Las razones por las que confiar en 2019

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Cedida por Schroders

TRIBUNA de Peter Harrison, consejero delegado de Schroders. Comentario patrocinado por Schroders.

2018 ha sido un año para olvidar en el terreno de inversión. Casi todos los mercados, tanto los de renta variable como los de renta fija, han perdido valor bajo la presión de las subidas de tipos de interés, los acontecimientos políticos (como el brexit) y el conflicto comercial entre EE.UU. y China.

No es extraño que de cara al nuevo año que empezamos nos invada el pesimismo. Sin embargo, y aunque es probable que 2019 venga con noticias negativas -la guerra comercial entre EE.UU. y China no tiene visos de solucionarse, lo que puede lastrar el crecimiento económico mundial-  sí que hay signos de que los mercados se apunten rentabilidades positivas en 2019.

En primer lugar, nuestros economistas prevén una ralentización gradual en el crecimiento estadounidense en 2019 y 2020.  Centrémonos en la palabra gradual ya que no creemos que haya una recesión en 2019, los fundamentales lo avalan, aunque no es algo inconcebible en 2020. Ralentización significa que se divisa el fin del ciclo de subidas de tipos de interés. Si los tipos de interés no suben más del 3 %, sería una subida moderada en comparación con los pasados ciclos económicos.

Si nos fijamos ahora en la renta variable, todos nuestros gestores de fondos de esta categoría señalan que una inflación ligeramente más alta en 2019 ayudará a aquellas empresas que tienen sólidas posiciones en el mercado y la capacidad para subir los precios. También observan valoraciones más atractivas para muchas empresas. Incluso en Europa, donde el crecimiento ha sido decepcionante, la rentabilidad de los ingresos por dividendos por sí sola parece más atractiva en comparación con el efectivo o los bonos.

Los emergentes se van a ver recompensados si el dólar estadounidense pierde terreno frente a otras divisas debido a un crecimiento más débil en EE.UU. El varapalo sufrido por estas regiones en 2018, incluido China, puede servir de empuje hacia la recuperación en este nuevo año. Nuestro equipo de inversiones multiactivo describe su valoración como provocativamente baja.

En el terreno de renta fija, nuestros gestores no se sienten tan cómodos con la perspectiva de que los bancos centrales abandonen paulatinamente la compra de bonos gubernamentales y de otro tipo. No obstante, los bonos corporativos se han abaratado en los últimos meses y, si tenemos razón sobre una ralentización limitada en EE.UU., se verán respaldados por unos sólidos fundamentales.

Si tuviéramos que definir el 2018, lo haríamos como el año en el que la sostenibilidad a largo plazo de los modelos de negocio ha comenzado a influir en cómo el mercado valora a las empresas. 

Hemos observado críticas sobre algunas prácticas de grandes empresas tecnológicas que han dado lugar a caídas en sus cotizaciones y han aumentado los daños físicos causados por el cambio climático; la desigualdad entre generaciones ha provocado una inestabilidad política en varios países europeos. Para Schroders, cada vez es más crucial la atención a la sostenibilidad, en nuestra toma de decisiones de inversión.

La visión a largo plazo es primordial a la hora de invertir, por ello, hemos analizado cómo serán los mercados a 10 años, destacando las moderadas previsiones de rentabilidad de los mercados públicos, dadas las tasas de crecimiento más bajas y el bajo nivel de rendimientos de los bonos. En 2019 los inversores tendrán que trabajar duro para aumentar la baja rentabilidad del mercado en general.

Asimismo, creo que los activos privados como el capital riesgo y los activos inmobiliarios, como parte de una cartera diversificada, ayudarán a los inversores a lograr sus objetivos.