Los gestores de bolsa española huyen del ruido macro y apelan al tiempo como aliado

Afrontar uno de los momentos de mercado más complicado de las últimas décadas con la convicción propia de expertos que cargan con varias crisis similares a sus espaldas no es tarea fácil, y menos aún si la juventud impide tener ese bagaje. Es el caso de algunos de los gestores de renta variable ibérica que mejor han aguantado el temporal en los últimos años, batiendo a los índices con amplio margen y pertenecientes, en muchos casos, a gestoras medianas e independientes, lo que hace que comprometan su patrimonio personal en los productos que gestionan. Alfonso de Gregorio, director de gestión de Gesconsult; Iván Martín, director de renta variable y gestor de Aviva Gestión; Fernando Bernad, gestor de Bestinver; y Gonzalo Lardiés, gestor de BPA, tienen en común un estilo de gestión marcado por la convicción en el potencial de la renta variable a largo plazo y en las oportunidades que se gestan en unos mercados volátiles dominados por la política y la macroeconomía, pero que acabarán poniendo en precio el valor de los tesoros escondidos en el fondo del mar bursátil una vez se retire la marea. Los cuatro gestores han compartido su visión sobre los mercados en exclusiva con Funds People, en un desayuno organizado en las oficinas de Madrid de Cuatrecasas Gonçalves Pereira .

 

Aunque algunas de sus ideas son diferentes, el mensaje es unánime: es en estos entornos donde existen oportunidades y por eso es momento de comprar y recurrir al tiempo y la paciencia como aliados más valiosos. En este sentido, De Gregorio señala la vigencia de la famosa cita de Benjamin Graham relativa a aprovechar la volatilidad, inherente a la inversión, y que considera se mantendrá. “En lugar de salir huyendo en épocas de estrés, las caídas de determinados valores han de ser vistas como oportunidades de inversión”, decía Graham, algo que Gesconsult ha aplicado a 2011 y aplicará este año. “Numerosas compañías han visto crecer los beneficios en los últimos años, cotizan a ratios atractivas e incluso están cerca de su valor de liquidación o tienen más del 50% de su valor en caja”, comenta. Por eso dice que quien entre ahora en fondos bursátiles, en niveles muy bajos, puede esperar altas rentabilidades a medio y largo plazo, pues “tarde o temprano valor y precio se ajustarán”.

 

Para Martín, gestor del Aviva Espabolsa, la volatilidad permite entrar en el mercado a precios históricamente bajos, algo que aprovecha. “La clave es el factor tiempo: sólo cabe esperar y tener paciencia”, afirma. “Pensando en el largo plazo, en periodos de unos diez años, se pueden obtener rentabilidades anualizadas del 10% sin hacer locuras; si has hecho bien tu trabajo, puedes estar tranquilo, los resultados terminarán llegando”, comenta.

 

Una consigna que también aplica Fernando Bernad, desde Bestinver, cuyos productos bursátiles están completamente invertidos. “La historia demuestra que los momentos de más incertidumbre son los mejores para la inversión; vivimos en uno de ésos y tenemos la mejor cartera de la historia de la gestora”, con nombres estables en el tiempo -aunque con una gestión activa de sus pesos en función de la situación- que Bernad tilda de auténticas joyas. Es más, en la gestora conciben la inversión en renta variable como la que más valor aporta, como la mejor forma de conservar rentabilidad incluso en estos momentos. “Nos parece conservador invertir en renta variable a estos precios, y también a largo plazo: nunca se pierde siempre que no se haya entrado a niveles excesivos”, recuerda.

 

Desde su puesto como gestor del BPA Fondo Ibérico Acciones, Gonzalo Lardiés es el que quizá se ha visto abocado a considerar en mayor medida que antes la influencia de la macroeconomía, pero su discurso es idéntico a la hora de valorar las oportunidades actuales. “La clave es anticiparse tanto a lo bueno como a lo malo. Ahora todos buscan estar cortos en bolsa española pero hay que anticiparse a lo bueno en este caso, es el ejercicio más sensato que se puede hacer”, comenta, consciente de que puede haber sorpresas negativas, pero convencido de que ya hay muchos aspectos negativos descontados en las valoraciones. “El riesgo es pecar de demasiado pesimistas, pues el próximo ciclo bueno lo cogerán pocos”, añade.

