La vuelta al cole

AitorJauregui
Foto cedida

TRIBUNA de Aitor Jauregui, responsable de desarrollo de negocio para BlackRock Iberia. Comentario patrocinado por BlackRock.

Con el final del periodo estival y de las vacaciones, es el momento de hacer planes y preparar nuestras carteras para los últimos meses del año. Así, debemos reflexionar sobre qué ideas de inversión deberíamos tener en cuenta en el actual entorno de mercado.

Es difícil creer que ya estamos plenamente inmersos en la segunda mitad de 2017, momento en el que tradicionalmente hacemos balance de cómo han discurrido los primeros meses y es idóneo para dar un paso atrás y prepararnos para el resto del año.

Para el tercer y cuarto trimestre del año, identificamos un contexto de expansión económica sostenida y sincronizada, un crecimiento y unos tipos de interés en niveles estructuralmente más bajos y un entorno continuado de baja volatilidad. A continuación, realizamos un análisis sobre la repercusión que esta situación puede tener en nuestras carteras.

Preferencia por la renta variable frente a la renta fija

La última temporada de resultados ha confirmado nuestra visión positiva sobre los fundamentales de la renta variable, y consideramos que esta clase de activos arrojará una sólida rentabilidad durante la segunda mitad del año. Además, la expansión económica a escala mundial y la normalización de las políticas monetarias apuntan a un crecimiento gradual del rendimiento de los bonos durante los próximos cinco años. Los tipos de interés a largo plazo se mantienen en niveles reducidos debido a factores estructurales, lo que contribuye a un contexto favorable para la renta variable. La rentabilidad por beneficios (el parámetro inverso a la ratio precio/beneficio) todavía parece atractiva frente a los rendimientos reales de los bonos, lo que significa que la renta variable podría estar más barata de lo que parece en un mundo de tipos bajos.

Por supuesto, esta visión no está exenta de riesgos. El porcentaje de beneficios que se destina a salarios es históricamente bajo y los márgenes empresariales son elevados. Cualquier política que revierta esta tendencia podría afectar negativamente a los márgenes y a las valoraciones de la renta variable. En cualquier caso, según nuestro último análisis, creemos que los inversores se ven recompensados por asumir el riesgo de la renta variable en un contexto de tipos de interés en niveles reducidos.

Preferencia por los mercados no estadounidenses

Contamos con una visión positiva sobre el mercado de renta variable estadounidense, pero creemos que se pueden obtener mayores rentabilidades en los mercados emergentes, Japón y Europa. Siempre y cuando no se produzcan cambios significativos en materia de divisas, comercio u otras políticas, consideramos que existen oportunidades en la renta variable emergente. Las reformas económicas, las mejoras de los fundamentales de las empresas y unas atractivas valoraciones apuntalan esta visión. En otros mercados, identificamos elementos favorables para el mercado japonés, como unas políticas empresariales más positivas para los accionistas, una política monetaria ultra acomodaticia, unas valoraciones en niveles reducidos y unos sólidos beneficios empresariales. No obstante, la apreciación del yen supone un riesgo.

La renta variable europea ha registrado un buen comportamiento este año, pero todavía cotiza con descuento frente a la estadounidense. Creemos que todavía hay margen para que esta brecha se reduzca en vista de los sólidos fundamentales de la economía europea y el descenso del populismo. No obstante, la apreciación del euro podría ralentizar el ritmo de crecimiento de los beneficios de las empresas europeas, además de la existencia de otros riesgos, como que los políticos no cumplan con sus promesas sobre reformas, que el Banco Central Europeo retire los estímulos demasiado pronto o que repunte la inestabilidad política en Italia.

Reconsideración del riesgo

El contexto económico actual favorece los factores de inversión que buscan exposición al riesgo frente a los defensivos. El factor momentum ha registrado tradicionalmente un buen comportamiento en momentos de expansión económica. Actualmente, el entorno de baja volatilidad, junto con una expansión económica sostenida, conforma el marco ideal para el factor momentum.

En renta fija, deuda corporativa frente a deuda pública

Priorizamos la deuda corporativa frente a la deuda pública, dado que, en nuestra opinión, los inversores se siguen viendo recompensados por asumir riesgo o estrategias de carry. Sin embargo, creemos que existen más razones para ser más selectivo en el mercado de deuda corporativa que a principios de año. La rentabilidad futura de los mercados de deuda corporativa será más modesta que en tiempos recientes. En este contexto de recompensa reducida por el riesgo de la deuda corporativa, priorizamos los bonos estadounidenses con grado de inversión. Tenemos un posicionamiento neutral en el segmento de alto rendimiento estadounidense y preferimos los títulos de mayor calidad. En este momento, estamos infraponderados en la deuda corporativa europea y somos selectivos en el segmento de la deuda emergente.

Puedes leer nuestra visión de mercado completa en castellano aquí. ¡Que tengas una buena vuelta!