Los mayores aciertos y errores del equipo de inversiones de Bestinver

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Si hay algo que le ilusiona a Beltrán de la Lastra, presidente y director de Inversiones de Bestinver, es el equipo de inversiones que ha armado formado tanto por analistas senior como junior, estos últimos, “el futuro de la gestora”. De este grupo de profesionales ha presumido continuamente en su segunda Conferencia Anual de Inversores celebrada en los Teatros de Canal, donde no ha descartado que pueda incluir algún talento más, “sino no estaría haciendo mi trabajo”, subraya.

De hecho, entender el proceso de inversión de los fondos y el valor de los especialistas lo considera como su gran acierto en su carrera profesional. “Hay que ser humilde para entender que no todo lo sabes hacer”, indica de la Lastra que, junto a Ricardo Cañete, gestor de Renta Variable Ibérica, reconocían también sus grandes errores en su trayectoria profesional.

“Vender demasiado pronto”, en el caso del presidente, y “no identificar la situación macro en 2008”, en el caso del gestor del Bestinver Bolsa. Equivocaciones que volviera a cometer por su perfil de inversión value en el segundo caso y que ha servido para que, de la Lastra, aprenda que “a los buenos negocios hay que dejarles respirar y crear valor”. Esta afirmación le valió a Cañete tanto en su gran error de 2008 ya que un año más tarde recuperó su valor aquella “cartera cargada” como en su acierto identificado en 2012. “No había visibilidad pero sabíamos que a medio plazo la habría y así se reflejó en 2013”, admite el gestor.

Más específico fue otro de los miembros del equipo de analistas que acompañaba en la cita a los anteriores . Jaime Vázquez, especialista en el sector de consumo, señaló como “darle el beneficio de la duda al anterior CEO de Carrefour, el cual acabo siendo un desastre” se ha convertido en su mayor desacierto y su mejor destreza “anticipar el desbloqueo estructural del sector de distribución en Reino Unido”.

La robustez de la cartera

Vázquez, junto a Vighnesh Padiachy o Colin Gibson, coprotagonizaron la conferencia junto a Cañete y de la Lastra explicando por qué tienen ciertas compañías de los cuatro grandes sectores de las carteras de los fondos de Bestinver (Consumo, Industrial, Financiero y Comunicaciones y Tecnológico). Unas carteras en donde lo importante, apunta el presidente en diversas ocasiones, es la robustez de la misma. “Una diversificación sin dispersión”, contextualiza, donde se encuentran oportunidades distintas en sectores distintos y en momentos distintos.

Especial hincapié prestaron al financiero donde, a pesar de que siguen buscando, no han encontrado oportunidades en bancos y existen mejores opciones, como Merlin Properties. Este sector, acechado por el regulador -que no creen que pueda presionar más porque sino los bancos no serán capaces de dar crédito-, los tipos de interés y un elemento disruptivo como la tecnología, deja poca visibilidad en cuanto a como generar beneficios futuros.

Cañete apunta como los bancos antes daban un servicio universal y ahora su cadena de valor se está rompiendo. Nuevos medios de pago que meten presión a los pagos tradicionales en efectivo o tarjeta, el crédito al consumo o gestoras independientes que ofrezcan mejores productos, por no hablar de la desintermediación son algunos de los puntos que identifica.

Respecto a su competencia, lo único que le importa a de la Lastra es que “tengan los intereses de los participes por delante para que sea una industria sana”.

La mayor oportunidad

Por otro lado, descartan impactos notables en las carteras por el Brexit o por problemas políticos en España o Cataluña. “Cuando el riesgo político se incrementa, hay acciones que son penalizadas y es buen momento para comprar”, destaca el director de Inversiones, además de añadir que tienen poco riesgo regulatorio en las carteras.

En este sentido, se muestra muy optimista ya que cree que pocas veces en su vida ha estado ante una oportunidad tan grande de generar rentabilidad, eso sí, “no exenta de exigencias para los inversores y gestores”. La clave para conseguirla, continuar buscando “buenos negocios, a buenos precios, que nos den potencial de revalorización”, determina. Este potencial es del 48% en el caso de la cartera internacional y del 55% en la ibérica.