Las causas que están detrás del éxito del estilo growth y del fracaso del value

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Kanijoman, Flickr, Creative Commons

El value investing o inversión en valor ha experimentado un espectacular crecimiento en los últimos años en España al calor de las nuevas firmas de inversión que han ido viendo la luz en los últimos años. Y lo ha hecho a pesar de que en términos relativos los fondos que invierten siguiendo este modelo de inversión se han comportado mucho peor que los que apuestan por un enfoque growth o de crecimiento. De hecho, según los datos de Morningstar, las rentabilidades medias de los productos que aplican ese sesgo value son muy inferiores a las que se decantan por el estilo growth, y no solo a corto plazo sino también en plazos más largos como a tres o cinco años, independientemente de la región donde inviertan

Categoría Rent 2019 (en %) Rent 3 meses (en %) Rent 1 año (en %( Rent 3 años(en %) Rent 5 años (en %)
RV Europa Grande Growth 19,28 1,37 0,56 6,24 7,22
RV Europa Grande Value 7,56 -3,3 -6,6 3,28 2,63
RV Global Grande Growth 20,28 2,62 5,12 10,28 9,96
RV Global Grande Value 10,01 -0,98 -3,41 5,08 5,95
RV USA Grande Growth 25,64 4,06 9,92 14,98 13,62
RV USA Grande Value 15,05 0,49 1,04 7,76 9,71

Fuente: Morningstar. Datos a 21 de agosto de 2019.

Esta clara preferencia por los valores de crecimiento se ha dejado por parte de los inversores ha provocado que, como explica DWS, la prima de las acciones growth cotice en máximos con respecto a las acciones value. “La prima de valoración de las acciones de crecimiento frente a las acciones de valor (representadas por el índice MSCI ACWI Growth y MSCI ACWI Value, respectivamente), se sitúa en máximos. En términos de PER (ratio precio-beneficios), el growth cuesta un 70% más que el value”, afirma Thomas Schuessler, co responsable de renta variable en DWS.

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La clave ahora es saber si, ante el resurgimiento del miedo a que se produzca una recesión económica puede darse una tendencia inversa, un regreso de los inversores hacia la inversión más value que, tradicionalmente se ha ligado a sectores más defensivos y menos expuestos por tanto a los vaivenes económicos, más teniendo en cuenta que en términos de valoraciones ese tipo de compañías parecen estar más baratas que sus comparables de crecimiento. Pues, según explican desde la gestora alemana, todo dependerá de la magnitud de esa desaceleración económica que se está produciendo a nivel global ya que “Cuanto más sombrías son las perspectivas económicas, mayor es la demanda de valores de empresas que siguen creciendo incluso en períodos de debilidad económica.”, afirma Marcus Poppe, gestor de DWS.

De ahí la clara predilección que han mostrado en los últimos años los inversores hacia valores del sector tecnológico- incluso los inversores más value como Warren Buffett se han decantado por incluir a este tipo de compañías en sus carteras- y la decisión de huir de sectores mucho más cíclicos y perjudicados por la política de tipos al 0% de los bancos centrales como es el sector financiero. Dos decisiones que siguen hoy vigentes en la gran parte de las carteras de los gestores ateniendo a los últimos resultados de la encuesta a gestores que mensualmente publica Bank of America Merrill Lynch.

Dos son las razones que explican esa predilección por los valores growth, incluso en un contexto de desaceleración económica. La primera es que en un entorno de final de ciclo económico expansivo como el actual “ los inversores tienden a buscar empresas que puedan seguir creciendo incluso aunque las condiciones económicas no acompañen (históricamente, las acciones de estilo growth han registrado su mejor comportamiento justo antes de que los mercados se desplomasen)”, afirma Schuessler.

Y la segunda es por el efecto de las políticas monetarias en los beneficios que puedan generar las empresas a medio plazo. “Los bajos tipos de interés oficiales, que los bancos centrales mantendrán durante más tiempo, implican que los beneficios futuros –que obviamente tienen un mayor peso en el caso de las acciones de crecimiento– continúan descontándose a un múltiplo inferior, lo que incrementa su valor actual”, apunta este experto.

Eso, siempre y cuando el giro acomodaticio que están protagonizando la Fed y el BCE en sus políticas monetarias acaben por tener un efecto positivo en la economía, anulando el negativo que pueda tener la guerra comercial que mantienen EEUU y China pero que salpica al resto del mundo y evitando que se cumpla esa profecía que apunta a que la inversión de la curva en los tipos de interés es un indicador adelantado de una recesión.

En caso contrario, si se confirma esa recesión que tanto teme el mercado, sí podría producirse esa rotación del growth al value, al menos atendiendo al comportamiento que los sectores han tenido en el pasado en momentos de máxima tensión económica. No en vano, según explicaban recientemente Darrel Spence y Jared Franz, economistas de Capital Group, “no todas las acciones responden de la misma manera durante los periodos de tensión económica. En las últimas ocho caídas importantes de los mercados, los sectores de consumo de productos básicos y servicios públicos han pagado importantes dividendos, lo que ha ayudado a mantener un rendimiento constante a las carteras cuando la renta variable experimenta un descenso generalizado”, afirman estos economistas, al tiempo que recomiendan centrarse en aquellas empresas con productos y servicios que “la gente seguirá utilizando cada día, independientemente de la parte del ciclo en la que nos encontremos”.