Lo que diferencia (para bien) a la Bolsa europea de cualquier otro mercado

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Mcarmenvoramar, Flickr, Creative Commons

Pese a que Europa es un continente en crisis, su mercado de renta variable podría representar una interesante oportunidad para todos aquellos inversores con una vocación de largo plazo. Pero... ¿dónde residiría su atractivo? Según Leon Howard-Spink, gestor del Schroder ISF European Special Situations, el precio es un factor clave que situaría a la Bolsa europea en una situación muy ventajosa de cara a la inversión en relación a otra clase de activos, sobre todo si se tiene en cuenta que ésta “cotiza a niveles históricamente bajos e inferiores al de otros mercados de renta variable”.

Como afirma el experto de Schroders en un documento en el que explica su metodología de gestión, “el determinante más importante para las rentabilidades a largo plazo de la renta variable es probablemente la valoración en el momento en que inviertes. Por lo tanto, es mejor comprar renta variable europea ahora que casi en cualquier otra ocasión a medio plazo”. En su opinión, esta situación es excepcional y exclusiva de Europa. “No es el caso de todos los mercados de renta variable, pero sí del europeo”, asegura el experto.

“Obviamente, aún existen problemas en la eurozona que mantienen la incertidumbre en niveles elevados, así que no hay garantía de que estemos cerca del fondo en términos del sentimiento de los inversores y de ganancias”. Por este motivo, con estos factores en la mano y sin olvidarse que la dirección del mercado a corto plazo probablemente dependerá de la política monetaria regional y mundial más que de cualquier otra cosa, Howard-Spink reconoce que en la gestora mantienen un enfoque moderado.

“Ahora más que nunca, no queremos realizar un movimiento significativo en el mercado. En su lugar, permanecemos ampliamente diversificados dentro del contexto de nuestras convicciones”. A su juicio, el secreto del éxito está en encontrar compañías en lo que denominan ‘situaciones especiales’, siendo una situación especial aquella en la que el gestor considere que las perspectivas de una empresa no estén reflejadas completamente en su valoración. Básicamente, la apuesta se centra en compañías con un negocio que crezca de manera estructural, y con un potencial de subida por encima de la media. “Ese es el factor más importante que permite a una empresa generar una rentabilidad por encima del mercado a largo plazo”.

Con el objetivo de dotar al fondo de una mayor consistencia en términos de rentabilidad, el gestor también reconoce incluir en la cartera empresas más cíclicas y con un modelo de negocio de mayor riesgo dentro, eso sí, del núcleo de compañías de mayor calidad. “El riesgo es una de esas palabras que se escuchan todos los días en este negocio, pero su significado es subjetivo y debe estar dentro de un contexto. El riesgo que nos esforzamos por controlar es que nuestro fondo no sea capaz de batir al mercado”, asegura el experto.

Por ahora, los números le respaldan ya que, en el último año, el Schroder ISF European Special Situations ha logrado cosechar una rentabilidad del 21%, seis puntos por encima del índice de referencia. Prácticamente la mitad de la cartera está invertida en mercados de la eurozona, mientras que un 26% la reserva para el Reino Unido. Sanofi-Aventis y Novartis son las dos primeras posiciones del fondo, con una ponderación del orden del 3% cada una. Le siguen Diageo, Sap y Bureau Veritas. Por sectores, el mayor peso corresponde al de bienes industriales, que acapara un 23% del total.