Las EAFI, divididas sobre el sistema de cobro de MiFid II, responden a Carmignac

Hace unas semanas, Edouard Carmignac criticaba con dureza la nueva legislación que cambiará el modelo de cobro de los asesores y comercializadores de productos financieros, al considerar que la normativa pone en peligro el sistema de arquitectura abierta, pues coloca en una situación complicada a los asesores independientes, que considera garantes de la misma, y deriva en un sistema totalmente contrario al que pretende. “No estoy seguro de que el sistema propuesto por Mifid II aumente la transparencia ni redunde en la promoción de mejores productos”, decía en la cita anual de inversores en París. En España, las EAFI están divididas a este respecto. Algunas como iCapital, Amorós Arbaiza o Profim están de acuerdo en la perversidad de ese nuevo sistema, que favorecería una mayor bancarización y pondría en peligro el propio del sector de asesoramiento independiente, que se reduciría considerablemente. Por eso defienden un modelo de pago basado en la transparencia. Pero hay otras, como Afinet Global EAFI o AFS Finance Advisors EAFI, que apuestan por un sistema de cobro exclusivo por parte del cliente, convencidas de que el sector puede y debe aprender a sobrevivir sin retrocesiones. Y, a diferencia de Carmignac, creen que el nuevo sistema de cobro será más justo y transparente.

 

Entre las más críticas, Guillermo Santos Aramburu, director y responsable de estrategia de iCapital, se muestra de acuerdo con Carmignac, aunque cree que la nueva ley no tendrá impacto, “ni adverso ni positivo” sobre la transparencia. “Coincidimos absolutamente en que el sistema de retrocesiones debe de ser absolutamente transparente, pero no debe desaparecer. Debe ser el cliente el que conociendo ambas alternativas elija su modelo de asesoramiento”, comenta Santos, convencido de que, en general, las EAFI no pueden vivir sin retrocesiones. “En el inmaduro mercado español va a ser muy complejo para muchos adaptarse a un entorno sin retrocesiones, aunque todo dependerá de cómo quede finalmente el modelo que Mifid II impulsa”, matiza el experto.

 

Pero en todo caso, un sistema que prohíba los incentivos sería nocivo para una industria que “está en su embrión y debe consolidarse. Muchas entidades desaparecerían sin las retrocesiones y las que sobrevivan lo harían en base a un ajuste tan fuerte en su estructura de costes que redundaría en la calidad y nivel del servicio”, advierte Santos.

 

También de acuerdo con los comentarios críticos de Carmignac está Cristobal Amorós Arbaiza, de la EAFI Amorós Arbaiza: “Creo que eliminar las retrocesiones de forma inmediata no beneficiaría ni a los inversores ni al desarrollo de la figura de la EAFI”, afirma. Al igual que para Santos, el experto la clave está en la transparencia y en que los asesores independientes trabajen con varias casas y plataformas, de forma que no estén vinculados exclusivamente a una entidad. “Muchas EAFI no podrán mantenerse sin retrocesiones. No sería nuestro caso, porque nuestro despacho ofrece servicios globales de “family office” (tributario, financiero, contable, mercantil, patrimonial, etc), pero también nos afectaría económicamente”, asegura. Y advierte de las consecuencias, que favorecerían una mayor bancarización: “Si se eliminan las retrocesiones, las gestoras independientes tenderán a desaparecer o a reducir muy considerablemente el volumen de patrimonio bajo gestión. Y volverá a prevalecer el dominio absoluto de los grandes bancos, que tendrán más fácil colocar sus propios productos”.

 

El efecto adverso podría tener un segundo sentido, según el experto, pues haría que se buscaran otras fórmulas menos transparentes para eludir la prohibición de cobrar retrocesiones. “¿Quién puede impedir que una EAFI facture a un banco o gestora por asesoramiento financiero de forma directa? Y si luego invierte a sus clientes en los fondos de la entidad elegida, ya no es importante si cobra o no retrocesiones…”, una situación que pone como ejemplo de esos efectos adversos. Por último, considera que es relativamente fácil detectar si una EAFI busca ante todo cobrar retrocesiones o no, y si antepone los intereses del cliente o los suyos. Además, dice que lo que marca en gran medida el importe de las retrocesiones es el tipo de fondos en los que se invierte (los de renta variable cobran comisiones más elevadas, y los monetarios por el contrario las más bajas) y el porcentaje de tener unos u otros lo marcará el perfil de riesgo del cliente, en función del “test de idoneidad”. “Y una EAFI seria hace la asignación de activos siguiendo rigurosamente los resultados del test”, afirma Amorós Arbaiza, dando la idea de que una buena EAFI no vende según vaya a cobrar más o menos retrocesiones, sino en función del perfil del riesgo del cliente establecido de forma objetiva con dicho test.

 

“Intervencionismo que sólo beneficia a la banca”

En la misma línea se pronuncian en Profim. “Estamos totalmente de acuerdo con el Sr. Carmignac. Lo importante es la transparencia y dejar elegir al cliente lo que más le convenga. Los políticos europeos tienden a pensar que todo el mundo es menor de edad y no tiene nivel intelectual para saber elegir y por eso hay que decir siempre lo que tienen que hacer”, comenta Víctor Alvargonzález. “Nosotros damos al cliente la opción de elegir: si quiere que no haya retrocesión elige el servicio en el que no hay retrocesión, paga la cuota de asesoramiento y compra los fondos donde le venga en gana. Si quiere ahorrarse dinero en el coste del asesoramiento elige el servicio en el que, al generarse una retrocesión, el asesoramiento sale más barato porque el cliente se ve bonificado por la existencia de dicha retrocesión, que en nuestro caso, además, no viene de las gestoras, sino de las plataformas con los que trabajan nuestros clientes, es decir, que no sabemos lo que paga cada gestora, así que poco puede influir en nuestras decisiones”.

