Lecciones del mercado: los fondos son para inversores pacientes

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Ahmad Nawawi, Flickr, Creative Commons

Los mercados de renta variable han experimentado durante las dos últimas sesiones el primer rebote serio del año desde que empezasen a caer desde la primera jornada bursátil de 2016. La subida en los dos últimos días ha sido significativa en todos los mercados (más del 5% en el caso del Ibex 35), lo que ha permitido reducir las abultadas pérdidas que acumulaban los índices desde principios de año. Las sesiones del 19 y 20 de enero fueron especialmente duras, al ser jornadas en las que se pusieron a prueba los nervios de los inversores. “Todo el mundo tiene la capacidad mental para ganar dinero en la bolsa, pero no todo el mundo tiene estómago. Las personas susceptibles de venderlo todo en un momento de pánico deberían evitar totalmente las acciones y los fondos de inversión”, asegura Peter Lynch, uno de los profesionales más reputados de la industria. A los inversores avezados, la volatilidad no les dice mucho. Es habitual en los mercados y algo que cabe esperar. A los que no son tan avezados, les llevan a tomar decisiones a menudo equivocadas.

“Aunque es algo que inquieta, y mucho, a los inversores, es fundamental mantener la calma cuando los mercados caen. Debemos recordar que la volatilidad es el precio que se paga por disfrutar de las rentabilidades superiores a largo plazo de la renta variable frente a otras clases de activos. También conviene no olvidarse de que lo más sensato es mantener las inversiones a lo largo de los ciclos de mercado, ya que basta con perderse unos pocos de los mejores días en el mercado para poner en serio peligro las rentabilidades a largo plazo. Las mejores jornadas del mercado se producen invariablemente poco después de las peores; así, pasar tiempo en el mercado importa más que acertar con los tiempos del mercado”, afirma Tom Stevenson, director de inversiones personales de Fidelity en Reino Unido. Esto es lo que acaba de ocurrir. Sin embargo, muchos inversores se las pierden porque cogen a los inversores fuera del mercado (ver gráfico 2: fuente Fidelity). El consejo que lanzan es evitar salir y entrar de las inversiones, ya que se corre el riesgo de perderse las ganancias. Hacer market timing es algo muy difícil incluso para los profesionales del mundo de la inversión.

De hecho, tratar de hacerlo no es nada recomendable. La historia demuestra el grave impacto que puede tener en la rentabilidad final equivocarse y quedarse fuera del mercado cuando se producen rebotes importantes de las acciones. Tomando como ejemplo el S&P 500, se observa cómo un inversor que haya invertido en un producto que replique el índice en el año 1988 y mantenido su inversión durante 26 años hubiese cosechado una rentabilidad del 733%. Si de esos 9.500 días en los que habría permanecido invertido, se hubiese perdido las cinco sesiones más alcistas, la rentabilidad total caería hasta el 452%. Y, si no hubiese recogido las 30 jornadas más alcistas registradas por el S&P 500 en ese periodo, el retorno habría sido solo del 72% (ver gráfico: fuente Fidelity). “Con estos datos en la mano, es importante que los inversores no sucumban al pánico en los días malos y que sigan invirtiendo manteniendo la constancia y la calma”, subrayan desde Fidelity.

David Lafferty, estratega jefe de mercados de Natixis Global AM, considera importante recordar que las decisiones de cartera son únicos para cada inversor: primero con respecto al horizonte temporal y segundo en relación con la tolerancia al riesgo. Estos dos factores adquieren mayor importancia cuando los precios caen porque los inversores se sienten estresados. “La tolerancia al riesgo es importante porque habla sobre la capacidad del inversor de comprar cuando los precios están cayendo. Los inversores no pueden sacar partido de los beneficios del rebalanceo si rechazan comprar cuando las acciones no cuentan con el favor de los inversores. El horizonte temporal también tiene una gran relevancia porque la tormenta que viven los mercados es improbable que pase rápidamente. Ninguno de los problemas actuales que ha llevado el nerviosismo a los mercados se resolverá a corto plazo. El actual entorno es probable que recompense al inversor paciente y al que asuma riesgo, al tiempo que castigue al que tenga miedo o miopía”.

Es cierto que la historia evidencia que los años que empiezan mal en los mercados suelen terminar con rentabilidades negativas. Esta tendencia es preocupantemente consistente, cumpliéndose en 78 de los últimos 86 años. Sin embargo, también es cierto que, en años en los que los índices bursátiles registran subidas, existen momentos en los que se producen caídas interanuales muy significativas. En el caso del MSCI Europe, las rentabilidades anuales cosechadas por el selectivo son positivas en 27 de los últimos 35 años naturales. Sin embargo, en todos esos años hubo momentos en los que el índice estaba registrando rentabilidades intra-anuales negativas. Los casos más paradigmáticos fueron los vividos en 1998, 2003 y, más recientemente, 2009, cuando el índice cerró el año con una subida del 23% tras haber estado perdiendo a principios de marzo un 26%. Según Manual Arroyo, el actual entorno de volatilidad es normal.

“No lo era que en los últimos años los activos de riesgo se hayan comportado tan bien en un entorno de tan baja volatilidad. Las correcciones que estamos sufriendo en los mercados no responden a fundamentales, sino al miedo y a aspectos técnicos. El rally registrado por las bolsas durante los últimos años ha hecho que los mercados se hayan vuelto mucho más sensibles. El S&P 500 había subido un 250% desde marzo de 2009. Cuando esto ocurre, el mercado se vuelve muy sensible. Cualquier excusa es suficiente para generar un nivel de volatilidad desproporcionado", afirma el director de Análisis y Estrategia de J.P.Morgan AM para Iberia. En este caso, las excusas habrían sido China (devaluación del yuan y mala gestión por parte de las autoridades de la crisis de sus mercados) y la caída del precio del petróleo. La mayoría de los gestores se muestran convencidos de que las bolsas probablemente sufran volatilidad este año y que lo mejor es acostumbrarse.

Aguantar el tipo es importante. Y más aún cuando las correcciones se producen en entornos que no van acompañados de cambios significativos en el escenario. “Las últimas semanas de 2015 se revelaron complicadas para los mercados, ya que la mayor preocupación sobre el crecimiento mundial, los aspectos geopolíticos y la primera subida de tipos por parte de la Fed afectaron a la confianza", afirma Rory Bateman, responsable de renta variable europea de Schroders. La volatilidad es habitual en los mercados y algo que cabe esperar. Es el resultado de las reacciones de los inversores a los cambios económicos, políticos y empresariales. Pero, en realidad, muy pocas cosas han cambiado con respecto a las tendencias y los problemas que existían hace seis meses. En los últimos dos días, la decisión de Mario Draghi de acelerar su programa de estímulos y la subida del petróleo a 31 dólares es lo que ha vuelto a hacer cambiar el sentimiento inversor. El Ibex 35 sube un 5% en dos días y recupera parte del terreno perdido en el año, que todavía sigue siendo mucho.