“Las acciones chinas deberían considerarse como un activo separado del resto”

Los inversores europeos tienen sentimientos encontrados con respecto a China, una especie de relación amor-odio cuyo atractivo les hace estar expuestos al gigante asiático a través de fondos de mercado emergentes o de BRIC, pero sin eliminar un componente de preocupación y confusión que decanta finalmente la balanza hacia una clara infraponderación del mercado chino, con posiciones en sus fondos que oscilan entre el 0 y el 2%. Son las impresiones que está dejando la gira europea en Craig Chen, cogestor del fondo DWS Invest Chinese Equities desde Harvest (la tercera mayor gestora de China por activos que asesora el producto). Sin embargo, esta perspectiva es errónea, pues “las acciones chinas deberían considerarse una clase de activo en sí misma, por separado”.

El gestor considera que, si un inversor está alcista en China, la mejor forma de lograr exposición y de forma más directa es a través de firmas locales, si bien también hay compañías internacionales listadas en las bolsas de Hong Kong que captan su crecimiento. Con todo, lo mejor es un fondo que se focalice en exclusiva en el país, pues un fondo emergente reducirá su exposición a China y exigirá analizar la situación en otros mercados. De ahí que el fondo que cogestiona invierta principalmente en firmas locales listadas en mercados como Hong Kong (las acciones internas A representan sólo entre un 2% y un 8% del portfolio), para captar mejor las oportunidades desde una visión muy positiva en el mercado chino.

Entre las razones de Chen, destaca el peso de la economía china en la global, pues se posiciona como la primera en términos de contribución al crecimiento mundial (cercana al 50%), la segunda en tamaño y la tercera en capitalización de mercado, además de ser el país con mayor volumen comercial del mundo, superando incluso a Alemania. El gestor cree que estos datos económicos no se corresponden con el ligero peso, de entorno al 2%, que tienen sus acciones entre los inversores europeos. Las razones de esta aprehensión son las preocupaciones sobre el exceso de capacidad de su economía, la existencia de burbujas en mercados como el inmobiliario, los peligros de una laxa política económica o las constricciones de los bancos para conceder créditos, pero Cheen que todos estos argumentos pueden ser refutados.

Burbujas donde nadie las ve

“Muchos hablan de burbuja, pero éstas se fraguan donde la gente no se lo espera”, dice Craig Chen. Por eso cree positivo comprar en áreas donde se habla de burbujas, como en China, pues las probabilidades de acierto son mínimas. De hecho, el gestor explica que el país no cumple ninguno de los requisitos para que haya burbuja, ni en términos de precio y ni de endeudamiento. Así, con respecto a las valoraciones, el PER de las acciones chinas se sitúa en 13,4 veces, un nivel muy atractivo, mientras la deuda gubernamental es de las más bajas del mundo y el balance de las compañías está saneado. “Ni siquiera las acciones A del mercado doméstico chino están caras especialmente frente a valores de otros países como la India” asegura.

Además, “hay que tener en cuenta que China no se ha desarrollado durante los primeros 75 años del siglo pasado, inmersa en guerras civiles, invasiones japonesas y revoluciones culturales, y ha empezado a reformar la economía en los últimos 20 años, con lo que el margen de "catch up" aún es amplio y no puede hablarse de sobrecapacidad”, explica el gestor. Sobre las dudas de burbuja en el sector inmobiliario, Chen se muestra convencido de que las presiones demográficas (los 1.400 millones de ciudadanos del país) y el proceso de urbanización no dejarán que los precios bajen, “al igual que ocurre por ejemplo en el centro de Madrid”. Aunque no creen que exista un problema sistemático, confiesa que no están alcistas en el sector.

El consumo doméstico: principal catalizador

De estas perspectivas deriva la composición del fondo que cogestiona, el DWS Invest Chinese Equities, un producto long only que, con más de tres años de vida, pretende aprovechar los cambios estructurales en China y por ello ha cambiado su perfil desde una perspectiva exportadora hacia las oportunidades que ofrece el consumo doméstico, que será el catalizador económico durante los próximos años. “Las exportaciones siempre estarán ahí, pero su contribución al crecimiento será pequeña y está estancada frente a sectores en los que estamos alcistas como el consumo discrecional, los bienes básicos o incluso las aerolíneas, enfocadas hacia el turismo”, asegura Chen. El experto cree que áreas como las infraestructuras beneficiarán a la economía en general, más que revalorizarse en bolsa, debido a sus tarifas reguladas.

En cuanto a la previsible apreciación de la divisa, considera que será muy positiva para la economía, tanto para los inversores en acciones como para el consumo doméstico y ayudará también a controlar el mercado inmobiliario y el crecimiento económico sin necesidad de subir los tipos de interés, aunque tenga un efecto negativo en las exportaciones. De ahí su convicción de que será mejor que ocurra cuanto antes, y su vaticinio de que podría darse en las próximas semanas o meses. El gestor disipa por último las preocupaciones sobre el crédito asegurando que el gobierno siempre ha actuado en función de los ciclos económicos y que si ahora ha introducido algunas restricciones en los bancos ha sido porque hay signos de recuperación. Y Chen invita al inversor a analizar las tensiones políticas desde otra perspectiva, considerando “que ningún país se libra de ellas”.

Cartera concentrada y de alta convicción

A la hora de seleccionar las 60 compañías que actualmente tiene el fondo (el número suele variar entre 40 y 60) de entre un universo de más de 2.500, el equipo de 100 profesionales ubicado en China considera tanto la visión macroeconómica como el análisis bottom-up para forjar las bases de una cartera concentrada y de alta convicción. “Lo que nos diferencia de nuestros competidores es la perspectiva doméstica, frente a una visión más internacional del resto, lo que nos permite batir al mercado tanto en mercados bajistas como alcistas con una volatilidad menor”. De hecho, el potencial del consumo doméstico es el factor que hace a China menos dependiente del resto del mundo que otros países más exportadores como Corea y le permite mantenerse al margen de problemas como el de Grecia. Su segundo secreto es su visión largoplacista y la integración Harvest-DWS.

El equipo controla la volatilidad haciendo un menor trading, evitando seguir al mercado si hay volatilidad en éste y a través de un exhaustivo proceso de análisis que impide posicionarse en una firma fácilmente.