Los impulsos viscerales del inversor de renta variable comienzan a despertarse

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Chiot's Run, Flickr, Creative Commons

Parece indiscutible que, desde hace unos meses, el entorno macroeconómico mejora y se acelera el crecimiento de beneficios, sobre todo en los mercados desarrollados. Pero, como destaca el equipo de renta variable fundamental de Goldman Sachs Asset Management (GSAM) en su último white paper, “lo realmente importante es que este crecimiento de los beneficios está más correlacionado con la tasa de variación del PIB que con el nivel absoluto. Por eso, si el crecimiento en las economías avanzadas pasase del 1% en 2013 al 2% en 2014, podríamos ver un crecimiento de los beneficios empresariales mucho más acusado que en los mercados en desarrollo, donde se estima que el PIB crecerá a una tasa anual del 5,5%”.

Esto está provocando un cambio en los inversores de renta variable, que vuelven a centrarse en el crecimiento, un movimiento que, según GSAM, despertará los impulsos viscerales –los famosos ‘animal spirits’ de Keynes, es decir, la confianza y el deseo de invertir que resultan esenciales para el crecimiento económico− del estado de hibernación en el que se encontraban desde 2008. “Los últimos cinco años, las decisiones corporativas se han visto frenadas por la incertidumbre pero, conforme vayan desapareciendo las amenazas, las empresas volverán a invertir en el crecimiento”, apuntan desde la gestora estadounidense.

De hecho, según una encuesta publicada por Bank of America Merrill Lynch (Global Fund Manager Survey) en diciembre de 2013, los inversores de renta variable que desean que las empresas aumenten sus inversiones de capital (capex) suponen ya el 50%, su nivel más alto desde diciembre de 2005, mientras que el número de inversores que se decantan por la distribución de efectivo entre los accionistas ha caído por debajo del 30%, la cifra más baja desde 2010. Por eso, en GSAM esperan ver “un incremento de la inversión de capital, del gasto en investigación y desarrollo, de las fusiones y adquisiciones y de la contratación a expensas de los aumentos de dividendos, las recompras de acciones o un mayor saneamiento de los balances”.

Las acciones siguen ofreciendo potencial alcista, pero hay que ser selectivos

Las bolsas mundiales volvieron a marcar récords en 2013 y duplican ya los niveles mínimos de 2009 pero, como explican desde GSAM, “los avances registrados en los últimos cinco años han respondido principalmente a la expansión de múltiplos, una tendencia típica de la fase de recuperación del ciclo de mercado de renta variable”. Ahora, sin embargo, los expertos esperan que la aceleración del crecimiento económico se traduzca en un sólido crecimiento de los beneficios, sobre todo en los mercados desarrollados. “Ahora que las valoraciones de mercados desarrollados vuelven a cotizar cerca de sus medias históricas, el crecimiento de los beneficios pasará a ser el factor diferencial en renta variable −apuntan− pero no todas las áreas del mercado se beneficiarán en la misma medida, por lo que la selección de valores resultará determinante en esta fase del ciclo de mercado”.

Teniendo en cuenta esta reactivación del crecimiento, en la casa estadounidense se decantan por los segmentos más innovadores en tecnología (aplicaciones informáticas, comercio electrónico, equipos de telecomunicaciones y tecnologías disruptivas), salud (biotecnología, farmacia y dispositivos médicos) e industriales (maquinaria, equipos de automatización, logística, aeroespacial y productos y equipos agrícolas) y cuentan con exposición selectiva a valores financieros que se beneficiarán de la mejora de los mercados de capitales y a empresas sensibles al crédito en Estados Unidos y Japón, donde los fundamentales son más sólidos.

Principales riesgos

El equipo de renta variable fundamental de GSAM identifica como el principal riesgo para sus perspectivas “cualquier acontecimiento que inhiba a los ‘animal spirits’ y frene el crecimiento” como, por ejemplo, un estancamiento de las reformas en Japón o en la eurozona, nuevos encontronazos políticos en Estados Unidos o sorpresas inesperadas en alguno de los procesos electorales que tendrán lugar en muchos países emergentes en los próximos meses. ¿Y la retirada de estímulos por parte de la Reserva Federal estadounidense? A GSAM no le preocupa: “Aunque un endurecimiento apresurado de la política monetaria sí podría tener un impacto negativo, una subida moderada y gradual de los tipos de interés es coherente con la mejora de la economía y, en nuestra opinión, no supone un riesgo para nuestras perspectivas”.