidios por enfermedades o  problemas familiares supusieron un 12,7% y un 23,7%, respectivamente. Desafortunadamente, éste es un fenómeno que acontece, pero que por sí solo no explica que las IMFs sean culpables de un gran número de suicidios.

Además, lo que no describe la noticia es el contexto en el que se dan estas acusaciones: el gobierno del estado en cuestión también concede microcréditos, pero subvencionados, por lo que logran prestar a tipos de interés inferiores al sector privado. Sin embargo, las IMFs logran atraer a más clientes y tienen tasas de morosidad inferiores. ¿Cómo se explica esta situación? Pues el gobierno, en vez de asumir que podría deberse a una mejor calidad del servicio prestado al cliente (porque no hay burocracia), asume que se debe a las referidas malas prácticas.

Como en todo, esto no es cuestión de blanco o negro, y puede que haya malas prácticas, y habrá que combatirlas con todos los medios, pero esto no puede servir para emplear argumentos demagógicos contra un sector que, como hemos dicho al principio, genera tantos bienes.

3. El argumento de que los tipos de interés son muy altos es simplificar las cosas. Para los microemprendedores es más importante tener acceso al crédito que el coste de éste, ya que los márgenes que manejan en sus actividades podrán soportarlos; lo que no soportan es el paro, la inactividad y la ausencia de oportunidades, dependiendo en el mejor de los casos de usureros no regulados.

Además, el debate sobre los tipos de intereses cobrados ya ha sido superado, incluso bendecido, como indicó el CGAP[3] (dependiente del Banco Mundial) en un documento del 2002, porque los costes relativos de concesión de un préstamo son mayores en préstamos de tan poco tamaño; porque los clientes no suelen contar con un historial de crédito, ninguna garantía colateral, muchos de ellos son analfabetos y viven en áreas aisladas de muy difícil acceso.

Pero, aun con todas estas justificaciones, ¿cómo sabemos que no se están cobrando intereses excesivos? Para eso está el MBB[4] de MixMarket, dependiente del Banco Mundial, que compara los tipos de interés de más de 1.900 IMFs para, entre otras cosas, ver cuáles cometen excesos. Además contamos con el control que ejercen las agencias de rating a través de sus ratings sociales, que también analizan esta variable.

4. Otra realidad de la que no se hace eco el artículo es la iniciativa legislativa que ha tomado el gobierno de Andhra Pradesh para solucionar este problema basándose precisamente en las razones no demostradas que reproduce el artículo. Esta solución ha consistido, entre otras cosas, en capar los tipos de interés al 24% y cambiar los vencimientos de los intereses de semanales a mensuales.

Lejos de favorecer al los microemprendedores, todas estas medidas han provocado una ola de impagos que ha amenazado la existencia de las IMFs en este estado (sus efectos no se han extendido a otros estados). La actividad microfinanciera del estado ha empezado a decaer, muchas IMFs están abandonando el lugar y los microcréditos a los ciudadanos se han visto restringidos ¿Es esta una buena solución: que 4 millones de prestatarios de microcréditos en este estado tengan más limitado su desarrollo humano?  

Concluimos que las microfinanzas lejos de “matar”, dan “vida”. Pero esto no debe hacernos ciegos y no admitir que puede haber malas prácticas. Además, es conveniente mirar este problema con perspectiva, India, junto con Bangladesh, son los lugares donde las microfinanzas llevan más tiempo funcionando. Los organismos internacionales y Gobiernos llevan mucho tiempo desarrollando medidas para solucionar este problema, como por ejemplo The SMART CAMPAIGN (de la que Finenza es socio): que hace que las IMFs que se adhieran tengan un sello de calidad de servicios, lo que garantiza transparencia de su información, un fuerte compromiso ético y un control sobre sus trabajadores. O la más reciente iniciativa patrocinada por la ONU que han tomado los mayores Fondos de Pensiones holandeses y americanos y algunos gestores, como BlueOrchard, que han lanzado 7 principios responsables que deben guiar las inversiones en microfinanzas y que se comprometen a introducir en el mercado inmediatamente. Esto, junto con razonables iniciativas locales y estatales, será lo que garantizará que determinadas prácticas, que nadie puede aceptar, no tengan lugar.

                           

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[1] National Crime Records Bureau of India

[2] Últimos datos disponibles del INE

[3] Consulting Group to Assist the Poor

[4] MicroBank Bulletin