"Las empresas de EEUU se benefician de la estabilidad de su negocio exterior"

"Nuestro objetivo es encontrar las mejores ideas en compañías con una posición de liderazgo y con barreras defensivas ante competidores. En estas compañías buscamos un potencial de crecimiento sostenido a tres o cinco años", explica Grant Bowers, gestor del Franklin US Opportunites Fund, un fondo con una cartera de más de 2.500 millones de dólares.

En su opinión, el mercado se encuentra en la actualidad en un buen momento para apostar por la renta variable de EEUU. “Históricamente sólo en los años 30 y durante la última década el inversor ha sufrido rentabilidades negativas en el S&P 500 en periodos de diez años”, señala. A esto se añade el sentido de los flujos de dinero. “Si entre marzo de 1998 y de 2000 los fondos de bolsa recibían todo el dinero, entre marzo de 2009 y de 2011 han sido los fondos de bonos los receptores casi exclusivos del dinero. Después de situaciones de este tipo la tendencia se revierte y es el momento de que los flujos vuelvan a los fondos de acciones”, explica.

Bowers encuentra cuatro motivos para interesarse por las compañías estadounidenses. En primer lugar, la vocación internacional de muchas empresas del país. El 40% de su negocio está en el exterior. Apple tiene el 61%; Nike, el 66%; Ralph Lauren, el 64% y Mastercard, el 54%. “Históricamente, el margen de su negocio internacional es mucho más estable que el de EEUU”, explica. En segundo lugar, destaca que el beneficio de las compañías continúa aumentando, con una liquidez en niveles record. Esto dispara la actividad de fusiones y la inversión en infraestructuras. Ve especial interés en empresas líderes en innovación, como las de energías renovales y las de cloud computing.

En tercer lugar destaca las valoraciones atractivas. Con una generación de flujos de caja en máximos de 20 años, la rentabilidad de las acciones supera a la de los bonos. Así, frente a una rentabilidad del 3% en el bono, la renta variable ofrece un 6%. “El 70% de las compañías del S&P 500 genera más rentabilidad que el bono estadounidense a 30 años, una cifra que duplica el 35% de media histórica”, añade.

En el escenario actual, las compañías de crecimiento están muy atractivas, al haber desaparecido el diferencial con el que cotizan históricamente estas empresas. Como sectores principales en la cartera del fondo tiene el tecnológico, software o energía. “A diferencia de hace diez años, el sector tecnológico no está caro, con la excepciones de operaciones como la de Skype”, explica. También le gusta Apple, una compañía capaz de haber creado una demanda de clientes donde antes no existía, con ejemplos como los tablets y el ipad.

Dentro del sector financiero, se decanta para su fondo por las compañías gestoras de fondos, al ofrecer una solidez en su balance. Una de sus mayores posiciones es BlackRock. En el caso de los bancos y compañías hipotecarias, considera que debe esperar al ser necesario todavía una reestructuración. Por tamaño, prefiere las grandes compañías, que representan el 75% de la cartera de su fondo.