“Las últimas seis semanas van a hacer que el inversor se replantee su estrategia en renta fija”

JasonSinger
Foto cedida

La intención de la Reserva Federal de empezar a retirar los estímulos monetarios a finales de este mismo año parece haber sorprendido a muchos inversores. No así a Jason Singer, gestor jefe de carteras de renta fija de Goldman Sachs AM y gestor del GS Global Strategic Income, quien tenía el convencimiento de que la Fed pondría fin al Quantitative Easing mucho antes de lo que esperaba el mercado. De hecho, el experto reconoce que las declaraciones de Bernanke fueron adelantadas por la fuerte subida de la rentabilidad experimentada por los bonos del Tesoro de EE. UU. en mayo. “Lo ocurrido en las últimas seis semanas va a hacer que el inversor se replantee su estrategia en renta fija”.

En una entrevista concedida a Funds People, Singer cree que, en el actual entorno de mercado, el contar con un producto flexible resulta esencial en renta fija. “El inversor debe preguntarse si su gestor dispone de las herramientas adecuadas para navegar en un entorno que podría durar siete años de subida de los tipos de interés y reducción de los programas de flexibilización. Esa es la clave”, afirma. En su opinión, existe una clara necesidad de producto flexible.

Esto lo aplica en todo su proceso de inversión. “En términos de duración, por ejemplo, nuestro punto de partida es cero. Muchos gestores, en cambio, comienzan a construir su estrategia a partir de un índice de referencia, con una duración específica, infraponderando o sobreponderando el riesgo de duración en relación con el índice de referencia, en función de cuál sea su visión de mercado en cada momento”. Esta es una estrategia que Singer considera insuficiente a la hora de reducir el riesgo.

Una de ellas hace referencia a los bonos del Tesoro americano. “La economía estadounidense mejora y la rentabilidad de los treasuries debería aumentar. Por ese motivo, nuestra estrategia pasa por invertir en valores que puedan hacerlo bien en un escenario de recuperación del mercado inmobiliario, estando cortos en duración en deuda pública estadounidense y largos en el dólar. También en el euro”. Las divisas han sido desde siempre una parte muy importante en la cartera.

Otro segmento importante en la que el gestor encuentra valor es en los emergentes. “Es un activo volátil, pero las tires que ofrece este mercado son muy atractivas, las perspectivas de crecimiento para estos países son fuertes, su nivel de deuda bajo, la liquidez buena y, además, han sido elevados a grado de inversión. Encontramos oportunidades idiosincráticas tanto en ‘hard currency’ como en deuda emitida en moneda local, analizando en cada caso qué componentes nos gustan del bono. La asignación que hacen los gestores en sus carteras a deuda emergente sigue siendo muy baja (3%) cuando estos países suponen más de la mitad del PIB mundial”.

Singer identifica en total entre ocho y nueve fuentes de alfa que contribuyen a generar retorno a su cartera. “A la hora de invertir, lo importante es saber qué nivel de riesgo estás asumiendo. Cuando compras una estrategia como la que seguimos en el GS Global Strategic Income Bond, el inversor está delegando la responsabilidad al gestor. Mes a mes, presentamos los resultados de la cartera de una manera transparente. Llevamos a cabo un análisis fundamental que se combina con un estudio macroeconómico. Es la única estrategia que realmente funciona. Por ejemplo, los fundamentales de muchas empresas son atractivos, pero el mercado de bonos corporativos ha rendido tan bien en los últimos meses que nos hemos posicionado para prepararnos ante algún cambio de tendencia en la rentabilidad y, después, mejores oportunidades de compra”.

Según el gestor de Goldman Sachs AM, al mercado lo conducen los fundamentales, pero también el sentimiento. Sin embargo, el actual escenario no debe hacer recelar al inversores”. Singer se muestra satisfecho con el hecho de haber creado un fondo descorrelacionado tanto con otros segmentos del mercado de renta fija como con la renta variable, con unos activos bajo gestión que alcanzan ya los 680 millones de dólares y que en los últimos doce meses cosecha una rentabilidad del 11,8%.