Las 8 emisiones que un gestor de renta fija nunca debería incluir en cartera

bola
Callejero, Flickr, Creative Commons

La insaciable búsqueda de rentabilidad de los inversores de renta fija les ha llevado a posar su mirada en emisiones en las que no se plantearían entrar hace un par de años. Algunos siguen aproximándose al mercado desde un punto de vista de valor relativo. Otros han apostado por bajar en la escala de la calidad crediticia del activo, buscando nuevas oportunidades en emisiones con un rating inferior con respecto al nivel en el que habían venido enfocándose tradicionalmente. Sin embargo, todo tiene un límite, ya que -en un mercado en el que hay mucho donde elegir- existen emisiones que, a pesar de ofrecer un atractivo cupón, es mejor pensarse dos veces antes de invertir en ellas. MarketWatch recopila ocho emisiones que un gestor de renta fija nunca debería tener en su cartera. 

1. “Burrito bonds”

La cadena de restaurantes de comida mexicana Chilango anunció este mismo mes de junio una curiosa manera de seguir financiando su expansión en Reino Unido: los “burrito bonds”, con los que pretende captar un millón de libras. Con un cupón bianual del 8% y una duración de cuatro años, la propuesta de la cadena son unos bonos que se pagan en comida. 

Tal cual: quien invierta 10.000 libras en uno de estos bonos podrá comer gratis en la cadena hasta el vencimiento del título. Quien invierta 500 libras – el mínimo requerido- conseguirá dos cupones válidos por burritos gratis. Y si estás entre los 100 primeros bonistas, recibes una invitación para una fiesta temática de comida mexicana. 

La compañía está utilizando una plataforma de crowdfunding para captar los fondos para el proyecto, y hasta el viernes 20 de junio, ha atraído a 181 bonistas, recaudando 653.000 libras. Entre los acreedores de la compañía están los consejeros delegados de otras dos cadenas de restauración muy populares en Reino Unido, Carluccio’s y Krispy Kreme. 

2. Los bonos de David Bowie

El popular cantante también recurrió a una emisión sui géneris de deuda con la que pretendía adquirir a su antiguo manager derechos de sus propias canciones. La emisión, lanzada en 1997 y con vencimiento en 2007, estaba respaldada por las ventas futuras de los 25 álbumes musicales que Bowie había publicado antes de 1990 y ofrecía un cupón del 7,9%. La estrella del rock consiguió captar 55 millones de dólares con esta idea, pero tuvo que pagar un precio alto ya que en 2004 la agencia Moody’s calificó la emisión como deuda basura, al estimar que no se habían conseguido los beneficios esperados como subyacente debido a la debilidad de la industria discográfica. 

3. Bonos meteorito

Si está familiarizado con los bonos catástrofe, esta es una versión más extrema de los mismos, pues reasegura contra la posibilidad de que un meteorito o restos de satélites y demás basura espacial impacte contra un bien inmueble. De hecho, la Asociación de Servicios Unificados del Automóvil emitió por primera vez bonos de estas características, que también cubren la posibilidad de un terremoto, erupciones volcánicas, fuegos descontrolados y tornados. 

4. "Papel" ecológico

Los “green bonds” son otra de las categorías de nueva renta fija que están emergiendo y atrayendo la atención de los inversores, particularmente de aquellos que siguen los postulados de la ISR. Este tipo de emisiones comenzaron hace un par de años y generalmente son realizadas por entidades gubernamentales y supranacionales –como el Banco Mundial, por ejemplo- que buscan dinero con el que financiar proyectos medioambientales. 

5. Deuda ligada al alquiler de coches

Desde MarketWatch también constatan el resurgimiento de productos de deuda estructurada, por primera vez desde la quiebra de Lehman Brothers. En este apartado se podría clasificar la deuda ligada al alquiler de coches en EE.UU: se tratan más bien de titulizaciones que generan beneficios de dos formas, a través del leasing de coches y de la venta de esos vehículos al finalizar el periodo de leasing. Entre los emisores figuran conocidas marcas automovilísticas, como Volkswagen o BMW. De acuerdo con Financial Times, la deuda de este tipo ha alcanzado este año un record de emisiones, en 8,9 millones de dólares. 

6. Los bonos del refugio 

Un caso todavía más extremo que también se ha visto en EE.UU. es la deuda de albergues para sin techo. Se trata de titulizaciones hipotecarias que incluyen este tipo de establecimientos en su cartera de activos. 

7. Casos fraudulentos

En la lista también aparece usos fraudulentos de las emisiones de renta fija que se produjo dentro del mercado de deuda municipal de EE.UU. El que destacan en MarketWatch es la emisión del municipio de Moberly de 40 millones de deuda exenta de cargas fiscales en 2010. Después se descubrió que el dinero captado se había destinado a patrocinar la construcción de una planta en la que se fabricaba un derivado de la sacarosa, que se justificó por la potencial creación de puestos de trabajo. La compañía propietaria de la planta, Mamtek, se declaró en quiebra en el primer trimestre de 2011 y su consejero delegado confesó que nunca pensó en devolver el dinero de la emisión. 

8. Los bonos de guerra

Posiblemente el caso más conocido de la lista por su magnitud histórica: durante la II Guerra Mundial, EE.UU. emitió bonos para poder seguir financiando la contienda. Cada título se vendía a los módicos precios de entre 25 o 18,75 dólares con una duración de diez años.