Las predicciones sobre renta variable de las gestoras internacionales para 2018

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Vic_206, Flickr Creative Commons

Dinámicas como la recuperación global sincronizada o la mejora consistente de los beneficios corporativos han sido aliados de las bolsas a lo largo de 2017. Las gestoras internacionales creen que los inversores deberían esperar más de lo mismo para 2018. "Esperamos que sea el noveno año de la recuperación económica. El rally aún no ha terminado", declara con rotundidad Stefan Kreuzkamp, director de inversiones de Deutsche Asset Management. El experto matiza que, "aunque el ciclo está muy avanzado, hay margen para que los mercados de acciones y la economía global continúen funcionando bien".

Kreuzkamp comenta que solo el 3% de los países del mundo están en recesión en 2017, uno de los niveles más bajos de los últimos años. “Los países industrializados y los emergentes han sorprendido a los mercados con buenos datos económicos. Además, por primera vez en diez años, 2017 tendrá cifras de dos dígitos en las ganancias corporativas simultáneamente en EEUU, Europa, los mercados emergentes, Japón y China”, añade.

“El buen comportamiento económico debería reflejarse en el mercado de valores”, comenta Andre Köttner, co-responsable de renta variable. Éste admite que las acciones son elevadas, pero que esta tendencia se mantendrá en 2018 debido a las expectativas de buenos resultados corporativos. Por sectores y regiones, en DWS destacan al sector tecnológico y al financiero, a los emergentes, Japón y Europa.  

Köttner descarta que la volatilidad se mantenga tan baja como en 2017: “El final de este recorrido podría deberse a cifras de inflación inesperadas, cifras decepcionantes de crecimiento en China o el colapso de los planes de reformas fiscales en EE.UU.”. El experto indica que “los inversores actualmente tienen un gran apetito por el riesgo”, por lo que “podría haber abruptas liquidaciones de posiciones de riesgo en 2018”.

Para Varun Ghotgalkar, del equipo de análisis y estrategia de inversión de AXA IM, los inversores deberán tener en cuenta que, en 2018, “las elevadas valoraciones y la disminución del momento de beneficios deberían traducirse en un comportamiento inferior del mercado de renta variable”. La parte del mercado donde el analista ve más potencial de revalorización es en mercados emergentes: “Esperamos que la renta variable global genere un retorno del 5 al 10%, con un sesgo positivo hacia emergentes y la zona euro en nuestro marco de asignación global de activos”.

“Los beneficios corporativos tienden al alza, el comercio se expande y el crecimiento se revela robusto en EE. UU, Europa y otros lugares. Asia se beneficia de este fenómeno internacional, así como de un repunte continuado en China”, relata Mark Burgess, Director Adjunto Global de Inversiones de Columbia Threadneedle Investments, que también resalta que “la política monetaria mundial sigue siendo sumamente acomodaticia”.

“Con este telón de fondo, no sorprende que la renta variable cotice a los niveles actuales. Si nada de esto cambia, nos mostramos muy optimistas en cuanto a la evolución de la renta variable en 2018, en comparación con la del crédito y la deuda pública de los países centrales”, declara Burguess. Anticipa un crecimiento de los beneficios corporativos del 10 al 15% en 2018, “respaldado por las condiciones de tibieza derivadas de un crecimiento económico moderado, una baja inflación y una política monetaria favorable para los activos”.

Las regiones donde la gestora se siente más optimista son Japón, Europa (sin Reino Unido) y los mercados emergentes asiáticos. En el caso de Japón, Burguess vaticina un crecimiento del 8% de los beneficios corporativos, “apuntalado por un crecimiento económico superior a lo previsto, reformas corporativas, un retroceso del riesgo político y una política monetaria expansiva”, así como el compromiso de las empresas niponas con su gobierno corporativo, que se refleja en su mejora del ROE.

El experto prevé que los beneficios corporativos europeos crezcan un 15% en 2018, gracias a la fortaleza de los datos macro, aunque matiza que probablemente el mayor foco de atención será la reducción gradual de los estímulos cuantitativos: “El BCE todavía compra bonos por valor de 60.000 millones de euros al mes y, por mucho que reduzca estos flujos en 2018, es probable que se mantenga en el mercado la mayor parte del año. No obstante, a medida que cobra impulso la recuperación europea, el BCE podría empezar a cuestionarse si su política expansiva sigue siendo adecuada”.

Desde Janus Henderson Investors, el director de renta variable europea Tim Stevenson y el gestor James Ross opinan que, el año que viene, los inversores “deberían ver la continuación de la recuperación económica en Europa, excluyendo a Reino Unido”, donde creen que “se están empezando a ver problemas relacionados con la incertidumbre causada por el Brexit”. Su previsión es que los beneficios crezcan un 10%, aunque coinciden en avisar sobre la necesidad de no subestimar el impacto de las acciones del BCE. Para Stevenson, “el gran debate de finales de 2017 y principios de 2018 será si la inflación empezará a regresar al sistema”, y qué efectos traerá consigo tanto sobre los mercados de deuda soberana como sobre las bolsas.   

Ross constata que el riesgo político se ha reducido desde comienzos de 2017, aunque comenta que “los recientes eventos en Cataluña demuestran que sigue habiendo riesgo político y que tiene un impacto directo sobre mercados, acciones y valoraciones”. De cara a 2018, el experto señala como dos de sus mayores preocupaciones el Brexit y la inestabilidad política en Italia.

¿Qué asignación se merece EE.UU.?

James Norman, presidente de QS Investors (parte de Legg Mason Global AM), afirma que la renta variable internacional mostrará mayor atractivo que la estadounidense en 2018, y que los inversores todavía están a tiempo de posicionarse en estas acciones para “captar una rentabilidad relativa superior”. Además de unas valoraciones atractivas en términos relativos y el buen momento macro, el experto suma la expectativa de una mayor inclinación de las curvas de tipos de países desarrollados: “La inclinación de las curvas de rendimientos de la deuda pública suele preceder a sólidas rentabilidades bursátiles, dado que unos tipos a corto plazo bajos pueden estimular las economías, mientras que unos tipos a largo plazo elevados pueden indicar que los inversores esperan un mayor crecimiento económico y una posible subida de la inflación”.

Peter Bourbeau, desde ClearBridge (parte de Legg Mason), cree que, pese a estar en máximos, las bolsas estadounidenses “no han tocado techo todavía, dado que no hemos alcanzado la fase de euforia”. El gestor declara que “la clave para los inversores de cara a 2018 será la diversificación en diferentes sectores”. En concreto, aconseja ir más allá de los valores conocidos como FAANG (Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Google): “Por ejemplo, nos interesan aquellas empresas que muestran más controversia y creemos que en 2018 deberíamos encontrar oportunidades en las firmas estadounidenses de los sectores energético, de salud y financiero (excluyendo los bancos), así como ciertos valores del sector del consumo básico”.

Los expertos de Allianz Global Investors terminan este repaso a las predicciones con una advertencia: en 2018, “ser selectivo será todavía más importante”. La razón es que, aunque la economía global lo está haciendo bastante bien, “el crecimiento se está volviendo más disperso”, por lo que es probable que se acentúen las diferencias entre regiones. “Al mismo tiempo, muchos activos parecen estar altamente valorados. En consecuencia, los inversores necesitarán ser cada vez más selectivos en 2018”, concluyen desde la gestora. Sus expertos prevén en esta línea que también aumentarán las expectativas que tengan los inversores por los gestores activos, al depositar sobre ellos sus esperanzas de obtener rendimientos de forma más dinámica.