Las ayudas a Bankia harán subir el déficit público

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Flickr/SGCampos

El Estado sigue decidiendo cuál es la fórmula más óptima para inyectarle a Bankia los 19.000 millones de euros. Su preferencia es hacerlo con la entrega de deuda del FROB, aunque queda la opción de que lo haga directamente con bonos del Estado. En principio, ambas vías elevarán la deuda pública (pese a que el FROB no tendría que salir al mercado), pero en realidad también van a suponer un crecimiento del déficit público. La razón es que las pérdidas efectivamente reconocidas que se cubran con las ayudas se consideran déficit, mientras que las esperadas (pero no materializadas) únicamente afectan al volumen de deuda.

La cuantía en la que se verá afectado el déficit todavía no se conoce porque dependerá de lo que Bankia-BFA sea capaz de asumir con su propio patrimonio. De momento, el plan de saneamiento del grupo ha sacado a la luz unas pérdidas en la valoración de sus activos (participadas e inmobiliarios) de 5.700 millones, pero aún no se ha podido concretar qué parte podrán asumir con su patrimonio. A final del año pasado ascendía a 10.673 millones en el caso de BFA y a 13.074 millones en el de Bankia, pero estas cifras menguarán previsiblemente con la nueva valoración que se está realizando del grupo.

Fuentes del Ministerio de Economía y Competitividad aseguran a Funds People que la cifra que resulte finalmente de incremento del déficit será "manejable" para el Estado. Cualquiera que sea la cuantía previsiblemente se traducirá por otro lado en nuevos recortes si el Gobierno quiere conseguir el objetivo que se ha marcado de reducirlo hasta el 5,3% del PIB este año.

No obstante, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseveró hoy que esta operación no generará déficit y explicó que se ha llevado a cabo para garantizar a los depositarios sus ahorros y para recuperar la confianza de los inversores. Y añadió que no va a haber ningún rescate externo de la banca española, es decir, que no hará falta dinero del fondo de rescate europeo ni del FMI para las sufragar las ayudas que necesitarán otras entidades próximamente.

Pese a los esfuerzos de Rajoy, la prima de riesgo española ascendió hasta los 511 puntos básicos (la primera vez desde la creación del euro que cierra por encima de 500 puntos), después de que la rentabilidad del bono a diez años se elevara hasta el 6,48%. El presidente defendió que este incremento del diferencial no tiene nada que ver con Bankia sino con las "dudas importantes" que existen sobre Grecia. 

Sea cual sea la razón, no sólo la prima de riesgo vivió hoy un día dramático. También fue mal día para las bolsas. El Ibex 35 descendió un 2,17%, hasta 6.401 puntos, con los bancos como principales perjudicados de la sesión. Bankia bajó un 13,38%, aunque llegó a perder cerca del 30%; Santander y BBVA cayeron algo más del 3%; Popular, un 7,5%; Sabadell, un 5,34%; CaixaBank, un 5,09%, y Bankinter, un 4,26%.

En todo caso, el efecto que ahora tendrá la inyección de Bankia sobre el déficit se refiere únicamente a las consecuencias inmediatas que esta operación tendrá en las cuentas públicas. A largo plazo, previsiblemente será mucho mayor el quebranto. La razón es que el Estado tendrá que llevar contra déficit todo lo que no pueda recuperar de los 23.500 millones inyectados una vez que venda BFA-Bankia.

La fórmula que está diseñando el Gobierno para inyectar las ayudas provoca que, de manera indirecta, sea el Banco Central Europeo (BCE) el que entregue el dinero a Bankia. Con los títulos de deuda, ya sean del FROB o del Tesoro, que va a recibir la entidad podrá ir al BCE a canjearlos por liquidez, y lo hará a un precio muy inferior al que hubiera tenido que pagar para conseguirla en los mercados, en caso de que hubiera podido dadas las dificultades actuales. Las autoridades europeas tendrán que dar el visto bueno a esta vía, y no está claro que vayan a hacerlo.

Bankia ha precisado hoy que de los 15.600 millones de euros en nuevos saneamientos que va a realizar, 7.100 millones corresponden a las exigencias de los nuevos decretos; 1.200 millones corresponden, a provisiones para créditos refinanciados; 1.800 millones para sanear otros activos del grupo inmobiliario; 1.700 millones para sanear créditos por importe de 12.800 millones que se han reclasificado como subestándar o previsibles próximos dudosos, y los 3.800 millones restantes, para anticiparse al previsible deterioro de la situación macroeconómica. 

Además, a la hora de pedir la inyección de dinero público, la entidad ha decidido no contabilizar los posibles beneficios de los próximos tres años, dado que cuenta con tener que asumir costes extraordinarios en el plan de recapitalización y no descarta que aparezcan otras necesidades que no haya contemplado ahora.

El Consejo de Administración de BFA continúa reunido para aprobar una nueva redacción de las cuentas del grupo del año pasado, que supondrán unas pérdidas de varios miles de millones de euros, después de que Bankia reportara unos números rojos de 3.000 millones. También se espera que se anuncie una renovación total de este órgano de gobierno, hasta ahora compuesto en buena parte por los representates de las cajas propietarias del grupo hasta el momento de la nacionalización.