Los indicadores de confianza, en línea con nuestro escenario de crecimiento moderado

HansBevers
Foto cedida

La fuerte caída que las cotizaciones bursátiles y las materias primas han registrado en los últimos días sugieren que la economía mundial está entrando en una fase de desaceleración importante o incluso una nueva recesión. Por otra parte, las monedas de los países emergentes están sufriendo gravemente, dando lugar a que se diga que una crisis financiera en toda regla está a la vuelta de la esquina en los mercados emergentes. Pero este no es nuestro punto de vista.

Los mercados financieros están cada vez más preocupados por la desaceleración del crecimiento de China, sobre todo porque los políticos han devaluado el renminbi. Pero en general, los datos que se están publicando siguen siendo coherentes con los esfuerzos de reequilibrio económico de China en lugar de un escenario de aterrizaje brusco. Aunque la tendencia a largo plazo es claramente descendente, las medidas de estímulo monetario y los esfuerzos adicionales de gasto presupuestario deberían comenzar a tener efectos positivos próximamente. 

La debilidad de los mercados emergentes es probable que persista, pero una crisis financiera en toda regla es poco probable por varias razones: en primer lugar, los tipos de cambio son más flexibles; segundo, las políticas fiscales son menos procíclicas permitiendo mayores déficits presupuestarios en tiempos de crisis; tercero, tienen menos deuda en moneda extranjera (el pecado original) evitando un desfase entre las divisas y los vencimientos entre los ingresos nacionales y los pasivos externos, y por último, cuentan con unas reservas internacionales significativas que puede llegar a ejecutar para mitigar la depreciación de su moneda. Un aspecto, este último, muy importante ya que para los países endeudados en divisa extranjera, la depreciación de su moneda puede tener más un efecto de contracción que de expansión. 

Con respecto a la situación en EEUU y la zona euro, los indicadores de confianza económica siguen confirmando nuestro escenario de una recuperación global moderada. Hemos argumentado antes de que la zona euro se enfrenta todavía a grandes obstáculos y no se puede catalogar la recuperación económica de Estados Unidos como espectacular. Pero, dicho esto, tampoco vemos demasiadas razones para llegar a ser totalmente pesimistas. La recuperación mundial está mostrando signos de duda, pero los principales indicadores no apuntan a una fuerte desaceleración.