“Los líderes europeos siguen reticentes a una unión fiscal”

00merkel
European Council, Flickr, Creative Commons

“La crisis de deuda europea representa el principal problema de la economía mundial pero, por desgracia, la cumbre europea de finales de junio no resolvió muchos de los problemas estructurales de la moneda única para garantizar la solidez y sostenibilidad de la Unión Monetaria. Los responsables políticos siguen reticentes ante la idea de una unión fiscal, ya que consideran que un Tesoro único con poder para recaudar impuestos, controlar el gasto y emitir deuda es incompatible con el mantenimiento de la soberanía nacional”.

Así lo asegura John Greenwood, economista jefe de Invesco, en su informe ‘Perspectivas Económicas Trimestrales’, un detallado documento en el que el experto presenta su visión macroeconómica de las principales economías para los próximos meses. En su opinión, los acuerdos alcanzados por los líderes europeos se quedan aún muy cortas con respecto a lo que hace falta para garantizar la solidez y sostenibilidad de la UEM. “La propuesta para crear una supervisión bancaria europea, un fondo común de garantía de depósitos y un marco único para la resolución de crisis puede resultar suficiente para contener o afrontar una nueva crisis, pero, en lo que respecta a la actual, llega demasiado tarde”.

A su juicio, se trata básicamente de cuestiones secundarias que no conseguirán detener la crisis bancaria y de deuda actual. “Mientras tanto, la crisis que está sufriendo la eurozona afecta seriamente tanto al crecimiento económico de la región como al comercio mundial”. Esto se debe –explica Greenwood- a que la Unión Europea representa aproximadamente un 20% del PIB global y, por lo tanto, la economía mundial continuará deteriorándose hasta que se acuerde una solución creíble y sostenible a la crisis del euro.

Una de las economías que se verán afectadas será la estadounidense, que además afronta también sus propios desafíos. “Estados Unidos continuará creciendo a un ritmo moderado, inferior a su potencial, hasta que las familias y las empresas reparen sus respectivos balances. Si se produce un abismo fiscal a inicios de 2013 debido a la combinación de subidas de impuestos y fuertes recortes en el gasto gubernamental, podría tener un impacto negativo de entre el 3% y el 5% en el crecimiento del PIB estadounidense”, asegura el experto.

“El Reino Unido, por su parte, seguirá los pasos de Estados Unidos en cuanto a la reparación de balances, pero partiendo de una posición más difícil debido a los mayores niveles de endeudamiento de los bancos y de las familias antes de la crisis, así como al mayor tamaño de su sector público y a la proximidad con la eurozona, principal destino de las exportaciones británicas”. En el resto del mundo, las principales economías exportadoras de países emergentes como China, los tigres asiáticos y Brasil también se verán afectadas por la difícil situación de la eurozona, indica el experto.

Greenwood pone el acento en las cifras de exportación de Taiwán y Corea, que volvieron a caer en términos interanuales por tercer mes consecutivo en mayo. “Los datos de estos dos países resultan relevantes porque se trata de economías con altos niveles de industrialización cuyas cifras de exportación muestran una estrecha correlación con la demanda de los consumidores de Europa y Norteamérica. Además, porque ambas economías publican sus datos comerciales unos días después del cierre de cada mes y por tanto actúan como indicadores principales para otros países de la región”, afirma.