Las dos soluciones de Newton (BNY Mellon IM) para un contexto de bajo crecimiento y baja inflación

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Patrick Miyaoka, Unsplash

La cautela es la palabra que define la estrategia de Newton, parte de BNY Mellon IM, en las perspectivas que maneja para 2020. Al fin y al cabo, según ha explicado Sasha Evers, director general de BNY Mellon IM en España en un desayuno con medios de comunicación,  existen cuatro grandes factores de riesgo a los que se enfrenta la economía (y el mercado) de cara al próximo año. “Los cuatro factores de riesgo son las políticas monetarias, los problemas estructurales, valoraciones y riesgos geopolíticos en un contexto que de inflación baja y crecimiento bajo”, afirma Evers.

Aunque todos ellos son factores que no son exclusivos del corto plazo, hay alguno que puede tener una mayor influencia en los plazos más cortos y ese no es otro que el mismo que ha provocado el rally de los mercados en la última década: la política monetaria o, mejor dicho, lo cada vez más cerca que está ésta de alcanzar su límite. “El QE infinity tropieza con la realidad y eso distorsiona más los mercados de renta fija. La próxima fase podría ser la política fiscal”, afirma Evers.

Si finalmente esa política fiscal se convierte en una realidad hay, a su juicio, algunos tipos de activos que podrían verse beneficiados como son la inversión en energías renovables, las infraestructuras o las temáticas relacionadas con el calentamiento global o con los vehículos eléctricos. Pero hasta entonces, la estrategia de Newton no es otra que la de apostar por una mayor diversificación de las carteras y por estrategias que permitan preservar el capital además de generar rentabilidades estables.

De ahí que uno de los fondos que recomiendan tener en cartera en este contexto sea el BNY Mellon Global Real Return, producto que cuenta con el Sello Funds People 2019 por su calificación de Blockbuster. “Lo importante es no enfocar el riesgo en un único activo si no  tener una gestión más global multiactivo que se adapta a lo largo del ciclo y que lo que busca es batir al Euribor + 4% a largo plazo”, afirma Evers.

En la actualidad el fondo muestra un posicionamiento de lo más defensivo ya que la exposición neta a renta variable es de apenas el 11%, la más baja desde que el producto se lanzó en el año 2004. Por el contrario, donde se muestra más positivo el fondo es deuda de mercados emergentes y también en oro, que utiliza como activo refugio, mientras que utiliza su exposición a bonos gubernamentales como una cobertura de sus activos de riesgo . Más cautos son con respecto a la deuda corporativa ya que, según explica Evers “el diferencial de los mercados de crédito no compensa tanto si se produce una gran desaceleración económica mundial” .

El otro producto que recomiendan para este complicado contexto es BNY Mellon Global Equity Income, un fondo de renta variable donde los dividendos son los grandes protagonistas. “En la línea de crecimiento e inflación bajas, los dividendos tienen más sentido, son atractivos y son defensivos”, afirma Evers. Además, incide en que en el momento de componer la cartera no prestan tanto atención a las compañías con dividendos crecientes si no a las que han demostrado tener dividendos estables. “Tenemos una disciplina de inversión y para incluir una acción tiene que tener una prima con respecto al dividendo medio del índice (FTSE World TR). Si ese dividendo cae por debajo de la media, vendemos la acción”, afirma Evers.  En la actualidad, el 77,3% de los valores donde invierte ofrece una rentabilidad por dividendo inferior al 4%.