Los cinco tipos de ETF que más demandan los inversores profesionales

Cinco Jirafas
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La inversión pasiva ha conseguido hacerse un hueco cada vez más grande en las carteras de los inversores institucionales e incluso en un año de alta volatilidad como el actual donde previsiblemente es la gestión activa la que tiene las mayores papeletas de demostrar su valía, la pasiva sigue aumentando el interés que despierta por parte de los inversores. Al menos esto es lo que parece cuando se analizan los datos del último estudio sobre ETF que ha publicado la consultora TrackInsights en colaboración con iShares (BlackRock) basado en la respuesta de 306 inversores que manejan 277.000 millones de dólares en ETF.

El extenso estudio analiza varios aspectos de la industria de ETF pero uno de los capítulos más interesantes es en el que se desgrana el tipo de productos cotizados que más están demandando los inversores  en estos tiempos. Y es que si bien los ETF de renta variable global y los de bonos de países desarrollados son los que más se repiten en las carteras (los tienen el 68% y 38% de los inversores consultados) ninguno de ellos se incluye en la lista de productos que más se demandan. Esa selecta lista cuenta con estas cinco tipologías de ETF:

1. Renta fija

El buen comportamiento en los últimos años del mercado de renta fina unido al calor de las políticas acomodaticias de los bancos centrales han elevado el atractivo de estos producto. Además, el bajo coste de los ETF de renta fija en comparación con el que afrontan los fondos activos implica, en un mercado alcista, un mayor margen de rentabilidad para el inversor. Quizá por ello y ante la prórroga de tipos bajos que ha traído consigo el COVID, el 64% de los encuestados haya contentado que aumentará al menos un 5% su exposición a ETF de renta fija y eso a pesar de que este tipo de productos ya ha captado en 2020 el 43% de todas las entradas de dinero en fondos cotizados.

2. Gestión activa

Si bien el 31% de los encuestados reconoce no destinar ni un solo dólar a los productos cotizados de gestión activa, la encuesta muestra que hay un creciente interés de parte de ellos por cambiar esa tendencia. De hecho, así lo considera el 46% de los encuestados. Pero ¿qué explica este cambio? “Para entender mejor cuál podría ser el futuro de los ETF activos, es interesante para medir por qué los inversores profesionales deciden adoptar esas estrategias. Los inversores en ETF utilizan los ETF activos por dos consideraciones principales. El 42% son buscando mejores resultados de riesgo/rendimiento y esperar que la estrategia activa dé alfa, mientras que el 48% espera lograr la diversificación del mercado tradicional puntos de referencia ponderados por capitalización”, afirman en el estudio. En cuanto a los inconveniente, también hay un cierto consenso en dos: falta de track record y costes elevados.

3. Temáticos

La acogida que han tenido los ETF temáticos entre los grandes inversores es brutal. Según los datos de la encuesta,  a finales del primer trimestre, el 81% de los inversores profesionales invertía ya en ETF temáticos. El hecho de que sea tan alto el porcentaje de los que ya confían en estos productos no implica un estancamiento en su potencial de crecimiento. De hecho, el 70% de los inversores profesionales tiene en sus planes aumentar su exposición a estos productos, que ahora de media están en apenas el 5% de la cartera.

4. ESG

La pandemia del coronavirus ha venido a poner en valor a la gestión que se realiza siguiendo criterios responsables. De hecho, han sido los fondos de inversión ESG los que se han llevado buena parte de las entradas de dinero en fondos que se han visto a lo largo del año al haber conseguido demostrar que la etiqueta ISR no solo no implica renunciar a la rentabilidad sino que además supone un extra de rentabilidad para la cartera en tiempos de caídas. Esa fiebre por el ESG ha llegado también a los ETF. De hecho, el 73% de los encuestado por Trackinsight ya invierten o están considerando invertir en ETF de ESG. Además, El 86% de los encuestados expresan su intención de aumentar su exposición a las inversiones en ESG, con un poco más de un tercio de la industria dispuesta para aumentar su exposición en más de un 20% en los próximos años.

No obstante, señalan algunas lacras a las que se enfrenta esta industria, siendo las dos principales la falta de consistencia entre los distintos proveedores de datos y la falta de transparencia sobre la metodología que se aplica en los índices de ESG.

5. Smart beta

La quinta pata de la demanda de los inversores está en los productos cotizados que siguen estrategias de smart beta. “Con casi dos tercios de los encuestados dispuestos a aumentar su asignación a la beta inteligente, es sorprendente leer que el 59%, casi todos esos inversores con una visión positiva de la clase de activos, están dispuestos a ajustar su exposición en más de un 5%”, afirman en la encuesta.