Las EAFI enarbolan la bandera de la independencia frente al agente financiero

La independencia que permite evitar conflictos de interés y alinearse únicamente con los intereses de los clientes, la flexibilidad, la libertad para acceder a mayores posibilidades de inversión, la transparencia y un servicio más personalizado son las ventajas que las propias EAFI destacan de su figura frente a otras como la de agente, debido a su vinculación con entidades financieras, o incluso a entidades que dicen realizar asesoramiento cuando en realidad sólo comercializan productos, como aseguran que sucede con algunos bancos y cajas.

“El agente tiene un perfil de actividad marcadamente comercial cuyo objetivo prioritario es aprovechar su red de contactos para ayudar a las entidades a colocar sus productos, pero nosotros queremos ser los consejeros y cuidadores integrales del patrimonio de nuestros clientes desde un enfoque de servicio a éstos y de defensa de sus intereses frente al enfoque de producto del agente y la banca tradicional”, afirma Félix González, socio director general de Capital Familiar, que considera esencial la absoluta independiente respecto a intereses de terceros ajenos al cliente, razón por la que defiende que las EAFI sólo reciban ingresos de éstos.

Los asesores consultados se muestran unánimes a la hora de definirse como abanderados de la independencia y la libertad. “Ser EAFI significa tener todas las posibilidades desde la independencia y ponerse del lado del clientes, tomar las mejores decisiones sin ataduras ni lastres. Es la figura que nos da la libertad y asegura la profesionalidad por encima de otras consideraciones”, apostilla Javier Flores, key account manager de Dracon Partners. “Únicamente somos dependientes del cliente”, asegura David Levy, socio fundador de DiverInvest Partners, que confiesa que se vio atraído por la “independencia y transparencia” de esta figura.

“Opté por la EAFI porque mi experiencia en distintas entidades de banca privada me demostró que lo más importante para fidelizar al cliente era defender sus intereses y necesidades, independientemente de la comercialización de productos”, señala Ana Fernández, directora ejecutiva de AFS Finance Advisors EAFI.

“Si se busca la máxima independencia, el paso necesario es convertirse en EAFI, aunque no es suficiente, pues no todas las EAFI pueden calificarse como independientes, pues algunas desgraciadamente tienen relación con entidades que gestionan fondos de inversión u otros productos”, critica sin embargo Víctor Alvargonzález, consejero delegado de Profim.

Más alternativas y atención personalizada

Cristóbal Amorós Arabiza, de Amorós Arabaiza, añade que la EAFI tiene la posibilidad de ofrecer al cliente “un asesoramiento más amplio y con todas las posibilidades que el mercado ofrece, tanto por número de entidades como de productos”. Para el experto, limitarse a una sola entidad restringe las oportunidades y obliga a seguir las políticas de los bancos, algo de lo que se libran las EAFI.

Por eso, cree que los aspectos personales, la disponibilidad y la confianza y la estabilidad en la relación son características claves en la figura del asesor, frente a otras como la del agente o los bancos. “El asesor independiente va más allá y con frecuenta participa y contribuye a resolver otros problemas o necesidades, como asesoramiento en temas tributarios, patrimoniales y de tipo personal, que en su globalidad permiten ayudar mejor al cliente”, afirma.