Las gestoras que restringieron sus monetarios ofrecen alternativas a los inversores

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Parl, Flickr Creative Commons

Las gestoras internacionales que a principios de julio decidieron cerrar o limitar las suscripciones en varios de sus fondos monetarios en euros mantienen su decisión, a pesar de que casi han pasado dos meses desde que el BCE bajara los tipos. En este tiempo, algunas carteras están a punto de vencer o ya lo han hecho, algo que no ha movido a las gestoras a volver a la normalidad y abrirlos totalmente. Pero mientras mantienen las limitaciones, J.P. Morgan Asset Management, BNY Mellon, BlackRock o Goldman Sachs Asset Management  están ofreciendo alternativas a sus inversores, normalmente fuera de la categoría monetaria.

Debido a la demanda de los inversores de productos de ese tipo a muy corto plazo, las gestoras internacionales coinciden, en su mayoría, en ofrecer a cambio fondos que, aunque no sean puramente monetarios, ofrezcan rentabilidades más atractivas.

En J.P. Morgan AM, están ofreciendo a los clientes el fondo JPMorgan Funds – Managed Reserves, teniendo siempre en cuenta que no se trata de un fondo de liquidez per se debido a su política de inversión, sino que sería el siguiente escalón, aunque está gestionado por el mismo equipo. El fondo se lanzó en 2010 y está registrado en España

En BNY Mellon, que no venden monetarios en España ante la fuerte oferta de los bancos, sino que apuestan por ofrecer productos de valor añadido en renta fija, variable o inversiones alternativas, señalan otras opciones también fuera de los monetarios. La primera de ellas es llevar al inversor hacia fondos de renta fija con duraciones cortas, aunque Sasha Evers, director de la oficina de Madrid de la gestora, señala un hándicap: los inversores no quieren oír hablar del riesgo tipo de interés. Por eso, la opción sería ir a un fondo de deuda pública con mayores duraciones o invertir en productos completamente disociados del riesgo de tipo de interés, más situados en el terreno de la inversión más alternativa, pero con volatilidades muy bajas. En este último sentido, propone dos fondos gestionados por su especialista de retorno absoluto Insight.

El primero es Absolute Insight UK Equity Market Neutral, un fondo centrado en la preservación de capital con un objetivo conservador de batir a la liquidez en entre 100 y 150 puntos básicos, y exposición neta al mercado nula, con una volatilidad histórica del 2,5%. “No es comparable con los monetarios pero es una buena solución para clientes que ya tengan mucha renta fija en las carteras, como vía de diversificación. Toda la política monetaria no ortodoxa de los bancos centrales acabará traduciéndose en inflación, algo que afectará a los inversores de renta fija”, explica.

En segundo lugar, propone un fondo de renta fija con enfoque de retorno absoluto muy flexible, con capacidad de invertir en todos los instrumentos de deuda, de ponerse corto en duración o gestionar activamente las divisas, pero que a la vez esté referenciado a la liquidez y cuente con unas volatilidades muy bajas. Es el BNY Mellon Absolute Return Bond Fund.

Más alternativas

Otra gestora que, a pesar de no haber limitado sus fondos a suscripciones, cuenta con alternativas ante la menor rentabilidad que ofrecen los activos libres de riesgo es Groupama AM. Las dos más significativas son su fondo monetario Groupama Trésorerie, que invierte en crédito con una duración superior a la del resto de sus fondos monetarios (actualmente en 178 días), y en segundo lugar, los fondos de crédito con carteras para mantener a un vencimiento determinado. “Desde 2007, hemos lanzado siete fondos cerrados de crédito para aprovecharnos de las oportunidades que ofrecían dichos mercados”, explica Iván Díez, director de la gestora para España, Portugal y Andorra.

La decisión continuada de restricción de los fondos monetarios, tomada después de que el pasado 5 de julio el BCE bajara los tipos hasta el 0,75% y dejara sin remuneración los depósitos de los bancos en la institución europea, pretende proteger a los partícipes del efecto dilución resultante de invertir las nuevas suscripciones en un entorno ahora menos rentable y es también una medida preventiva ante la dificultad de actuar en un mercado con poca profundidad, con cada vez menos oferta de alta calidad y una demanda menguada.