Lo que el viento se llevó...

Lo que el viento se llevó… y se está llevando.  

 

Cada día vemos cómo echan el cierre comercios, de los de toda la vida, en nuestras ciudades. Y cada vez que ocurre me digo lo mismo: “otro… gone with the wind!”.  

 

Si me preguntan cuál es mi película favorita, no lo dudo. Para gustos los colores y yo pienso que “Lo que el viento se llevó” es la película 10. Sin duda, el film con el que más he disfrutado.  

 

Ahora se cumplen 75 años de la publicación de “Lo que el viento se llevó. Yo leí la novela mucho después de ver la película, pero no me decepcionó. Al contrario, creo que es un libro maravilloso y olvidado, que ha quedado en segundo plano debido a la inolvidable adaptación cinematográfica.  

 

Margaret Mitchell (1900-1949), la autora, era periodista de un diario de Atlanta. Pero en 1926 Margaret se rompió el tobillo y la artritis la dejó postrada, sin saber si volvería a andar otra vez. Así es como empezó a leer. Mucho.  

 

Cuenta la leyenda que su marido empezó un ir y venir de la biblioteca municipal hasta que un día le dijo a su mujer: “Margaret, ya has leído todos los libros excepto los de matemáticas y ciencias. Aquí te dejo una máquina de escribir. Y aquí te dejo papel. Escribe tu propio libro y diviértete”.

 

Y así empezó todo.  

 

Diez años después, en 1936, se publicaba el libro, que vendió un millón de copias en sus primeros seis meses de vida. Al año siguiente ganó el premio Pulitzer. El éxito de la novela fue arrollador y aún hoy figura entre los libros más queridos y vendidos en Estados Unidos (por detrás de la Biblia).  

 

Hoy le dedico mi post a Margaret Mitchell, con gratitud. Y les recomiendo la lectura del libro, realmente un clásico. Como algunas de sus líneas…  

 

Rhett Butler: Y ahora eres tan rica que puedes mandar a todo el mundo al diablo, como siempre has dicho que querías hacer.  

 

Scarlet O´Hara: Pero tú eras el primero al que quería mandar al diablo…