Los mercados bursátiles necesitan de la inversión sostenible

Ana Claver (Robeco)
Cedida por Robeco

TRIBUNA de Ana Claver Gaviña, CFA, directora ejecutiva Robeco España y Chile. Comentario patrocinado por Robeco.

Entender los mercados bursátiles no resulta sencillo, pero una cosa está clara, el mercado es cambiante y en estos tiempos evoluciona en el sentido de la consciencia social. Todos sabemos que la regulación es una herramienta principal en esta tarea monumental que es convertir el modelo que comenzó con la Revolución Industrial en un modelo que permita el desarrollo del ser humano sin olvidar todo lo que le rodea; pero será el mercado, con la nueva demanda de los consumidores, quien asegure el éxito rotundo de esta vasta tarea.

Comprender el mercado supone entender de dónde viene y qué se espera de él. En Robeco, el conocimiento previo viene ya demostrado tras muchos años de experiencia en una inversión fundamentada, informada, analizada y que tiene en cuenta a los diferentes grupos de interés pero siempre desde la óptica financiera que conoce qué aspectos aportan valor a la inversión, sin olvidar que ciertos beneficios no compensan ciertos males.

Las perspectivas a futuro, siempre complicadas y más en estos tiempos de transición, resultan imprescindibles a la hora de fijar las estrategias de inversión de las empresas. Al hablar de tendencias hablamos de tendencias macro, a largo plazo, algo muy diferente de las modas coyunturales incapaces de movilizar industrias enteras; conocer la tendencia es la manera de descubrir para los inversores el siguiente caballo ganador.

En las tendencias definidas por el equipo de Robeco se adivina la necesidad ineludible del desarrollo sostenible. Se habla de dos riesgos principales interrelacionados, como son los cambios sociodemográficos (envejecimiento de la población, un mayor acceso a la clase media y mayores desequilibrios sociales) y la necesidad reconocida de conservar el planeta y sus recursos agotables. Pero también se habla de las tendencias para su solución, que pasan por una mayor regulación, y sobre todo por la llegada de cambios tecnológicos.

La llegada de nuevas tecnologías transformadoras, como la inteligencia artificial o la secuenciación del ADN, generan nuevas y poderosas oportunidades de inversión. La digitalización de la producción, la conectividad, los robots o el internet de las cosas (IoT), junto con el continuo avance en energías y materiales inteligentes nos permitirán luchar contra unas amenazas reales de agotamiento y deterioro de los recursos naturales.

Esto lo entiende el mercado, y actúa en consecuencia. Existe una creciente evidencia de que la sostenibilidad aplicada a las inversiones proporciona unos mejores beneficios ajustados al riesgo, como se deduce del análisis de Morningstar en el cual se observa como los fondos sostenibles han tenido un comportamiento superior a la media de fondos de la base de datos en 2018. Otro dato que también aporta información sobre el comportamiento del mercado en este sentido es el crecimiento en la demanda de inversión sostenible, donde el gráfico muestra el crecimiento en billones de euros bajo gestión en inversión sostenible.

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Cuando se habla de inversión sostenible, es necesario hablar de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas y las oportunidades que ofrecen, recordemos que son necesarios de cinco a siete billones de dólares al año en inversiones para alcanzar las metas de los ODS en 2030. Las principales oportunidades de inversión serían por orden: Acción climática (ODS13), Energía limpia accesible (ODS7), Trabajo decente y crecimiento económico (ODS8), Salud y bienestar (ODS3), Hambre cero (ODS2).

Una manera de materializar estas tendencias es invertir como lo hace Robeco, integrando la información sostenible en sus análisis y soluciones de inversión, o específicamente en fondos temáticos como Robeco Smart Energy, Smart Materials, Smart Mobility y en aquellos relacionados con los ODS como RobecoSAM Euro SDG Credits y RobecoSAM Global SDG Equities. Es, además, la oportunidad que tiene el inversor de participar en estas empresas que son conscientes del futuro y las acompañe en su camino hacia una transición necesaria, de manera que no solo se beneficie de la rentabilidad que generan, sino que, en paralelo, apoyemos una filosofía de la que estamos convencidos.

Son tiempos de hacer cosas y poner el dinero a trabajar, con sentido común. Tiempo de oportunidades.