Lo que se juega hoy el mercado en las elecciones estadounidenses

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Los inversores contienen hoy el aliento ante la vuelta de los votantes estadounidenses a los comicios. Este martes 6 de noviembre los norteamericanos decidirán qué partido tendrá el control mayoritario del Congreso de Estados Unidos y, por lo tanto, el devenir de la economía. Las elecciones mid-term (de mitad de mandato) determinan tanto la estructura política de la Cámara de Representantes como del Senado. 

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Estos comicios son tan cruciales porque los republicanos se juegan el control del Congreso; esto es, la capacidad de sacar adelante reformas claves en la agenda del actual presidente estadounidense. Tal y como ya lo vivió Obama en sus últimos años en el poder, perder el control del Congreso dificulta enormemente convertir propuestas en leyes. Y estas elecciones se presentan complicadas para el partido de Donald Trump. Ya solo por estadística: solo en dos ocasiones desde 1966 ha retenido y mejorado el partido del gobierno sus asientos en el Congreso. 

El consenso de los expertos y las encuestas apunta a un Congreso dividido, con los demócratas recuperando el poder en la Cámara de los Representantes, pero los republicanos manteniendo el control del Senado. 

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Y ello, en opinión del equipo de Unigestión, provocará inicialmente una venta masiva moderada de acciones de EEUU, un rally en la renta fija y presión bajista en el dólar. Aunque el impacto real en la economía es mínimo, según defienden, la reacción del mercado podría ser volatil. Al fin y al cabo, quien controla la Cámara controla la capacidad de “añadir incertidumbre a los planes fiscales, a la política de exterior y al futuro de la administración del propio Trump”, explican. 

Dicho lo cual, desde DWS ven poco impacto en términos concretos de política. Es cierto que los demócratas podrán bloquear nueva legislación, “pero es poco probable que se reviertan iniciativas fiscales y de gastos ya aprobadas”, afirma Johannes Müller, responsable de análisis macroeconómico de la gestora alemana. En similar línea piensan desde UBS. Incluso si los demócratas iniciasen una moción de censura contra Trump este no se aprobaría ya que los republicanos (muy probablemente) seguirán controlando el Senado. 

Incluso puede que hayan pocos avances en el frente comercial. Como señalan desde UBS, parece que los demócratas apoyan una actitud dura contra China ya que es un apoyo a los votantes de sectores manufactureros. “Un Congreso dividido, sin cooperación en materia de estímulos fiscales, probablemente desencadene una parálisis legislativa y, en el mejor de los escenarios, un impacto limitado en los mercados y la economía”, concluyen. Y precisamente porque poco cambiará en los fundamentales de la economía americana desde Unigestión aprovecharían una corrección para comprar renta variable americana. 

Una victoria republicana: la señal de compra

Por otro lado, si los republicanos mantuviesen el control de ambas cámaras, sería una señal muy alcista para los activos, según Talib Sheikh, responsable de estrategia multi-asset Strategy de Jupiter AM, dada las posibilidades de mayor estímulos fiscales y gasto en infraestructura. “Sin embargo, podría elevar el riesgo de un repunte en los rendimientos de la deuda estadounidense debido al tamaño de déficit y la dinámica de inflación actual”, puntualiza. Es una opinión que también comparten desde Unigestión: “Será crítico posicionarse antes de las elecciones, cuando las valoraciones permanecen atractivas”. 

Las elecciones también tienen su impacto en la renta fija. Para MacKay Shields LLC, gestora de la estrategia US Corporate Bond de Nordea AM, los diferenciales de crédito deberían mantenerse firmes. Si los demócratas se hicieran con el control de ambas Cámaras, podríamos asistir a la retirada de algunas reformas regulatorias de Trump e incluso de los aranceles. “Este escenario probablemente sería negativo para los diferenciales de crédito”, comentan. En cambio, si los republicanos mantienen el poder, el Gobierno se vería alentado a mantener su senda de reformas fiscales adicionales, incremento de la desregulación, gasto en infraestructuras y otras formas de gasto basadas en el déficit. “En ese caso, los diferenciales probablemente se ajustarían”, defienden.