Los astros inclinan pero no obligan

En los últimos meses hemos mencionado una y otra vez en este reporte “el gran experimento macroeconómico” que desarrolla la Reserva Federal (FED) desde la crisis financiera del 2008. Este ha incluido no sólo una masiva inyección de liquidez, una reducción cercana a cero del costo de los fondos federales (0%- 0,25%), también una nueva manera de comunicar posibles cambios de las políticas a su cargo lo que se conoce con el nombre de Forward Guidance.

Forward Guidance (FG) no es más que la intención de tratar de reducir incertidumbre en los mercados, y su consecuente volatilidad, anticipando a los agentes económicos los planes de la FED. Un buen ejemplo de ello es la política de fijación de los costos de los fondos federales. Durante muchos meses el ente regulador anunció que las tasas no subirían hasta que el nivel de desempleo fuese inferior a 6,5% y la inflación estuviese por debajo de 2%, este es el plan y la intención es mantenerlos a menos que un imponderable requiriese una subida súbita de tasas, caso en que no podría honrarse la promesa inicial.

Para que los mercados entiendan a cabalidad cómo funciona el FG necesitan indicadores que pueden ser cuantitativos, como el nivel de desempleo del 6,5%, o también cualitativos representados en expresiones como esta: “ (pasará) un considerable periodo, una vez concluido el programa de inyección de liquidez (Quantitative Easing) antes de que suceda cualquier subida en las tasas de interés”, la cual fue pronunciada por nueva presidenta de la FED, Janet Yellen, en la tradicional rueda de prensa que da el presidente de dicha institución una vez terminada una de las diez reuniones anuales del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés), que por cierto era la primera de su mandato.

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