Con la Fed dando señales de que hará más esfuerzos por impulsar la economía estadounidense y las finanzas públicas en Europa de nuevo bajo vigilancia, los inversores se refugiaron en los metales preciosos y en los activos de los mercados emergentes durante la tercera semana de septiembre. Sobre todo Asia, cuya combinación de crecimiento regional y salud fiscal, atrajo a los inversores.
Según EPFR Global, en la semana que terminó el 22 de septiembre los fondos de bolsa de Asia sin Japón registraron su mejor semana en 15 meses, mientras Japón rompió su racha de 12 semanas seguidas de salidas y los fondos de materias primas tuvieron su mejor semana de captaciones desde principios de junio. En general, todas las entradas en los emergentes registraron su séptima mejor semana, con 3.380 millones de dólares (en lo que va de año, ya suman 45.000 millones en entradas), mientras los flujos hacia los productos de bolsa de los mercados desarrollados se mantuvieron neutrales, pues las captaciones de los fondos de EEUU y Japón se vieron neutralizadas por los reembolsos en los europeos y globales.
En total, todos los productos de renta variable atrajeron 3.300 millones de dólares (si bien en lo que va de año pierden 37.000 millones) y los de renta fija absorbieron 4.800 millones, el mejor resultado en un mes y que deja el balance anual en 306.000 millones de dólares en entradas.
Además, con los precios del oro marcando nuevos récord hacia 1.300 dólares la onza, los flujos en los fondos de materias primas de EPFR Global alcanzaron su nivel más alto en 15 semanas, y en lo que ve año captan 11.700 millones.
Éxito en Europa
En Europa, los mercados emergentes también han visto aumentado su atractivo. Los activos en los fondos de renta fija crecieron el 42% en 2009, desde 44.500 millones hasta 63.200 millones de euros en activos, según un informe de Lipper. Es más, de enero a julio de este año, el patrimonio ha crecido el 53%, alcanzando los 96.400 millones de euros. Estos mercados aglutinan el 29% de los flujos hacia fondos de renta fija de los inversores europeos, que destinan otro 27% a fondos globales.