Los gestores ven oportunidades ante la reestructuración del sistema financiero europeo

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Jugbo, Flickr Creative Commons

Las entidades financieras son los mayores emisores en los mercados de renta fija y, por tanto, es normal que representen un determinado porcentaje de las carteras de cualquier inversor. O, al menos, lo era hasta hace unos años. Pero en el actual entorno, son muchos los que han extremado la cautela y salido de bancos, tanto a la hora de posicionarse en renta variable como en renta fija, debido a las dificultades de análisis y a la incertidumbre que gira en torno a su futuro.

“Nos preocupan los bancos y los sectores que están sometidos a decisiones políticas, regulatorias y fiscales dentro de la eurozona”, dice Philippe Lecoq, director adjunto de Renta Variable Europea de EdRAM, donde no consideran invertir en bancos europeos.

Ante la difícil situación del sector financiero y el riesgo de pérdida de inversores institucionales tales como fondos monetarios de gran dinamismo -como ejemplo, los fondos monetarios de EEUU eliminaron su exposición a bancos españoles desde el verano-, en Capital at Work prefieren estar fuera del sector financiero, tanto en renta variable como en renta fija. De tener algunas posiciones, optan por deuda senior de bancos de primera calidad. Su presidente, Eric Ollinger, asegura que "ante la quiebra de un banco, los inversores en fondos están más protegidos; los que asumen el riesgo del banco son los depositantes –aunque en este caso lo cubre el Fondo de Garantía de Depósitos hasta 100.000 euros-, bonistas y accionistas”.

El consejero delegado, Lucas Monjardín, está convencido de que "es una falsa creencia que todos los bancos sean demasiado grandes para dejarlos caer" y critica que algunas fusiones en España aglutinen entidades con graves problemas de solvencia que se han intoxicado "con sus respectivas enfermedades". El experto cuestiona también su política de continuas compras de deuda española mientras siguen endeudándose con el BCE y aprovechándose del carry de la operación y considera que, si hay una reestructuración de deuda pública, tendrán que afrontar un problema muy serio.

Sin embargo, sigue habiendo gestores que, lejos de amedrentarse por la actual situación de reestructuración del sector, apuestan por las oportunidades que van ligadas al riesgo y a la incertidumbre. “Los cambios que se están produciendo en el sector financiero constituyen el mayor tema de inversión en los mercados actualmente”, dicen Paul Read y Paul Causer, corresponsables de Renta Fija de Invesco Perpetual. En un informe, explican que desde la segunda mitad del año pasado, el sector ha estado afectado por el riesgo sistémico derivado de la crisis de la eurozona, pero que los bancos han hecho progresos muy significativos.

“La deuda de bancos europeos representa una oportunidad real a medio y largo plazo”, aseguran, indicando que la exposición a deuda soberana varía mucho en función del banco y que el estrés de mercado, más que retrasar la reforma, la acelerará. “En la medida en que los bancos adaptan su estructura de capital y sus negocios al escenario regulatorio, cambiando sus balances, retirando los instrumentos de capital menos efectivos y emitiendo nuevos instrumentos más alineados con sus nuevos objetivos, habrá oportunidades para encontrar valor en la estructura de capital y en los bancos de todo el mundo en los próximos años”, dice el estudio.

Fase del proceso de recapitalización

Para Ramón Zárate, de Zárate EAFI, la variable que determina la elección del activo en su cartera es la fase del proceso de recapitalización bancaria en que se encuentra el emisor. Cree que “entidades financieras que ya han sido vendidas a otras o en las que el Estado ha entrado a formar parte a priori parecen más interesantes que otras que todavía no han iniciado el proceso”. Y es que, en las recapitalizadas, los bonos ya cotizaron en su momento la quita que exigía el mercado, con lo que las posibilidades de que cumpla sus compromisos futuros de pago parecen más ciertas.

“Preferimos comprar bonos subordinados o preferentes de algo que ha superado lo peor a aquellos que son susceptibles de empeorar. Mejor subordinadas de Lloyds que de Bankia, preferentes de Deutsche que de BBVA, senior de Bank of America que de Bankinter o cédulas hipotecarias Irlandesas que de CaixaBank”, pone como ejemplo.

Alfonso de Gregorio, director de Gestión de Gesconsult, ahora rechaza el caramelo de la deuda pública española y apuesta más por la deuda corporativa, sobre todo de bancos de primera calidad y también depósitos. “Hay bonos corporativos de bancos con una calidad crediticia que ha sido recortada de forma injustificada por su exposición a España, a pesar de que apenas tienen exposición del negocio al país”, explica.

A la hora de aprovechar la reestructuración del sector, opta por productos como cédulas, pagares o depósitos de entidades que, por su menor calidad y solvencia, se veían obligadas a ofrecer fuertes rentabilidades, pero que han sido fusionadas por otras de mayor calidad. Es el caso de depósitos de Unnim, comprado por BBVA, o pagarés de Banca Cívica antes de que fuera fusionada con La Caixa. “Hay ineficiencias que podemos aprovechar”, explica De Gregorio.

Con cautela

Para Susan Sternglass Noble, gestora senior en AXA Investment Managers, las ventas en el sector dan lugar a oportunidades para invertir en compañías de servicios financieros de alta calidad, pero matiza la importancia de controlar el riesgo. “Nos centramos sobre todo en compañías con fuertes ventajas competitivas y oportunidades de crecimiento. Estamos focalizados en determinadas empresas de mercados emergentes, norteamericanas e inglesas, como American Express y BlackRock. Seguimos infraponderando la zona euro, pues las implicaciones económicas de una solución de la crisis es probable que conduzcan a un ambiente operativo difícil en los próximos años”, explica.

También en Oyster apuestan por los bancos con mucha cautela, y están fuera de los italianos y españoles. “Creemos que los bancos europeos, al menos algunos de ellos, podrían beneficiarse de un fuerte potencial de rebote. Sin embargo, mientras que haya dudas sobre el futuro del euro y la situación económica no se estabilice, el sector permanecerá muy volátil”, explica Jérôme Schupp, jefe de Inversiones de Retorno Absoluto y Tradicionales en SYZ Asset Management. El equipo encuentra buenas oportunidades en bancos sólidos que tienen una exposición limitada a los países del sur de Europa como es el caso de BNP o Deutsche Bank.