Los expertos coinciden: “El problema no es tanto Grecia como España”

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bruknerite, Flickr, Creative Commons

Si hasta hace unos días la incertidumbre que existía en torno al resultado que arrojarían las urnas en Grecia era crucial, los mercados parecen haber dicho hoy otra cosa. Lejos de experimentar una mejoría, la prima de riesgo española pasó durante la jornada del lunes de 529 puntos a los 574 finales, un preocupante ensanchamiento que llegó a situar el diferencial entre el bono a 10 años y el bund alemán rondando los 585 puntos básicos durante la jornada. La rentabilidad del bono, que llegó a situarse en el 7,25%, cerró en el 7,18%, niveles ambos máximos desde la entrada del país en el euro. Y, sobre todo, en zona de rescate, pues a estos niveles, otros países lo han necesitado. El comportamiento del mercado de renta variable tampoco fue mejor, pues aunque la plaza griega subió el 3,6% en consonancia con otras europeas, el Ibex 35 se dejó 2,96%, situándose por debajo de los 6.600 puntos (6.519,90 puntos a cierre de la jornada). El euro también se desinfló por debajo de los 1,26 dólares.

Los gestores coinciden…
Xavier Fàbregas, director del área de Inversiones de Caja Ingenieros Gestión, explica la continuidad de la cautela con el hecho de que, al margen de que se hayan despejado parcialmente las dudas sobre la continuidad de Grecia en el euro, no hay visibilidad más allá. “Se ha elegido entre lo malo y lo menos malo, pero aún han de verse cómo se implementan las nuevas condiciones del acuerdo con la troika, después de que Merkel se haya mostrado de acuerdo a renegociar”, explica. Pero el fondo no es tanto Grecia, sino España, donde los mercados están poniendo en precio los rumores sobre mayores necesidades de capital de la banca española, que podrían situarse en 150.000 millones de euros.

“Las elecciones en Grecia han servido para ganar algo de tiempo pero en España la realidad manda y las bolsas y la prima de riesgo están poniendo en precio una alta cifra necesaria para recapitalizar del sistema bancario”, asegura. Con respecto a las citas políticas, Fàbregas descarta que la cumbre del G-20 termine con acuerdos que calmen los mercados, y tiene más esperanzas en la cumbre europea del 28-29 de junio, de donde podría derivarse un acuerdo para instrumentalizar las ayudas y los muros de contención de los problemas. “Será una cita clave para dar tranquilidad de cara al verano”, apostilla.

Para Morgan Stanley, las elecciones griegas, que eran un referéndum sobre la permanencia de Grecia en la eurozona, no resuelven los problemas a medio plazo. “La solvencia está lejos de estar asegurada y cuando tenga que establecer un presupuesto en un año, el incentivo de renegociar el programa con la UE, la amenaza de suspensión de pagos e incluso la salida de la unión volverá a crecer”, explica.  A pesar de eso, cree que los mercados de renta fija griega deberían quitar del precio el riesgo de la salida inmediata y un escenario de reestructuración, y también debería verse una reversión de la huida a la calidad característica de los últimos meses.

Para la agencia de calificación Fitch, aunque tras las elecciones griegas el riesgo de una suspensión de pagos y salida del euro desordenada ha decrecido -lo que hace que no sitúe todos los ratings de la deuda de la eurozona en perspectiva negativa-, "la severidad de la crisis sistémica que está engullendo a la eurozona no es probable que disminuya hasta que los líderes europeos no articulen un mapa de ruta creíble que complete la unión monetaria con integración fiscal y financiera". La agencia pide una respuesta unida y coherente para rebajar la presión de los mercados.

Algo con lo que coincide Tristan Cooper, analista de deuda soberana en Fidelity Worldwide Investments. Para él, el resultado de las elecciones griegas no cambia el hecho de que su economía se encuentre sumida en un profundo agujero sin una clara ruta de escape. “La troika ha dicho que podrá revisar los tiempos pero no el contenido. Nuestra mayor preocupación es que los legisladores europeos se relajen por los resultados de estas elecciones y levanten el pie del acelerador, lo cual conllevaría una decepción aún mayor de los mercados si luego no consiguen una mayor integración fiscal y financiera en Europa. Al final, la historia macro europea es lo que importa”, asegura.

Por otra parte, Cooper cree que los bonistas están poniendo en precio los temores a que España sea expulsada del mercado por el EFSF/ESM, lo que reduciría el incentivo a intervenir del BCE para limitar las rentabilidades del bono. "Hasta ahora, la expectativa de intervención del BCE ha actuado como un desincentivo psicológico a las posiciones cortas, pero si ésta desaparece, la rentabilidad de la deuda pública española podría subir aún más. Sin embargo, sacar a España del mercado sería una apuesta muy arriesgada para los legisladores europeos, pues agotaría los fondos de soporte disponibles, avivando a la vez la especulación sobre Italia. Irlanda y Portugal han mostrado que volver al mercado es un gran desafío, incluso para los países que están siguiendo diligentemente el programa que les ha marcado la troika", afirma.

… con los analistas
Según Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG Markets, “es indudable que el resultado de las elecciones griegas ha sido positivo, aunque los mercados tienen una actitud maximalista en la que se muestran hartos de que los problemas de Europa sean resueltos con parches, lo que les ha empujado a no volver a apostar por Europa hasta que los problemas de fondo sean abordados”. El experto considera que en la Cumbre europea de finales de mes se darán los pasos hacia el papel más importante que debe adoptar el Banco Europeo de Inversiones, la flexibilización del Mecanismo Europeo de Estabilidad Permanente y la unión fiscal.

Pero, ¿cuál es el motivo de fondo por el que sigue el castigo al mercado español? En opinión de Nicolás López, director de análisis de M&G Valores, el resultado de las elecciones griegas no resuelve los problemas de España. “Existe una presión clara por parte de Europa para que el Gobierno de Rajoy apruebe nuevas medidas de ajuste encaminadas a luchar contra el déficit. En este sentido, estamos inmersos en un proceso de negociación entre Madrid y Bruselas por el que Europa quiere que el país apruebe iniciativas adicionales y España forzar una intervención del BCE en el mercado de deuda”, asegura el experto. “Mientras esto no se resuelva, el inversor seguirá evitando exponerse a deuda española”.