Las 4 palabras más peligrosas en inversiones

PARTE 1.

“Las sanciones y negociaciones pueden ser bastante ineficientes, y desde luego estúpidas, a no ser que la gente con quienes hables, negocies o intentes llegar a un acuerdo, sean personas en cuya palabra puedas confiar”- Casper Weinberger  

 

A pesar del empeño por parte de los Bancos Centrales de defender a ultranza a los tenedores de los bonos de los bancos a los que ellos representan, subordinando los intereses generales a los suyos propios y violando restricciones legales la situación no ha hecho más que empeorar.  

 

En absoluto la situación en Europa ha cambiado. A pesar de los (fallidos e inútiles) intentos de restaurar la confianza de los inversores. Hoy la percepción del riesgo sigue subiendo y a nuestros NO-electos eurócratas se les acaban las ideas para evitar que Grecia sea la primera de una larga lista de quiebras.    

Evolución de la percepción del riesgo de impago de los países de la eurozona:  

No debemos subestimar lo que esto supone. Según un informe recientemente publicado por el Peterson Institute for International Economics “The european crisis deepens” Enero 2012. De los €8,4 Trillones de los Bonos Soberanos europeos €1,6 Trillones son de Italia, la siguiente en la lista. Con una deuda sobre el PIB del 120% y un diferencial de 500 puntos básicos sobre el bono Alemán, necesitaría mantener un superávit primario (la diferencia entre los ingresos y los gastos del estado, excluyendo los pagos de la deuda, es decir la parte del déficit fiscal sobre la que tiene control directo)  equivalente al 6% de su PIB, algo socialmente imposible sobre todo con una recesión en ciernes.  

 

En el 2013 la deuda oficial de Irlanda alcanzará el 145% del PNB “La diferencia entre el Producto Interno Bruto (PIB) y el Producto Nacional Bruto (PNB) procede de la medición de la producción que hacen ambos: Mientras que el PIB cuantifica la producción total llevada a cabo en un país, independiente de la residencia del factor productivo que la genera; en el PNB, por el contrario, solo se incluyen los productos o servicios obtenidos por factores productivos. residentes en el país de medición. “  

 

El debate sobre quién tiene que asumir las pérdidas se recrudece en el caso de Grecia donde el corte de pelo alcanza el 70% para los acreedores no oficiales, mientras que el FMI y el BCE no están dispuestos a asumir pérdidas aludiendo que la compra, por su parte,  de Bonos Soberanos de los GIIPS (Grecia, Italia, Irlanda, Portugal y España)  se ha realizado con un fin monetario no especulativo, pero olvidan mencionar  que estas compras se han hecho con un descuento importante y que como mínimo deberían asumir una pérdida de la misma proporción.  

 

Para ayudar a des-estresar la situación Christine Lagarde Directora del FMI, declara que si los Bancos europeos tuvieran que reflejar en sus libros el actual riesgo de impago soberano, necesitarían capital adicional por un importe de €200-€300 billones.  

 

Los datos del BIS (Bank of International Settlements) reflejan que la banca francesa mantenía a Junio del 2011 deuda de los GIIPS por un importe superior a los €84 billones.  

 

Y el mercado reacciona. Desde 2009 hasta Octubre del 2011 se han transferido depósitos bancarios de los miembros periféricos hacia Alemania por un importe de más €440 billones (gráfico 2), complicando más aún la ya crítica situación del sistema financiero. Sin los rescates del BCE y el FMI la eurozona a estas alturas ya se habría colapsado.         

 

Muchos analistas ven en la compra masiva de bonos por parte del BCE la solución para que se relajen los tipos y la prima de riesgo baje. Como subraya Simon Johnson miembro del IP, ex consejero y director del departamento de estudios económicos del FMI, profesor del Sloan School of Management del MIT y miembro del FDIC. Antes deberíamos considerar los importes de los que hablamos.

