Las derivadas de Aladdin en ejecución, control de riesgos y servicio a bancas privadas

Reloj
(Segle) Reflex is back!, Flickr, Creative Commons

BlackRock vuelve a ser, un año más, la gestora con mejor imagen de marca en España, según la encuesta que anualmente realiza la consultora británica MackayWilliams y que publica en su informe Fund Brand 50. Curiosamente, la clave de este éxito no habría que buscarla tanto en el producto como en el servicio que la entidad presta a sus clientes desde su oficina de Madrid. Según explica Aitor Jauregui, responsable de BlackRock para España, Portugal y Andorra, lo importante para contar con el favor de los clientes es tener una estrategia muy bien planificada desde principios de año, teniendo claras cuáles son las principales inquietudes que les van a trasladar durante el año y, sobre todo, estando cerca de ellos para entender cuáles son sus necesidades.

Más allá de hablarles de productos concretos, se trata de exponerles soluciones. Sus clientes les hacen solicitudes de todo tipo: desde conocer cuál será el impacto que va a tener en el negocio los avances tecnológicos hasta cómo se pueden apalancar en la tecnología para desarrollar su negocio de una forma cada vez más eficiente. Para dar respuesta a estas inquietudes, en BlackRock se han venido apoyando en Aladdin.

Se trata de un sofisticado sistema operativo que ayuda a conectar información, personas y tecnología para gestionar inversiones en tiempo real. La plataforma combina herramientas de análisis de riesgos, gestión de carteras, trading y operaciones abarcando todas las clases de activos. Sirve para solucionar problemas a sus usuarios facilitando el acceso a información relevante, haciendo los procesos más escalables y eficientes, aportando consistencia en la toma de decisiones. BlackRock ha construido, testado y hecho evolucionar las capacidades de Aladdin a través de la experiencia propia y de las peticiones de sus clientes que han decidido utilizar este servicio.

Aladdin es un servicio, no un software. Esto permite a los clientes enfocarse en sus funcionalidades y no en su manteamiento operativo, lo que reduce costes y riesgos operativos, minimizando errores que resultan de procesos manuales y tomar mejores decisiones de inversión. La herramienta ha ido ampliando capacidades y hoy cuenta con tres derivadas:

1. Enterprise Aladdin: herramienta que da acceso back to front que incluye todo el ciclo de vida de una orden al mercado, también en lo que respecta a la ejecución.

2. Aladdin Risk: se trata de un módulo diseñado por BlackRock para el análisis del riesgo y retorno agregado de una cartera. Incluye modelos de análisis adaptables a las necesidades del usuario para analizar cualquier clase de activo (renta fija, renta variable, divisas, derivados, materias primas e inversiones alternativas). Los servicios que ofrece Aladdin Risk incluyen el análisis de posiciones, atribución de retornos, análisis de riesgos y de escenarios, valoración agregada de la cartera, proyección de los flujos de cajas, análisis de la asignación de activos, tareas de supervisión y cumplimiento normativo. No la ejecución de órdenes. Se trata de una solución que es personalizable y adaptable a las necesidades del usuario, lo que permite analizar el posicionamiento y riesgo de las inversiones desde diferentes puntos de vista.

3. Aladdin Risk for Wealth Management: herramienta para el negocio de banca privada (gestión del riesgo desde el home office y herramientas para el asesor para tener una conversación de valor añadido con sus clientes). Cuenta con dos funcionalidades principales que permiten a las bancas privadas tener a su disposición herramientas que utilizan grandes inversores institucionales.

En primer lugar, permite al responsable de inversiones analizar a través de un único sistema cuáles son las desviaciones de las carteras que gestiona frente a las carteras modelo de la casa, con el objetivo de comprobar si están bien enfocadas desde distintos puntos de vista, como por ejemplo el riesgo asumido. La segunda funcionalidad es para que el banquero o selección de banqueros que determine la banca privada puedan analizar las carteras de sus clientes y someterlas a distintos escenarios de estrés.