 

Falta de visibilidad
El problema no es otro que la incertidumbre. “Hace años sabíamos hacia dónde teníamos que ir, pero ahora nadie se fía, pues se aprendió la lección de 2008”. A su parecer, muchos creyeron entonces que los mercados financieros iban separados de los negocios, pero la crisis les jugó una mala pasada y ahora la situación vuelve a repetirse. “La prioridad es la estabilidad financiera y los negocios han pasado a un segundo plano. Hay poca visibilidad incluso para las empresas”, indica, razón por la que tiene en sus carteras más del 20% de liquidez. Y es que considera que aunque la liquidez no debería ser un problema en el contexto de fraccionamiento económico en el que nos encontramos, cree que podría derivar en uno de solvencia. “Habrá que estar atentos porque cualquier entorno es posible”, apunta.

 

En este entorno, la gestión se ha convertido en un ejercicio de funambulismo en el que pocos han sucumbido a la presión. Entre ellos, el equipo de Bestinver se ha mantenido ajeno a la contaminación macro, manteniendo un estilo de gestión que les da buenos resultados, lo que les lleva a buscar buenas compañías tanto con negocios globales y exposición a países sin problemas como con huella en otros lugares más difíciles. “El mercado siempre acaba valorando las empresas buenas, el timming es imposible”, comenta Bernad, aunque precisamente en este mercado son muchos los que intentar jugar a plazos cortos.

 

Exceso de especuladores
En este sentido, los expertos coinciden en que el mercado actual está enfocado a especuladores, inversores con horizonte de inversión más corto que aprovechan un merado de rangos. “Hay una dicotomía entre la gestión de riesgo y la de valor, pero es una dicotomía falsa porque cuando se hace gestión de valor también se hace de riesgo”, comenta De Gregorio, añadiendo que incluso los gestores de renta fija son ahora más oportunistas y aprovechan las altas rentabilidades de algunos activos a corto plazo. “El mercado facilita la mentalidad especuladora, ahora sobra esta mentalidad y falta la inversora”, dice Lardiés, explicando que para sacar una buena rentabilidad a las bolsas se necesita un plazo mínimo de entre 8 y 10 años.

 

Para establecer una cultura más largoplacista e inversora, es necesario impulsar la cultura financiera que permita ver la irracionalidad que existe en renta variable y cambiar comportamientos erráticos como entrar en los picos alcistas y vender en los bajistas. “Ya se ha visto la irracionalidad en la renta fija, pero es cuestión de verla también en las bolsas”, comenta De Gregorio.

 

Vigencia de los grandes maestros
Para poder verla, ellos han contado con referencias clave como Warren Buffett o Benjamin Graham, aunque afirman que actualmente recurren a los maestros más para profundizar sus convicciones que para buscar ideas de inversión. “De Buffett me quedo para este año con una de sus máximas más conocidas: 'la mejor decisión que he tomado últimamente es la de no hacer nada'; es decir, adoptar una postura pasiva y no contaminarse con la excesiva información, en la mayor parte de los casos no productiva”, dice Martín, en relación a las continuas noticias de reuniones y decisiones políticas sobre el problema de la deuda soberana en Europa.

 

Tampoco se dejan influir por las presiones de los clientes. “Hacemos lo que hacemos con convicción; todo nuestro dinero está invertido en nuestros fondos; como dicen los ingleses, comemos la comida que cocinamos ('we eat what we cook')”, comentan en Bestinver. Así, sin influencias extrañas y con una gestión que creen sigue aportando valor y es la que les permite batir a los índices, afrontan otro 2012 incierto.