“Las acusaciones de corrupción que afectan al PP han deteriorado el sentimiento hacia España”

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PP Madrid, Flickr, Creative Commons

El riesgo político ha vuelto a aumentar en España y en Italia últimamente, lo que sirve para recordar que los riesgos inherentes a estos países todavía no se han ido. “El escándalo de corrupción en España está lejos de resolverse, mientras que Italia se dirige a unas elecciones parlamentarias inciertas, por lo que es probable que las turbulencias en el mercado continúen a corto plazo”, aseguran en Nordea. A todo esto hay que añadir –indica la gestora- el hecho de que la Cumbre de la UE que hoy comienza es probable que ponga de manifiesto una vez más las dificultades de los países para llegar a acuerdos.

Según explican los expertos de la entidad en un artículo, “las acusaciones de corrupción que afectan al PP han deteriorado el sentimiento respecto a España. El escándalo hace mella en el PP y tiene el peligro de debilitar al Gobierno en un momento de niveles de desempleo récord, debilidad económica y de necesidad de implementar más medidas de austeridad”. Nordea también se detiene en el hecho de que el PSOE no ha sido capaz de capitalizar el escándalo de corrupción. “La política española corre así el riesgo de una mayor fragmentación, mientras que la determinación del Gobierno será sin duda puesta a prueba”.

En cuanto a Italia, el escándalo financiero en torno a Banca Monte dei Paschi di Siena ha erosionado la popularidad de la coalición de centro-izquierda que lidera Pier Luigi Bersani, mientras que el centro-derecha de Berlusconi gana terreno. Algunas encuestas apuntan a que la brecha entre ambas coaliciones es de menos de dos puntos, aunque la mayoría sitúa la distancia a cinco puntos. “La incertidumbre sobre el resultado de las elecciones se ha incrementado de manera clara. Dado que el sistema electoral italiano garantiza el control de la Cámara Baja por parte del partido ganador, pero no el de la Cámara Alta, el riesgo de un arco parlamentario sin mayorías es real”, aseguran.

Así, Nordea considera que, a corto plazo, los bonos españoles e italianos tendrán que hacer frente a una mayor presión. “En términos generales, España e Italia no tienen otra opción que seguir adelante con las reformas, si bien no hay que olvidar que el programa de compra de deuda por parte del BCE siguen en la guantera. Uno podría ver el aumento de la rentabilidad de los bonos españoles e italianos de manera positiva, es decir, como un aviso de que la presión de los mercados no ha desaparecido por completo. Sin esa presión, la fatiga en el proceso de reformas podría fácilmente hacer mella”, indican desde la entidad nórdica.