Las dos grandes oportunidades de inversión que ofrece Brasil

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Rodrigo Soldon, Flickr, Creative Commons

Con un crecimiento anualizado del 9,3% durante el primer trimestre de 2010, la presencia de Brasil en los BRIC era indiscutible. Sin embargo, el estancamiento casi total de su economía en 2012 hace cuestionar a muchos las credenciales de crecimiento del mayor país de América Latina. Ante a este trasfondo, no obstante, el volátil mercado de renta variable brasileño cerró 2012 con una subida del 5%. Según Rogerio Poppe, gestor de BNY Mellon, a pesar de los retos a los que se enfrenta la economía real, los inversores podrían beneficiarse de su exposición a las empresas brasileñas, sobre todo a aquellas cuyos beneficios están vinculados a la demanda de consumo y de infraestructuras.

En un artículo publicado en su Newsletter, el gestor del BNY Mellon Brazil Equity Fund afirma que, bajo el mando de Dilma Rousseff, las autoridades brasileñas han agotado prácticamente los medios monetarios y fiscales a su disposición para estimular la economía y devolverla a una senda de crecimiento. Desde que asumiera el cargo, Rousseff ha aplicado una serie de medidas dirigidas a fomentar la producción manufacturera doméstica y la demanda de consumo, que han incluido privatizaciones, exenciones fiscales y recortes sucesivos de la tasa Selic –el tipo de interés de referencia– hasta el actual mínimo histórico del 7,25%.

“Las medidas implementadas por el Gobierno no tendrán un efecto inmediato ni homogéneo en todos los sectores de actividad económica. Algunas áreas son más susceptibles de beneficiarse que otras, y a corto a medio plazo anticipamos el buen comportamiento de empresas en el sector de consumo discrecional, con lo que hemos posicionado el fondo de forma acorde”, explica. Durante 2012, varias de las tenencias más destacadas del fondo fueron empresas cuyo beneficio se vio impulsado por la robusta demanda doméstica. “Muchas de nuestras tenencias han hecho gala de un excelente comportamiento debido a las tendencias de consumo positivas que han reinado pese al difícil entorno económico”.

Poppe cree probable que el gasto de consumo brasileño siga siendo abundante, o al menos que tienda al alza. De acuerdo con una encuesta de Credit Suisse, el consumidor brasileño anticipa el mayor aumento de la renta de los hogares (superior al 9%) de sus homólogos emergentes de cara a 2013. Sus expectativas de crecimiento de los ingresos también mejoraron en 2012 respecto al año anterior. “Los productores domésticos siguen beneficiándose de las medidas gubernamentales para respaldar a la industria nacional, como la reciente ampliación de las exenciones de impuestos en la compra de automóviles. Al mismo tiempo, el impulso potencial en forma de menor competencia extranjera todavía no se ha producido”, explica.

Abordar el déficit de infraestructuras

Pese a la inversión insuficiente en servicios y equipamiento de transporte durante casi una década, los operadores de infraestructuras brasileños han proporcionado algunos de los mejores niveles de rentabilidad de los recursos propios de la industria. Rousseff ha hecho frente a la imperiosa necesidad de mejorar la red de infraestructuras del país para poder albergar eventos de tal calibre como el Mundial de Fútbol y los Juegos Olímpicos, y de cara al largo plazo. En agosto, el Gobierno anunció la subasta de licencias para la construcción de 7.500 kilómetros de carreteras y 10.000 kilómetros de ferrocarril, con objeto de captar inversión privada para reducir los costes de transporte y fomentar el crecimiento económico. También tiene previsto sacar a concurso obras de puertos y aeropuertos, financiando parte del gasto mediante préstamos a largo plazo.

“Los actuales esfuerzos para aumentar la competencia –eliminando algunas de las restricciones que hasta ahora habían limitado las actividades de los operadores privados en el sector– está creando un entorno más favorable para varias empresas en las que invertimos”, comenta el gestor. “Continuaremos posicionando el fondo de forma que se beneficie al máximo de tendencias positivas, sea cual sea el sector de la economía en el que surjan”, concluye. La aplicación de un enfoque de inversión estable, combinado con una rotación de cartera relativamente baja, ha generado sólidos niveles de rendimiento: durante un 2012 difícil, el BNY Mellon Brazil Equity Fund acabó proporcionando una rentabilidad del 6,8%, frente al avance del 2,3% registrado por el índice.