La uberización de la economía, su impacto sobre distintos sectores económicos y oportunidades de inversión para los próximos cinco años

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Infocux Technologies, Flickr, Creative Commons

¿Qué es la uberización de la economía? Este neologismo se refiere a la plataforma Uber, basada en la conexión entre usuarios de automóviles para compartir trayecto y gastos. Su significado tiene que ver con "el desafío a los modelos económicos tradicionales planteados por la transformación digital de la sociedad”, detalla Frédéric Labia, analista de renta variable de Amundi. Es decir, que con las nuevas tecnologías, junto con la acción de la crisis, han surgido multitud de negocios y plataformas basados en la desintermediación de los servicios como en este caso el de taxis. Otros negocios que tienen a la desintermediación y conexión de usuarios como premisas son por ejemplo Blablacar (compartir trayectos largos en automóvil), Airbnb (particulares alquilan casas o habitaciones con fines turísticos) o la tienda online Alibaba

“Hoy en día, sectores enteros de la economía están expuestos a este cambio, y muchas compañías están en riesgo de ser ‘uberizadas’, si es que ya no ha ocurrido”, comenta Labia. Por ejemplo, en España el pasado 8 de agosto la patronal de autobuses Confebus demandó a Blablacar por competencia desleal; previamente, en diciembre del año pasado, un juzgado de lo mercantil de Madrid había ordenado la suspensión cautelar de los servicios de Uber en España. En respuesta, la compañía estadounidense ha denunciado a España ante la Comisión Europea. 

¿Quién puede ser el siguiente?

La visión de Amundi es que el sector de medios de comunicación es la primera gran víctima de la transformación digital masiva de los últimos años. “Después de todo, los medios de comunicación son por definición una serie de plataformas de información, que se han digitalizado de la noche a la mañana al no haber un solo texto, foto o vídeo que no se pueda transformar en un archivo digital”, indica Labia. Pone algunos ejemplos que ya se han visto en los últimos pasados; el primero fue Napster, la plataforma que permitía descargar música libremente y de forma gratuita. Otras más recientes han sido por ejemplo Google o el portal de alquiler de películas y series Netflix.

“Con la proliferación de dispositivos inteligentes, el acceso creciente a internet de alta velocidad, fácil de utilizar, y nuevos servicios como páginas de recomendaciones, la demanda de consumo de vídeos ha explotado en los últimos años”, añade el experto. Pone como ejemplo a Netflix: su base de suscriptores ha superado los 60 millones en 2015, de los cuales 40 millones son consumidores estadounidenses. “Representa una cuota de mercado espectacular del 40% para un servicio que no existía hace diez años”, indica el experto. 

¿Dónde están las oportunidades?

“En los últimos 15 años, la publicidad online ha visto un crecimiento regular y sostenido, en gran medida a expensas de la prensa de papel como periódicos y revistas. Sin embargo, la publicidad televisiva se las ha apañado para mantener su cuota en el mix de publicidad”, resume el analista. Su predicción para los próximos cinco años es que “el crecimiento del digital debería continuar. Se estima que la prensa de papel continuará su declive y que la televisión empezará a perder terreno debido a la caída de las audiencias, particularmente entre las generaciones más jóvenes”. 

De hecho, Labia va más lejos al afirmar que “esta migración podría haberse acelerado ya”, puesto que los grandes anunciantes ya están tomando medidas al observar los resultados acumulados por el digital en los últimos años. El experto de Amundi destalla dos grandes razones; por un lado, fijándose en el caso estadounidense – aunque se puede extrapolar al español-, por la caída de los niveles tradicionales de audiencia “debido a la canibalización de servicios de suscripción a contenidos audiovisuales” como Netflix u otras plataformas. Por otro lado, habla del “incremento masivo de la calidad y disponibilidad de herramientas de publicidad online en los últimos 12 meses, ofreciendo a los anunciantes lo que se han perdido: un sustituto genuino de la televisión”. Por todos estos cambios, la visión de Amundi es que “algunas grandes categorías de anunciantes que previamente habían evitado las tecnologías digitales, como los de bienes de consumo, podrían guiar y acelerar este crecimiento en los próximos años”. 

El otro nicho donde encuentra oportunidades el experto es en las agencias publicitarias: “Ya juegan un rol central en el nuevo ecosistema de publicidad digital. Y parece lógico que se beneficien de la expansión de la publicidad online gracias a su habilidad para segmentar consumidores en tiempo real a través de complejos algoritmos”. Además, el experto cree que estas agencias pueden desempeñar una segunda gran función, ayudar a las compañías a encauzar su propia transformación digital. “Situadas en la confluencia del marketing, consultoría, tecnología y comercio, estas agencias están bien posicionadas para satisfacer las necesidades emergentes de sus clientes y elevar el valor añadido”, concluye Labia.