Creemos que el fondo Legg Mason Value todavía es atractivo, si bien su nivel de riesgo puede ser demasiado alto para muchos. Hemos asignado a este fondo el rating Morningstar de “Notable”.
Está gestionado como un cuasi-clon del Legg Mason Value Trust, un producto de alto perfil en Estados Unidos gestionado por el experimentado y conocido Bill Miller desde 1990. Miller es conocido por haber batido al índice S&P 500 durante 15 años consecutivos desde 1990 a 2005, si bien los resultados desde 2005 han sido nefastos. Solo en 2008, el fondo perdió un 54.61% durante el año.
Este revés de 2008 provino de la inversión en compañías que eventualmente quebraron como AIG, Coutrywide o Freddie Mac, pero aun así Miller se mantuvo fiel a su filosofía. Busca compañías con horizonte a largo plazo que coticen a un 30-50% de descuento frente a su valor intrínseco, midiendo el valor de una compañía a través de descuentos de flujos de caja, y ajustando el modelo según el impacto que posibles escenarios económicos diferentes puedan tener en esos flujos. Esta estrategia le dirige habitualmente a compañías castigadas en recuperación, lo que explica inversiones en el deprimido sector financiero. Desafortunadamente para los partícipes del fondo, Miller infravaloró hasta qué punto la crisis de crédito afectaría a dichas compañías.
Miller también está dispuesto a hacer estimaciones agresivas sobre el crecimiento de flujos de cajas de las compañías, lo que le lleva a compañías de alto crecimiento como Amazon o Yahoo. La cartera suele tener un cuarto invertido en estas compañías de crecimiento, lo que introduce riesgo de precio si estas compañías no cumplen sus objetivos de beneficio o crecimiento.
Además, Miller construye una cartera concentrada (30-50 valores) que incrementa la volatilidad y el riesgo específico por valor, como vemos que el 50% de la cartera está en las 10 principales posiciones. Nos gusta este enfoque de alta convicción pero los inversores deben esperar ciertas turbulencias en algunos momentos.
Debido a la pobre rentabilidad reciente, Miller está refinando su estrategia haciendo énfasis en rentabilidad por dividendo y en la solidez financiera de las compañías como forma de controlar el riesgo. Miller también considerará a partir de ahora invertir en energía y commodities cuando las valoraciones sean atractivas, incluso cuando no consigan rendimientos por encima del coste del capital a lo largo de un ciclo económico. Por esta razón se había mantenido fuera de esos sectores en 2005-07, lo que llevó a rentabilidades por debajo de la media. Nos complace ver que Miller está haciendo frente a sus debilidades a la par que mantiene el núcleo de su filosofía vigente, mostrando confianza sobre la misma a largo plazo. También adaptó exitosamente su proceso a finales de los 80, lo que le llevo a un largo período de rentabilidades por encima del S&P 500.
En resumen, somos razonablemente optimistas sobre las perspectivas de este fondo. Sin embargo, es un producto con un alto nivel de riesgo y seguramente no apropiado para muchos inversores como exposición principal al mercado americano, pero sí como complemento de otros fondos que tengan un perfil de menor riesgo.
Cinco pilares Morningstar
Personal: El fondo se beneficia de un gestor altamente experimentado como Bill Miller, que se apoya en la co-gestora Mary Chris Gay y en un equipo de 18 analistas.
Firma Gestora: Legg Mason es una de las gestoras más grandes a nivel global y fomenta una cultura de aprendizaje continuo, que es uno de sus puntos fuertes.
Proceso: Miller busca compañías que coticen a descuento frente a valor intrínseco, calculado a través de descuentos de flujos de caja ajustados por diferentes escenarios económicos.
Performance: El fondo ha quedado por detrás de su categoría desde su lanzamiento debido a que no capturó las subidas relacionadas con energía en 2005-07 y a fuertes pérdidas en 2008.
Precio: El fondo es más caro que la mediana de su categoría.