 

Por eso apuesta firmemente por un modelo de transparencia y libertad de elección. “Lo otro es un intervencionismo que solo beneficia a la gran banca. No es casual que tenga tanto apoyo político”, apostilla. Y es que Alvargonzález considera que, de desaparecer las retrocesiones, también lo haría el 90% de las EAFI, y critica a aquellas que apoyan ese sistema de cobro único por parte del cliente. “Algunas apoyan ese modelo de “café solo” para todos, porque es el que han elegido como modelo de negocio y piensan que así eliminarán a la competencia de un plumazo, pero se equivocan. Acaban de empezar y cuando se empieza todo es muy bonito pero pronto se darán cuenta que en España lo de cobrar sólo al cliente es difícil y hay que darle facilidades para que vaya acostumbrándose poco a poco. Y no digamos en un año malo”. El experto va más allá y cree se trata de un debate interesado para ganar cuota de mercado de otras EAFI. “Es un debate interesado (interesa a las EAFI que solo cobran al cliente y a la banca monoproducto) y estéril que no aporta nada, pues, como digo, pueden convivir ambos modelos sin ningún problema”, asegura.

 

“Personalmente no estoy en contra de un modelo sin retrocesiones. De hecho como idea final me gusta, porque al final es el asesor y su acierto en la distribución de activos lo que más aporta a los resultados, los fondos muchas veces se limitan a seguir un índice de referencia, pero hoy en día en España implantar ese modelo cuando se acaba de empezar acabaría con el sector de las EAFI. Sólo sobrevivirían las mayores, bien porque pudieran justificar el cobro de rebates con, por ejemplo, su capacidad de aportar valor con ello – esto también se está discutiendo en Mifid II – bien porque se convirtieran en otro tipo de entidad que si que pudiera recibir retrocesiones”, apostilla.


Apoyo a un sistema de cobro único
Al otro lado, hay EAFI que apuestan por un modelo de cobro puro al cliente, que consideran precisamente el icono de la transparencia, aunque son conscientes de su dificultad. “Desde Afinet Global EAFI entendemos que la nueva legislación incrementará la transparencia del asesoramiento financiero independiente. No hay nada más transparente como que la única fuente de remuneración sea el cliente asesorado y que cualquier retrocesión de comisiones vaya directamente al cliente. Y sí, sí se puede vivir sin retrocesiones, tal y como demuestra Afinet Global EAFI. Ahora bien, es un modelo de negocio más difícil ya que, de momento, los ahorradores/inversores no han interiorizado la necesidad de pagar por un servicio como el del asesoramiento y, adicionalmente, el porcentaje de ingresos sobre patrimonio es menor”, explica David Cano, su socio director general.

 

También Ana Fernández, de AFS Finance Advisors EAFI, está en desacuerdo con Carmignac, pues creen que existe un conflicto de intereses cuando se paga retrocesiones a un agente o EAFI. “La labor de los agentes y de las EAFI debería estar basada en la independencia, y el pago de comisiones genera una codependencia entre el fondo y el agente/EAFI. Dependerá de la ética profesional de cada uno que la toma de decisiones del asesor se base exclusivamente en las necesidades del cliente, recomendando un fondo u otro basándose estrictamente en la rentabilidad”, asegura.

 

Por eso cree que la nueva ley mejoraría la transparencia para los clientes y crearía una competencia más justa. “Creemos que se puede vivir sin retrocesiones, lo único que queda un largo camino para que el inversor final acepte y valore la necesidad de pagar por un servicio independiente y de calidad. Nuestros ingresos proceden exclusivamente de nuestros clientes, y lo más importante es que nuestros clientes tienen la tranquilidad que ellos son los que pagan por nuestra asesoría y que no dependemos de ninguna institución financiera para generar ingresos, lo que asegura nuestra independencia”, apostilla.

 

Supervivencia posible

En entrevistas a Funds People, otras entidades han venido apoyando su apoyo a un sistema de cobro único. Es el caso de Jesús Pérez, actuario y responsable de análisis de la eafi Finanze Fénix Planificadores Financieros, que afirmaba que sí “es posible un modelo de negocio para las EAFI sin retrocesiones" y en este sentido, considera que sería un paso importante si MiFid exigiera un modelo de negocio sin incentivos, algo que ayudaría a recuperar la confianza. También Belén Alarcón, desde Abante Asesores, afirmaba que la sola dependencia del cliente es la forma más pura de independencia. “Hemos elegido esta manera de trabajar porque aporta transparencia y pone en valor un servicio tan necesario como ayudar a los clientes a elegir el camino, la estrategia y los productos adecuados para materializar las inversiones”, dice.

 

También señala la importancia de la independencia como “criterio fundacional e irrenunciable” de su EAFI Félix González, socio director general de Capitalia Familiar, que sólo recibe ingresos de sus clientes. “Creemos en un modelo de servicio diferente, totalmente orientado a lo que consideramos mejor para los intereses de nuestros clientes, independientemente de los de cualquier otra entidad financiera, gestora o fábrica de producto”, comentaba a FundsPeople.