 

  • El BCE necesitaría para llevar los tipos a niveles sostenibles, disponer de fondos suficientes como para comprar el 75% de la deuda existente de los países periféricos con problemas, además de financiar sus déficits durante 5 años. Y no solo financiar sus vencimientos, lo que supone únicamente dar padas hacia delante.
  • En el caso en el que se aplicaran al 100% los planes de la Troika y los déficits disminuyeran durante los siguientes 5 años, el BCE debería recomprar deuda de los países periféricos por un importe de €2,8 Trillones es decir ¡el 29% del PIB de la eurozona! Y eso en el mejor de los casos ya que si la Troika no logra mejorar los presupuestos y restaurar el crecimiento, las necesidades de financiación de los países periféricos se alargarían hasta el 2020 lo que significa que serán necesarios €5 Trillones solo para Grecia Irlanda Italia Portugal y España. Algo que ya implícitamente ha resaltado el FMI cuando comentó que sólo Grecia necesitará €500 billones (medio Trillón) de aquí al 2020.  
  • Por lo tanto es muy probable que este bazooka de liquidez no se lleve a cabo ya que esto implicaría  que Alemania sería responsable del 43% de las necesidades de capital del BCE en caso de impago por parte de los países con problemas. Si nos ponemos en el mejor de los casos y el fondo de rescate dispusiera de los €2,8 Trillones mencionados anteriormente, Alemania asumiría €1,2 Trillones, es decir el equivalente al 45% de su PIB.   

 

Cuando un país dispone de un tipo de cambio flexible, los ajustes se producen mediante una reducción agresiva del presupuesto y una devaluación de su moneda. Los países de la eurozona no pueden devaluar su moneda así que la única salida que tienen es vía aumento de la competitividad mediante la reducción agresiva de los costes laborales, algo que está a años luz de estar pasando:  

 

 

El caso de Irlanda es una ficción contable, por la caída del peso de los sectores no productivos sobre el total de la economía.   

 

Por lo tanto y como demuestran Carmen Reinhart y Kenneth Roggoff en su estudio sobre las crisis financieras, la situación actual requeriría un recorte para los acreedores no oficiales (Bancos, Fondos de Inversión, Planes de Pensiones, compañías de seguros etc…) por encima del 50% sobre la deuda Irlandesa y la portuguesa y de cerca del 50% para la italiana.  

 

Europa tiene que resolver 3 problemas fundamentales que debe solventar:  

 

1.     Un número importante de países son insolventes o están cerca de serlo. Cada vez está más claro que la única solución es algún tipo de default o restructuración, aplazando vencimientos y rebajando y pagando tipos más bajos para que sus niveles de deuda alcancen rangos sostenibles que les permitan volver a crecer.

 

2.     Debido a la quiebra de Grecia y al apalancamiento del sistema financiero europeo que mantiene un apalancamiento medio de 30 veces (El mismo que Leehman antes de la quiebra) muchos Bancos aparecen insolventes y necesitan miles de millones de nuevo capital para rebajar su nivel de apalancamiento. Mientras tanto, el mercado interbancario está seco. Sencillamente no se presentan los unos a los otros porque no confían en recuperar el capital prestado, y prefieren mantener su efectivo en el BCE con rentabilidades bajas o el famoso “carry” comprando bonos del estado para ganar un diferencial (Agravando más su situación en caso de impago). Así que el BCE anuncia su plan de financiación sin límites para la banca (a través de los LTROs) hasta el 2014 y el mercado lo celebra sin pararse a pensar que no resuelve el apalancamiento de la banca (El principal problema) sino sus necesidades de liquidez en el corto plazo para no colapsar el sistema.

 

3.     Los fuertes desequilibrios comerciales y de competitividad dentro de la eurozona. Alemania tras su lucha por reunificar el este realizó reformas estructurales, sobre todo dentro del mercado laboral, ganando competitividad. Pero a su vez mantuvo unos niveles de consumo artificialmente bajos para fortalecer su balanza comercial en detrimento de sus socios europeos, sus principales clientes, a los que no dudó en financiar para que siguieran consumiendo, países para los que el euro era una moneda cara en relación a su nivel competitividad, lo que favoreció que mantuvieran un déficit comercial cada vez mayor.