Los juguetes de Forbes

El pasado 17 de diciembre tuvo lugar en Sotheby´s New York la subasta de parte de la inmensa colección de juguetes antiguos de Malcolm Forbes, el legendario editor de Forbes Magazine fallecido en 1990. La mayor parte de la colección estuvo, durante 25 años, expuesta en el cuartel general de Forbes situado en la Quinta Avenida.

Los herederos de Malcolm, que incluyen al actual editor de Forbes, Steve Forbes, han tenido que deshacerse de ellos. Y no les culpo. Malcolm, que heredó de su padre la reputada publicación, fue un carismático personaje conocido por llevar un estilo de vida más que espléndido. De hecho, se convirtió en lo que hoy llamaríamos una celebrity. Se dedicó a vivir intensamente, y esto incluía comprar y coleccionar miles y miles de objetos.

Su gran pasión fueron los juguetes, pero también los globos aerostáticos o sus 68 Harley Davidson. Se desplazaba en jet privado o en alguno de sus yates. Poseía mansiones en New Jersey y Londres, pero también una de las islas Fidji –donde se esparcieron sus cenizas- y un palacio en Tánger.

A propósito de este palacio en Tánger muchos podrán recordar la fiesta de cumpleaños que Malcolm dio en 1989 con motivo de su 70º cumpleaños. Fletó un Boeing desde New York para desplazar a unos mil invitados, entre los que se encontraban su amiguísima Elisabeth Taylor, Donald Trump, Katharine Graham, Rupert Murdoch o Henry Kissinger. Una fiesta fastuosa, danzas del vientre y fuegos artificiales incluidos, que pasó a la historia como símbolo del capitalismo de una época. De hecho, el lema de Forbes fue “Forbes: capitalist tool”.

Otro día les contaré sobre su famosa colección de huevos de Fabergé, de los que sólo se conservan 57. Cuando el Kremlin atesoraba 10 de ellos, Malcolm logró hacerse hasta con 9 de las preciosas y valiosas piezas… de las que también se deshicieron sus herederos en 2004. Pero esta es otra gran historia de arte, política y pasión que reservaremos hasta otro momento.

Hoy quisiera desearles unas felices fiestas de Navidad en compañía de los suyos. O, a los más animados, les deseo que sean invitados a fiestas como aquélla en Tánger… En cualquier caso Feliz Navidad y, por pedir, les deseo que el año que viene su nombre aparezca en Forbes.

Hasta la próxima.